viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz Año 2011

La Libertad religiosa, Camino para la Paz

Tomado de: http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/messages/peace/documents/hf_ben-xvi_mes_20101208_xliv-world-day-peace_sp.html
MENSAJE DE SU SANTIDADBENEDICTO XVI
PARA LA CELEBRACIÓN DE LA
XLIV JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
1 DE ENERO DE 2011

LA LIBERTAD RELIGIOSA, CAMINO PARA LA PAZ

1. Al comienzo de un nuevo año deseo hacer llegar a todos mi felicitación; es un deseo de serenidad y de prosperidad, pero sobre todo de paz. El año que termina también ha estado marcado lamentablemente por persecuciones, discriminaciones, por terribles actos de violencia y de intolerancia religiosa.
Pienso de modo particular en la querida tierra de Irak, que en su camino hacia la deseada estabilidad y reconciliación sigue siendo escenario de violencias y atentados. Vienen a la memoria los recientes sufrimientos de la comunidad cristiana, y de modo especial el vil ataque contra la catedral sirio-católica Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de Bagdad, en la que el 31 de octubre pasado fueron asesinados dos sacerdotes y más de cincuenta fieles, mientras estaban reunidos para la celebración de la Santa Misa. En los días siguientes se han sucedido otros ataques, también a casas privadas, provocando miedo en la comunidad cristiana y el deseo en muchos de sus miembros de emigrar para encontrar mejores condiciones de vida. Deseo manifestarles mi cercanía, así como la de toda la Iglesia, y que se ha expresado de una manera concreta en la reciente Asamblea Especial para Medio Oriente del Sínodo de los Obispos. Ésta ha dirigido una palabra de aliento a las comunidades católicas en Irak y en Medio Oriente para vivir la comunión y seguir dando en aquellas tierras un testimonio valiente de fe.
Agradezco vivamente a los Gobiernos que se esfuerzan por aliviar los sufrimientos de estos hermanos en humanidad, e invito a los Católicos a rezar por sus hermanos en la fe, que sufren violencias e intolerancias, y a ser solidarios con ellos. En este contexto, siento muy viva la necesidad de compartir con vosotros algunas reflexiones sobre la libertad religiosa, camino para la paz. En efecto, se puede constatar con dolor que en algunas regiones del mundo la profesión y expresión de la propia religión comporta un riesgo para la vida y la libertad personal. En otras regiones, se dan formas más silenciosas y sofisticadas de prejuicio y de oposición hacia los creyentes y los símbolos religiosos. Los cristianos son actualmente el grupo religioso que sufre el mayor número de persecuciones a causa de su fe. Muchos sufren cada día ofensas y viven frecuentemente con miedo por su búsqueda de la verdad, su fe en Jesucristo y por su sincero llamamiento a que se reconozca la libertad religiosa. Todo esto no se puede aceptar, porque constituye una ofensa a Dios y a la dignidad humana; además es una amenaza a la seguridad y a la paz, e impide la realización de un auténtico desarrollo humano integral.[1]
En efecto, en la libertad religiosa se expresa la especificidad de la persona humana, por la que puede ordenar la propia vida personal y social a Dios, a cuya luz se comprende plenamente la identidad, el sentido y el fin de la persona. Negar o limitar de manera arbitraria esa libertad, significa cultivar una visión reductiva de la persona humana, oscurecer el papel público de la religión; significa generar una sociedad injusta, que no se ajusta a la verdadera naturaleza de la persona humana; significa hacer imposible la afirmación de una paz auténtica y estable para toda la familia humana.
Por tanto, exhorto a los hombres y mujeres de buena voluntad a renovar su compromiso por la construcción de un mundo en el que todos puedan profesar libremente su religión o su fe, y vivir su amor a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente (cf. Mt 22, 37). Éste es el sentimiento que inspira y guía el Mensaje para la XLIV Jornada Mundial de la Paz, dedicado al tema: La libertad religiosa, camino para la paz.
Derecho sagrado a la vida y a una vida espiritual
2. El derecho a la libertad religiosa se funda en la misma dignidad de la persona humana,[2] cuya naturaleza trascendente no se puede ignorar o descuidar. Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza (cf. Gn 1, 27). Por eso, toda persona es titular del derecho sagrado a una vida íntegra, también desde el punto de vista espiritual. Si no se reconoce su propio ser espiritual, sin la apertura a la trascendencia, la persona humana se repliega sobre sí misma, no logra encontrar respuestas a los interrogantes de su corazón sobre el sentido de la vida, ni conquistar valores y principios éticos duraderos, y tampoco consigue siquiera experimentar una auténtica libertad y desarrollar una sociedad justa. [3]
La Sagrada Escritura, en sintonía con nuestra propia experiencia, revela el valor profundo de la dignidad humana: «Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies» (Sal 8, 4-7).
Ante la sublime realidad de la naturaleza humana, podemos experimentar el mismo asombro del salmista. Ella se manifiesta como apertura al Misterio, como capacidad de interrogarse en profundidad sobre sí mismo y sobre el origen del universo, como íntima resonancia del Amor supremo de Dios, principio y fin de todas las cosas, de cada persona y de los pueblos. [4] La dignidad trascendente de la persona es un valor esencial de la sabiduría judeo-cristiana, pero, gracias a la razón, puede ser reconocida por todos. Esta dignidad, entendida como capacidad de trascender la propia materialidad y buscar la verdad, ha de ser reconocida como un bien universal, indispensable para la construcción de una sociedad orientada a la realización y plenitud del hombre. El respeto de los elementos esenciales de la dignidad del hombre, como el derecho a la vida y a la libertad religiosa, es una condición para la legitimidad moral de toda norma social y jurídica.
Libertad religiosa y respeto recíproco
3. La libertad religiosa está en el origen de la libertad moral. En efecto, la apertura a la verdad y al bien, la apertura a Dios, enraizada en la naturaleza humana, confiere a cada hombre plena dignidad, y es garantía del respeto pleno y recíproco entre las personas. Por tanto, la libertad religiosa se ha de entender no sólo como ausencia de coacción, sino antes aún como capacidad de ordenar las propias opciones según la verdad.
Entre libertad y respeto hay un vínculo inseparable; en efecto, «al ejercer sus derechos, los individuos y grupos sociales están obligados por la ley moral a tener en cuenta los derechos de los demás y sus deberes con relación a los otros y al bien común de todos».[5]
Una libertad enemiga o indiferente con respecto a Dios termina por negarse a sí misma y no garantiza el pleno respeto del otro. Una voluntad que se cree radicalmente incapaz de buscar la verdad y el bien no tiene razones objetivas y motivos para obrar, sino aquellos que provienen de sus intereses momentáneos y pasajeros; no tiene una “identidad” que custodiar y construir a través de las opciones verdaderamente libres y conscientes. No puede, pues, reclamar el respeto por parte de otras “voluntades”, que también están desconectadas de su ser más profundo, y que pueden hacer prevalecer otras “razones” o incluso ninguna “razón”. La ilusión de encontrar en el relativismo moral la clave para una pacífica convivencia, es en realidad el origen de la división y negación de la dignidad de los seres humanos. Se comprende entonces la necesidad de reconocer una doble dimensión en la unidad de la persona humana: la religiosa y la social. A este respecto, es inconcebible que los creyentes «tengan que suprimir una parte de sí mismos –su fe– para ser ciudadanos activos. Nunca debería ser necesario renegar de Dios para poder gozar de los propios derechos».[6]
La familia, escuela de libertad y de paz
4. Si la libertad religiosa es camino para la paz, la educación religiosa es una vía privilegiada que capacita a las nuevas generaciones para reconocer en el otro a su propio hermano o hermana, con quienes camina y colabora para que todos se sientan miembros vivos de la misma familia humana, de la que ninguno debe ser excluido.
La familia fundada sobre el matrimonio, expresión de la unión íntima y de la complementariedad entre un hombre y una mujer, se inserta en este contexto como la primera escuela de formación y crecimiento social, cultural, moral y espiritual de los hijos, que deberían ver siempre en el padre y la madre el primer testimonio de una vida orientada a la búsqueda de la verdad y al amor de Dios. Los mismos padres deberían tener la libertad de poder transmitir a los hijos, sin constricciones y con responsabilidad, su propio patrimonio de fe, valores y cultura. La familia, primera célula de la sociedad humana, sigue siendo el ámbito primordial de formación para unas relaciones armoniosas en todos los ámbitos de la convivencia humana, nacional e internacional. Éste es el camino que se ha de recorrer con sabiduría para construir un tejido social sólido y solidario, y preparar a los jóvenes para que, con un espíritu de comprensión y de paz, asuman su propia responsabilidad en la vida, en una sociedad libre.
Un patrimonio común
5. Se puede decir que, entre los derechos y libertades fundamentales enraizados en la dignidad de la persona, la libertad religiosa goza de un estatuto especial. Cuando se reconoce la libertad religiosa, la dignidad de la persona humana se respeta en su raíz, y se refuerzan el ethos y las instituciones de los pueblos. Y viceversa, cuando se niega la libertad religiosa, cuando se intenta impedir la profesión de la propia religión o fe y vivir conforme a ellas, se ofende la dignidad humana, a la vez que se amenaza la justicia y la paz, que se fundan en el recto orden social construido a la luz de la Suma Verdad y Sumo Bien.
La libertad religiosa significa también, en este sentido, una conquista de progreso político y jurídico. Es un bien esencial: toda persona ha de poder ejercer libremente el derecho a profesar y manifestar, individualmente o comunitariamente, la propia religión o fe, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, las publicaciones, el culto o la observancia de los ritos. No debería haber obstáculos si quisiera adherirse eventualmente a otra religión, o no profesar ninguna. En este ámbito, el ordenamiento internacional resulta emblemático y es una referencia esencial para los Estados, ya que no consiente ninguna derogación de la libertad religiosa, salvo la legítima exigencia del justo orden público. [7] El ordenamiento internacional, por tanto, reconoce a los derechos de naturaleza religiosa el mismo status que el derecho a la vida y a la libertad personal, como prueba de su pertenencia al núcleo esencial de los derechos del hombre, de los derechos universales y naturales que la ley humana jamás puede negar.
La libertad religiosa no es patrimonio exclusivo de los creyentes, sino de toda la familia de los pueblos de la tierra. Es un elemento imprescindible de un Estado de derecho; no se puede negar sin dañar al mismo tiempo los demás derechos y libertades fundamentales, pues es su síntesis y su cumbre. Es un «indicador para verificar el respeto de todos los demás derechos humanos».[8] Al mismo tiempo que favorece el ejercicio de las facultades humanas más específicas, crea las condiciones necesarias para la realización de un desarrollo integral, que concierne de manera unitaria a la totalidad de la persona en todas sus dimensiones.[9]
La dimensión pública de la religión
6. La libertad religiosa, como toda libertad, aunque proviene de la esfera personal, se realiza en la relación con los demás. Una libertad sin relación no es una libertad completa. La libertad religiosa no se agota en la simple dimensión individual, sino que se realiza en la propia comunidad y en la sociedad, en coherencia con el ser relacional de la persona y la naturaleza pública de la religión.
La relacionalidad es un componente decisivo de la libertad religiosa, que impulsa a las comunidades de los creyentes a practicar la solidaridad con vistas al bien común. En esta dimensión comunitaria cada persona sigue siendo única e irrepetible y, al mismo tiempo, se completa y realiza plenamente.
Es innegable la aportación que las comunidades religiosas dan a la sociedad. Son muchas las instituciones caritativas y culturales que dan testimonio del papel constructivo de los creyentes en la vida social. Más importante aún es la contribución ética de la religión en el ámbito político. No se la debería marginar o prohibir, sino considerarla como una aportación válida para la promoción del bien común. En esta perspectiva, hay que mencionar la dimensión religiosa de la cultura, que a lo largo de los siglos se ha forjado gracias a la contribución social y, sobre todo, ética de la religión. Esa dimensión no constituye de ninguna manera una discriminación para los que no participan de la creencia, sino que más bien refuerza la cohesión social, la integración y la solidaridad.
La libertad religiosa, fuerza de libertad y de civilización:
los peligros de su instrumentalización
7. La instrumentalización de la libertad religiosa para enmascarar intereses ocultos, como por ejemplo la subversión del orden constituido, la acumulación de recursos o la retención del poder por parte de un grupo, puede provocar daños enormes a la sociedad. El fanatismo, el fundamentalismo, las prácticas contrarias a la dignidad humana, nunca se pueden justificar y mucho menos si se realizan en nombre de la religión. La profesión de una religión no se puede instrumentalizar ni imponer por la fuerza. Es necesario, entonces, que los Estados y las diferentes comunidades humanas no olviden nunca que la libertad religiosa es condición para la búsqueda de la verdad y que la verdad no se impone con la violencia sino por «la fuerza de la misma verdad». [10] En este sentido, la religión es una fuerza positiva y promotora de la construcción de la sociedad civil y política.
¿Cómo negar la aportación de las grandes religiones del mundo al desarrollo de la civilización? La búsqueda sincera de Dios ha llevado a un mayor respeto de la dignidad del hombre. Las comunidades cristianas, con su patrimonio de valores y principios, han contribuido mucho a que las personas y los pueblos hayan tomado conciencia de su propia identidad y dignidad, así como a la conquista de instituciones democráticas y a la afirmación de los derechos del hombre con sus respectivas obligaciones.
También hoy, en una sociedad cada vez más globalizada, los cristianos están llamados a dar su aportación preciosa al fatigoso y apasionante compromiso por la justicia, al desarrollo humano integral y a la recta ordenación de las realidades humanas, no sólo con un compromiso civil, económico y político responsable, sino también con el testimonio de su propia fe y caridad. La exclusión de la religión de la vida pública, priva a ésta de un espacio vital que abre a la trascendencia. Sin esta experiencia primaria resulta difícil orientar la sociedad hacia principios éticos universales, así como al establecimiento de ordenamientos nacionales e internacionales en que los derechos y libertades fundamentales puedan ser reconocidos y realizados plenamente, conforme a lo propuesto en los objetivos de la Declaración Universal de los derechos del hombre de 1948, aún hoy por desgracia incumplidos o negados.
Una cuestión de justicia y de civilización:
el fundamentalismo y la hostilidad contra los creyentes comprometen la laicidad positiva de los Estados
8. La misma determinación con la que se condenan todas las formas de fanatismo y fundamentalismo religioso ha de animar la oposición a todas las formas de hostilidad contra la religión, que limitan el papel público de los creyentes en la vida civil y política.
No se ha de olvidar que el fundamentalismo religioso y el laicismo son formas especulares y extremas de rechazo del legítimo pluralismo y del principio de laicidad. En efecto, ambos absolutizan una visión reductiva y parcial de la persona humana, favoreciendo, en el primer caso, formas de integrismo religioso y, en el segundo, de racionalismo. La sociedad que quiere imponer o, al contrario, negar la religión con la violencia, es injusta con la persona y con Dios, pero también consigo misma. Dios llama a sí a la humanidad con un designio de amor que, implicando a toda la persona en su dimensión natural y espiritual, reclama una correspondencia en términos de libertad y responsabilidad, con todo el corazón y el propio ser, individual y comunitario. Por tanto, también la sociedad, en cuanto expresión de la persona y del conjunto de sus dimensiones constitutivas, debe vivir y organizarse de tal manera que favorezca la apertura a la trascendencia. Por eso, las leyes y las instituciones de una sociedad no se pueden configurar ignorando la dimensión religiosa de los ciudadanos, o de manera que prescinda totalmente de ella. A través de la acción democrática de ciudadanos conscientes de su alta vocación, se han de conmensurar con el ser de la persona, para poder secundarlo en su dimensión religiosa. Al no ser ésta una creación del Estado, no puede ser manipulada, sino que más bien debe reconocerla y respetarla.
El ordenamiento jurídico en todos los niveles, nacional e internacional, cuando consiente o tolera el fanatismo religioso o antirreligioso, no cumple con su misión, que consiste en la tutela y promoción de la justicia y el derecho de cada uno. Éstas últimas no pueden quedar al arbitrio del legislador o de la mayoría porque, como ya enseñaba Cicerón, la justicia consiste en algo más que un mero acto productor de la ley y su aplicación. Implica el reconocimiento de la dignidad de cada uno,[11] la cual, sin libertad religiosa garantizada y vivida en su esencia, resulta mutilada y vejada, expuesta al peligro de caer en el predominio de los ídolos, de bienes relativos transformados en absolutos. Todo esto expone a la sociedad al riesgo de totalitarismos políticos e ideológicos, que enfatizan el poder público, mientras se menoscaba y coarta la libertad de conciencia, de pensamiento y de religión, como si fueran rivales.
Diálogo entre instituciones civiles y religiosas
9. El patrimonio de principios y valores expresados en una religiosidad auténtica es una riqueza para los pueblos y su ethos. Se dirige directamente a la conciencia y a la razón de los hombres y mujeres, recuerda el imperativo de la conversión moral, motiva el cultivo y la práctica de las virtudes y la cercanía hacia los demás con amor, bajo el signo de la fraternidad, como miembros de la gran familia humana. [12]
La dimensión pública de la religión ha de ser siempre reconocida, respetando la laicidad positiva de las instituciones estatales. Para dicho fin, es fundamental un sano diálogo entre las instituciones civiles y las religiosas para el desarrollo integral de la persona humana y la armonía de la sociedad.
Vivir en el amor y en la verdad
10. En un mundo globalizado, caracterizado por sociedades cada vez más multiétnicas y multiconfesionales, las grandes religiones pueden constituir un importante factor de unidad y de paz para la familia humana. Sobre la base de las respectivas convicciones religiosas y de la búsqueda racional del bien común, sus seguidores están llamados a vivir con responsabilidad su propio compromiso en un contexto de libertad religiosa. En las diversas culturas religiosas, a la vez que se debe rechazar todo aquello que va contra la dignidad del hombre y la mujer, se ha de tener en cuenta lo que resulta positivo para la convivencia civil.
El espacio público, que la comunidad internacional pone a disposición de las religiones y su propuesta de “vida buena”, favorece el surgir de un criterio compartido de verdad y de bien, y de un consenso moral, fundamentales para una convivencia justa y pacífica. Los líderes de las grandes religiones, por su papel, su influencia y su autoridad en las propias comunidades, son los primeros en ser llamados a vivir en el respeto recíproco y en el diálogo.
Los cristianos, por su parte, están llamados por la misma fe en Dios, Padre del Señor Jesucristo, a vivir como hermanos que se encuentran en la Iglesia y colaboran en la edificación de un mundo en el que las personas y los pueblos «no harán daño ni estrago […], porque está lleno el país de la ciencia del Señor, como las aguas colman el mar» (Is 11, 9).
El diálogo como búsqueda en común
11. El diálogo entre los seguidores de las diferentes religiones constituye para la Iglesia un instrumento importante para colaborar con todas las comunidades religiosas al bien común. La Iglesia no rechaza nada de lo que en las diversas religiones es verdadero y santo. «Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que, aunque discrepen mucho de los que ella mantiene y propone, no pocas veces reflejan, sin embargo, un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres». [13]
Con eso no se quiere señalar el camino del relativismo o del sincretismo religioso. La Iglesia, en efecto, «anuncia y tiene la obligación de anunciar sin cesar a Cristo, que es “camino, verdad y vida” (Jn 14, 6), en quien los hombres encuentran la plenitud de la vida religiosa, en quien Dios reconcilió consigo todas las cosas». [14] Sin embargo, esto no excluye el diálogo y la búsqueda común de la verdad en los diferentes ámbitos vitales, pues, como afirma a menudo santo Tomás, «toda verdad, independientemente de quien la diga, viene del Espíritu Santo». [15]
En el año 2011 se cumplirá el 25 aniversario de la Jornada mundial de oración por la paz, que fue convocada en Asís por el Venerable Juan Pablo II, en 1986. En dicha ocasión, los líderes de las grandes religiones del mundo testimoniaron que las religiones son un factor de unión y de paz, no de división y de conflicto. El recuerdo de aquella experiencia es un motivo de esperanza en un futuro en el que todos los creyentes se sientan y sean auténticos trabajadores por la justicia y la paz.
Verdad moral en la política y en la diplomacia
12. La política y la diplomacia deberían contemplar el patrimonio moral y espiritual que ofrecen las grandes religiones del mundo, para reconocer y afirmar aquellas verdades, principios y valores universales que no pueden negarse sin negar la dignidad de la persona humana. Pero, ¿qué significa, de manera práctica, promover la verdad moral en el mundo de la política y de la diplomacia? Significa actuar de manera responsable sobre la base del conocimiento objetivo e íntegro de los hechos; quiere decir desarticular aquellas ideologías políticas que terminan por suplantar la verdad y la dignidad humana, y promueven falsos valores con el pretexto de la paz, el desarrollo y los derechos humanos; significa favorecer un compromiso constante para fundar la ley positiva sobre los principios de la ley natural. [16] Todo esto es necesario y coherente con el respeto de la dignidad y el valor de la persona humana, ratificado por los Pueblos de la tierra en la Carta de la Organización de las Naciones Unidas de 1945, que presenta valores y principios morales universales como referencia para las normas, instituciones y sistemas de convivencia en el ámbito nacional e internacional.
Más allá del odio y el prejuicio
13. A pesar de las enseñanzas de la historia y el esfuerzo de los Estados, las Organizaciones internacionales a nivel mundial y local, de las Organizaciones no gubernamentales y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que cada día se esfuerzan por tutelar los derechos y libertades fundamentales, se siguen constatando en el mundo persecuciones, discriminaciones, actos de violencia y de intolerancia por motivos religiosos. Particularmente en Asia y África, las víctimas son principalmente miembros de las minorías religiosas, a los que se les impide profesar libremente o cambiar la propia religión a través de la intimidación y la violación de los derechos, de las libertades fundamentales y de los bienes esenciales, llegando incluso a la privación de la libertad personal o de la misma vida.
Como ya he afirmado, se dan también formas más sofisticadas de hostilidad contra la religión, que en los Países occidentales se expresan a veces renegando de la historia y de los símbolos religiosos, en los que se reflejan la identidad y la cultura de la mayoría de los ciudadanos. Son formas que fomentan a menudo el odio y el prejuicio, y no coinciden con una visión serena y equilibrada del pluralismo y la laicidad de las instituciones, además del riesgo para las nuevas generaciones de perder el contacto con el precioso patrimonio espiritual de sus Países.
La defensa de la religión pasa a través de la defensa de los derechos y de las libertades de las comunidades religiosas. Que los líderes de las grandes religiones del mundo y los responsables de las naciones, renueven el compromiso por la promoción y tutela de la libertad religiosa, en particular, por la defensa de las minorías religiosas, que no constituyen una amenaza contra la identidad de la mayoría, sino que, por el contrario, son una oportunidad para el diálogo y el recíproco enriquecimiento cultural. Su defensa representa la manera ideal para consolidar el espíritu de benevolencia, de apertura y de reciprocidad con el que se tutelan los derechos y libertades fundamentales en todas las áreas y regiones del mundo.
La libertad religiosa en el mundo
14. Por último, me dirijo a las comunidades cristianas que sufren persecuciones, discriminaciones, actos de violencia e intolerancia, en particular en Asia, en África, en Oriente Medio y especialmente en Tierra Santa, lugar elegido y bendecido por Dios. A la vez que les renuevo mi afecto paterno y les aseguro mi oración, pido a todos los responsables que actúen prontamente para poner fin a todo atropello contra los cristianos que viven en esas regiones. Que los discípulos de Cristo no se desanimen ante las adversidades actuales, porque el testimonio del Evangelio es y será siempre un signo de contradicción.
Meditemos en nuestro corazón las palabras del Señor Jesús: «Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados […]. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo» (Mt 5, 5-12). Renovemos, pues, «el compromiso de indulgencia y de perdón que hemos adquirido, y que invocamos en el Pater Noster, al poner nosotros mismos la condición y la medida de la misericordia que deseamos obtener: “Y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores” (Mt 6, 12)».[17] La violencia no se vence con la violencia. Que nuestro grito de dolor vaya siempre acompañado por la fe, la esperanza y el testimonio del amor de Dios. Expreso también mi deseo de que en Occidente, especialmente en Europa, cesen la hostilidad y los prejuicios contra los cristianos, por el simple hecho de que intentan orientar su vida en coherencia con los valores y principios contenidos en el Evangelio. Que Europa sepa más bien reconciliarse con sus propias raíces cristianas, que son fundamentales para comprender el papel que ha tenido, que tiene y que quiere tener en la historia; de esta manera, sabrá experimentar la justicia, la concordia y la paz, cultivando un sincero diálogo con todos los pueblos.
La libertad religiosa, camino para la paz
15. El mundo tiene necesidad de Dios. Tiene necesidad de valores éticos y espirituales, universales y compartidos, y la religión puede contribuir de manera preciosa a su búsqueda, para la construcción de un orden social justo y pacífico, a nivel nacional e internacional.
La paz es un don de Dios y al mismo tiempo un proyecto que realizar, pero que nunca se cumplirá totalmente. Una sociedad reconciliada con Dios está más cerca de la paz, que no es la simple ausencia de la guerra, ni el mero fruto del predominio militar o económico, ni mucho menos de astucias engañosas o de hábiles manipulaciones. La paz, por el contrario, es el resultado de un proceso de purificación y elevación cultural, moral y espiritual de cada persona y cada pueblo, en el que la dignidad humana es respetada plenamente. Invito a todos los que desean ser constructores de paz, y sobre todo a los jóvenes, a escuchar la propia voz interior, para encontrar en Dios referencia segura para la conquista de una auténtica libertad, la fuerza inagotable para orientar el mundo con un espíritu nuevo, capaz de no repetir los errores del pasado. Como enseña el Siervo de Dios Pablo VI, a cuya sabiduría y clarividencia se debe la institución de la Jornada Mundial de la Paz: «Ante todo, hay que dar a la Paz otras armas que no sean las destinadas a matar y a exterminar a la humanidad. Son necesarias, sobre todo, las armas morales, que den fuerza y prestigio al derecho internacional; primeramente, la de observar los pactos». [18] La libertad religiosa es un arma auténtica de la paz, con una misión histórica y profética. En efecto, ella valoriza y hace fructificar las más profundas cualidades y potencialidades de la persona humana, capaces de cambiar y mejorar el mundo. Ella permite alimentar la esperanza en un futuro de justicia y paz, también ante las graves injusticias y miserias materiales y morales. Que todos los hombres y las sociedades, en todos los ámbitos y ángulos de la Tierra, puedan experimentar pronto la libertad religiosa, camino para la paz.
Vaticano, 8 de diciembre de 2010

BENEDICTUS PP XVI

lunes, 27 de diciembre de 2010

Una Jornada de Amor en Lecherias - Edo Anzoategui

Que Dios les Cuide:
Nuestro Canciller de Venezuela que tiene su residencia en Lecherias y junto a unos hermanos realizaron Una Jornada de Amor en Lecherias Edo Anzoategui, a continuacion su informe.
+ Guillermo
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Lechería, 22 de noviembre de 2010.
Nos reunimos en el nombre de Cristo las siguientes 6 personas:
1.       Francisco Ch.
2.       Carlos Ch.
3.       Mario Ch.
4.       Jackson Co.
5.       Joel Vásquez

Para realizar Una Jornada de Amor que por tercer año consecutivo los templarios de Venezuela OSMTH/OSMTJ, viene realizando en Maracay, y ahora como representante en Lecherias del Estado Anzoátegui  dejando vestigio de su representación y obra de su legado para siempre mantener y hacer crecer la orden por medio de estas obras, encabezadas por Nuestro Señor.
En este caso se visito la comunidad de guayabal a unos kilómetros de Puerto Piritu estado Anzoátegui a una casa hogar cristiana que entre sus grandes rasgos quiere una buena vida para los refugiados en esta. Estos niños tenían más de tres años que no recibían este regalo que alguna vez organizaciones interesadas en obras como estas alcanzaron este lejano pueblo, con 40 niños
Además también se realizo la visita a la comunidad de Barcelona donde entregamos regalos a hermanos del  Apostolado del CAMINO NEOCATECUMENAL, de la parroquia Nuestra Señora de Pompei, dejando más de 22 regalos para los niños de esta comunidad y algunos otros entregados al párroco para que dentro de su corazón entregue a los niños de la comunidad de las Casitas, barrio circundante a la nombrada parroquia.
Un Fuerte TAT a todos y que Dios Los Cuide

"NON NOBIS DOMINE, NON NOBIS SED NOMINE, TUO DA GLORIAM"
Fr+ Joel Vasquez
Canciller de Venezuela OSMTH/OSMTJ






sábado, 25 de diciembre de 2010

Feliz Navidad 2010

Dedicatoria al Nacimiento de Jesús

Dedicatoria al Nacimiento de Jesús

El Nacimiento de Jesús
Gloria a DIOS en las alturas,
y en la tierra paz a los hombres,,
de buena voluntad,
os doy nuevas de gran gozo,
que os a nacido en la ciudad de David,
el salvador del mundo.
Un ángel a unos pastores así,
les anunciaba, y ellos con temor,
preguntaron cómo será esto?
hallareis al niño envuelto en pañales,
acostado en un pesebre,
y fueron apresuradamente a,
adorarle, postrándose ante él.
Unos magos del oriente, presentes,
al niño Jesús, le trajeron,
oro, incienso y mirra, allí le ofrecieron
mas adoraron al niño sabiendo,
que era el rey de los judíos,
era la profecía, que se estaba cumpliendo.
La luz que el mundo nos dio,
es el resplandor de su gloria
la profecía se cumplió,
y Emanuel dios con nosotros,
dios fuerte, y padre eterno,
y príncipe de paz.
Gloria, gloria, en las alturas,
la paz nos vino a dar, aquel niñito Jesús
que al mundo vino a salvar,
y el principado sobre su hombro,
y se llamará admirable, consejero,
cumplida la profecía, en sus vestiduras, dirá,
rey de reyes, y señor de señores,
y vendrá a juzgar, al mundo,
aquel, que al mundo vino a salvar.
Autora: Alicia Pérez Hernández

 

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Preceptoria de Maracay - Jornada de Amor Dic 2010

Por 3 años consecutivos los hermanos templarios y aspirantes de la Preceptoria de Maracay realizador su Jornada de Amor a favor de los niños de su Ciudad.

En esta oportunidad fueron los Niños de la Casa Hogar Madre Teresa de Calcuta ubicada en Maracay.
Esta Institucion perteneciente al estado Aragua y que alberga a 45 niños de 0 a 10 años quienes en su mayoria son abandonados por sus padres.

Fue muy gratificante poder compartir con los niños de esta institucion que ademas lleva el nombre de una maravillosa Santa sacrificada por los mas desposeidos como la Madre Teresa de Calcuta.

Por Razones de Seguridad no nos permitieron tomarle fotos a todos los Niños recibiendo los Regalos, sin embargo las Maestras y las Cuidadoras posaron para nuestras Camaras para dar testimonio de la Donacion de Amor que los hermanos de Maracay hicieron el 19 de Diciembre de 2010, confirmando una vez mas nuestro compromiso humanitario y cristiano.

"Sin un corazón lleno de amor y sin unas manos generosas, es imposible curar a un hombre enfermo de su soledad." Madre Teresa de Calcuta

NN


Preceptoria Sur-Oeste de Caracas - Jornada de Amor Dic 2010

Como viene siendo costumbre anual, la preceptoría sur-oeste de Caracas, a cargo del hermano fr.+ Lester Mijares, ha realizado su servicio navideño a favor del prójimo. Pero atendiendo a la lamentable situación provocada en nuestro país por las lluvias excesivas que han caído sobre el territorio nacional, los hermanos de Caracas han decidido modificar la pauta, prestando especial atención a los refugios para damnificados.

En este sentido, los hermanos han realizado un humilde donativo consistente en: 24 kg de arroz, 20 kg de harina, 12 kg de pasta, 18 kg de leche en polvo, 20 unidades de sardinas enlatadas, 400 g de mantequilla para untar repartidos en unidades de 500 g, 12 kg de granos (lentejas y caraotas), 2 cajas de mortadela de larga duración, 3 unidades de de saborizante para merengadas en sabores surtidos, 36 unidades de colados de frutas de 113 g.

Dicho donativo, y en aras del trabajo mancomunado con la Iglesia Católica, fue entregado a la Parroquia San Ramón Nonato, misma que desde inicios de la tragedia ha estado trabajando incansablemente, al igual que toda la Santa iglesia a lo largo y ancho del país, para socorrer a los más afectados. La parroquia lo sumará a los donativos del resto de la feligresía y otros grupos de apostolado, para posteriormente canalizarlo en el L.P.B Gustavo H Machado, que actualmente funciona como refugio temporal de  al menos 400 personas damnificadas. En esta actividad la preceptoría de Caracas contó especialmente con el apoyo de los miembros de un importante consejo comunal de la parroquia “23 de Enero” de la ciudad capital. Quienes gustosamente facilitaron la obtención de la mayoría de los insumos a un costo bastante reducido  en comparación con el valor de mercado.

Vale destacar que dicha organización comunal también ha realizado arduas labores en auxilio de los damnificados del distrito capital.

NN

jueves, 16 de diciembre de 2010

Propuestas litúrgico-pastorales para el tiempo de Adviento

Propuestas litúrgico-pastorales para el tiempo de Adviento
«Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida. Celebrando la natividad y el martirio del Precursor, la Iglesia se une al deseo de éste: «Es preciso que él crezca y que yo disminuya» (Jn 3, 30).» (Catecismo de la Iglesia Católica, # 524).
Ponemos a tu alcance algunas iniciativas que pueden ayudar a preparar el tiempo de Adviento.
1. Retiro sobre el tiempo de Adviento
Se podría, preferentemente al inicio del tiempo litúrgico, realizar un retiro para todos los miembros del centro, asociación, etc. con el fin de lograr una mejor preparación con vistas a la Navidad. Los temas están dados por los acentos, personajes y medios que la Iglesia propone para el Adviento.
2. Liturgia semanal sobre el tema de la semana
Durante el transcurso de la semana se puede invitar a las agrupaciones y otras asociaciones a que celebren en su reunión semanal una liturgia que contribuya a profundizar en el tema y acento que la liturgia de la Iglesia propone para cada semana.
3. Campaña de oración
Se puede realizar a lo largo de todo el tiempo de adviento una campaña de oración con el fin de intensificar la vida de oración necesaria para una adecuada preparación para la celebración de la Navidad.
Puede ser hecha invitando a la participación personal y comunitaria (al interior de las Agrupaciones Marianas, por asociaciones en su conjunto, etc.).
Se pueden hacer murales con dibujos (en cuadrículas para ser coloreadas) alusivos a la Navidad. También se puede ir preparando el pesebre con las oraciones: atados de paja o hierba, maderas, etc. pueden simbolizar determinados ejercicios de oración.
Así mismo, sería bueno organizar la oración comunitaria y diaria de la liturgia de las horas (laudes, vísperas y completas) contando con los símbolos propios de este tiempo litúrgico.
4. Celebración navideña para centros apostólicos
Los días más próximos a la Navidad son propicios para realizar en los centros apostólicos alguna celebración navideña. Esta instancia es importante para celebrar comunitariamente nuestra fe, para fortalecer los lazos de comunión entre los miembros del centro apostólico o asociación y para estrechar vínculos con amigos y familiares buscando convertir esta celebración en una ocasión de evangelización.
Esta celebración navideña puede tener varias actividades. Por ejemplo:
Oración inicial
  • Obra de teatro, de títeres, etc. alusiva a la Navidad
  • Talentos: poesía, cantos, cuentos, etc.
  • Liturgia
  • Tuna Navideña
  • Chocolatada
Es muy recomendable la participación de personas representativas de las asociaciones, proyectos, etc. Esta celebración debe hacer participar no sólo a algunos cuantos ya que es una instancia de encuentro y participación de todos los miembros del centro apostólico o asociación. Debemos poner muy buena atención a la dimensión apostólica de esta jornada.
5. Concursos
Se puede promover el espíritu de preparación para la Navidad convocando a concursos de distintos talentos: composición de canciones, de villancicos, de cuentos, de poesías, de murales, símbolos y dibujos litúrgicos, etc. La celebración navideña podría ser una buena ocasión para presentar algunos de estos talentos.
6. Colecta y visita a hermanos necesitados
El tiempo de Adviento es muy apropiado para acentuar la vivencia de la caridad y solidaridad con nuestros hermanos más necesitados. Por ello es recomendable organizar una colecta de víveres, ropa y juguetes con el fin de donarlos en el marco de una visita a algún hospital o a un pueblo joven.
Al término de las misas de cada domingo de adviento se pueden repartir cajas de cartón para que cada familia o persona colabore con una familia pobre en esta Navidad. Las personas son invitadas a inscribirse especificando si quiere donar una caja de víveres para una familia de 4, 6 u 8 miembros. En cada caso debe darse al donante una lista de víveres y sus cantidades según el caso.
La visita debe involucrar a la mayor cantidad de gente posible ya que puede ser una magnífica ocasión apostólica. Debe cuidarse que esta visita no sea, por tanto, un mero repartir regalos, sino que debe transmitir lo esencial de nuestra vida de fe.
7. Ambientación de centros apostólicos
Es importante que los ambientes físicos del centro apostólico estén debidamente decorados con motivos de Adviento y de Navidad. Debemos generar un ambiente que favorezca nuestra preparación y espera, nuestra vida de silencio y oración, de encuentro fraterno.
Para lograr una mayor involucración de las personas podría organizarse un concurso de arreglo y decoración por asociaciones y al interior de ellas. También se puede organizar este concurso motivando la participación de familias. (Es importante acentuar la dimensión comunitaria de esta actividad).
Los periódicos murales con artículos y dibujos, carteles con frases alusivas al tiempo litúrgico (por ejemplo: “Ven, Señor Jesús”, “Venga a nosotros tu Reino”, etc.) y/o con dibujos o símbolos litúrgicos, la corona de adviento, el pesebre, el árbol de Navidad, etc. son algunos elementos que pueden favorecer este objetivo.
Hay a disposición de quien lo requiera algunas liturgias de bendición de símbolos propios del tiempo (corona, árbol y pesebre) que podrían servir de ocasión de encuentro y oración entre los miembros del centro y asociaciones.
Así mismo recomendamos el uso de música navideña en momentos oportunos ya que esto también puede ser un buen medio que contribuya en la vivencia del Adviento.
8. Video Forum
La presentación de alguna película que luego pueda ser comentada por los participantes puede favorecer la preparación de la Navidad. Algunas películas de temas apropiados son:
Cuentos de Navidad (distintas versiones)
  • El cuarto rey mago
9. Donativo de Adviento
En las celebraciones eucarísticas dominicales del MVC durante el tiempo de adviento se realizará la entrega semanal de un donativo para el mantenimiento de las obras apostólicas del  Movimiento. Desde cada asociación y/o centro apostólico emevecista se debe promover y apoyar esta iniciativa.
10. Celebraciones eucarísticas
Nuestras celebraciones litúrgicas eucarísticas pueden ser enriquecidas a través de distintos medios:
Bendición de la corona de Adviento (ver Bendicional)
  • Encendido progresivo, semana tras semana, de los cirios de la corona de Adviento
  • Bendición del nacimiento de la capilla (ver Bendicional)
  • Rito de inauguración del año litúrgico con procesión del leccionario dominical
  • Utilización del rito de aspersión de agua bendita, por lo menos los domingos, y sobre todo desde la segunda parte del Adviento (en la línea de una expectativa gozosa por el Don de Dios)
  • Austeridad en la decoración de la capilla: flores, adornos, etc.
  • Austeridad en el uso de instrumentos musicales para algunos cantos de la celebración
  • Uso de dibujos de símbolos litúrgicos
  • Colocación en un lugar visible de la capilla de una canasta para los víveres, etc. que la comunidad irá donando en el transcurso del tiempo de Adviento
TOMADO DE: http://www.aciprensa.com/fiestas/Adviento/propuestas.htm

sábado, 11 de diciembre de 2010

El Adviento

Celebración: 
Domingo, 28 Noviembre, 2010 - Viernes, 24 Diciembre, 2010

 El Adviento

La Iglesia, para comenzar el año litúrgico, celebra la llegada de Cristo con los hombres con una gran fiesta a la cual llamamos Navidad. Esta fiesta es tan importante para los cristianos que la Iglesia, antes de celebrarla, prepara a sus hijos durante el período conocido como Adviento. Ya desde tiempos remotos la Iglesia acostumbra tener esta preparación.

La palabra Adviento, como se conoce este periodo, significa "llegada" y claramente indica el espíritu de vigilia y preparación que los cristianos deben vivir. Al igual que se prepara la casa para recibir a un invitado muy especial y celebrar su estancia con nosotros, durante los cuatro domingos que anteceden a la fiesta de Navidad, los cristianos preparan su alma para recibir a Cristo y celebrar con Él su presencia entre nosotros.
En este tiempo es muy característico pensar: ¿cómo vamos a celebrar la Noche Buena y el día de Navidad? ¿con quien vamos a disfrutar estas fiestas? ¿qué vamos a regalar? Pero todo este ajetreo no tiene sentido si no consideramos que Cristo es el festejado a quien tenemos que acompañar y agasajar en este día. Cristo quiere que le demos lo más preciado que tenemos: nuestra propia vida; por lo que el período de Adviento nos sirve para preparar ese regalo que Jesús quiere, es decir, el adviento es un tiempo para tomar conciencia de lo que vamos a celebrar y de preparación espiritual.

Durante el Adviento los cristianos renuevan el deseo de recibir a Cristo por medio de la oración, el sacrificio, la generosidad y la caridad con los que nos rodean, es decir, renovarnos procurando ser mejores nuestra vida para recibir a Jesús.

La Iglesia durante las cuatro semanas anteriores a la Navidad y especialmente los domingos dedica la liturgia de la misa a la contemplación de la primera "llegada" de Cristo a la tierra, de su próxima "llegada" triunfal y la disposición que debemos tener para recibirlo. El color morado de los ornamentos usados en sus celebraciones nos recuerda la actitud de penitencia y sacrificio que todos los cristianos debemos tener para prepararnos a tan importante evento.

La familia como Iglesia doméstica procura reunirse para hacer más profunda esta preparación. Algunas familias se unen para orar en torno a una corona de ramas de hojas perennes sobre la cuál colocan velas que van encendiendo cada domingo. En otros lugares se elabora un calendario en el cuál se marcan los días que pasan hasta llegar al día de Navidad. En algunos países como México familiares y amigos se reúnen para celebrar las Posadas rezando el rosario, recordando el peregrinar de María y José para llegar a Belén. En todas estas reuniones el sentido de penitencia y sacrificio se enriquece por la esperanza y el espíritu de fraternidad y generosidad que surge de la alegría de que Dios pronto estará con nosotros.
En este enlace encontrarás más información sobre el Adviento

Autor:  Redacción Church Forum
Fuente: Church Forum http://www.churchforum.org/

viernes, 3 de diciembre de 2010

Iglesia Católica se solidariza con familiares de víctimas


Monseñores Rubén Salazar Gómez,Antonio Arregui Yarza, Miguel Cabrejos Vidarte y Ubaldo Santana.
(Foto Ubaldo Medina)
 Zaida D. Arias Molina
Caracas (REDACTA).- El cardenal Jorge Urosa Savino expresó las condolencias de la Iglesia Católica a los familiares de los fallecidos por las lluvias de los últimos días en el país.

El prelado informó que la Iglesia en Caracas, a través de las 115 parroquias y de Cáritas de Venezuela, está activando el apoyo a los damnificados. La fundación, que funciona en todas las diócesis, ha ayudado a unas 50 mil personas afectadas por las precipitaciones en Venezuela.

Urosa Savino acotó que esta institución dependiente de la Iglesia Católica, trabaja con otros organismos del Estado como privadas. Señaló que no ha habido una coordinación institucional con otros despachos oficiales en cuanto a Caracas se refiere, y dijo que simplemente hay colaboración inmediata en los lugares donde están los afectados.

El arzobispo de Caracas hizo un llamado a todas los venezolanos a que se solidaricen con "sus hermanos", que se quedaron sin techo, ropa y comida, a través de los diversos centros de acopio.

"Con gran dolor vemos que la mayoría de la víctimas son niños tapiados por los derrumbes, de allí mi solidaridad a los afectados con esta situación difícil por la cual viven los venezolanos", dijo Urosa Savino.

El Cardenal lamentó que en Caracas se viva una situación "bastante grave" por la distribución de la población. "La gran mayoría de los caraqueños habita en barrios ubicados en las montañas que son por supuesto, muy inestables y frágiles, y por eso cada vez que llueve se presentan situaciones como las actuales".

Parroquias no son aptas

El prelado sostiene que se deben activar refugios en instalaciones deportivas, centros educativos, entre otros. Algunas capillas están habilitadas pero de manera excepcional. "Hay que buscar que esas personas estén en lugares donde puedan ser atendidas" adecuadamente.

Consideró pertinente que esas personas sean llevadas a Fuerte Tiuna "porque los espacios se prestan para atender a los afectados, hay suficientes baños, comedores, lugares donde los niños pueden recrearse; pero en su defecto llevar damnificados a una iglesia es algo inapropiado, porque los templos son espacios sagrados para el culto, para que la gente ore". Insistió que las iglesias no tienen los espacios para albergar a familias durante lapsos largos.

Santana: "Pugnas políticas a un lado"

El presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Ubaldo Santana, abogó porque se dejen a un lado las pugnas políticas, para abocarse a atender las necesidades de los miles de damnificados por las lluvias de los últimos días.

Santana consideró que la respuesta de los organismos oficiales ha sido bastante rápida por parte de los servicios regionales y municipales para atender las emergencias. "Quisiera decirles que cooperen más y trabajen conjuntamente. Hay que tratar de superar todo tipo de pugnas de carácter político-partidista, electoral, ideológico; y aunque tengamos elecciones el próximo domingo tenemos que pensar en el bien de nuestros hermanos que están sufriendo los diversos embates de la naturaleza".

El arzobispo de Maracaibo hizo este señalamiento, luego de sostener este miércoles una reunión con los presidentes de las Conferencias Episcopales de Colombia, Ecuador y Perú quienes firmaron un comunicado conjunto a través del cual reconocieron una vez más que los pueblos de estas naciones forman una misma familia de hermanos, caracterizada por una experiencia singular de proximidad, fraternidad y solidaridad en el marco de una tradición cristiana.

Los cuatro arzobispos enviaron un mensaje de solidaridad a los afectados por las lluvias en Venezuela.

Los obispos exhortaron -en un escrito- a los gobernantes a avanzar por las vías del diálogo y del fortalecimiento de las relaciones diplomáticas y la mutua cooperación en el proceso de integración de los países, superando los pragmatismos y las pugnas ideológicas.

Tomado: http://www.el-carabobeno.com/portada/articulo/4700/iglesia-catlica-se-solidariza-con-familiares-de-vctimas-

Iglesia solidaria

La Conferencia Episcopal Venezolana, en la figura del cardenal Jorge Urosa Sabino, se hizo solidaria con las víctimas de las recientes y constantes lluvias que han azotado al país

Por: Dayimar Ayala Altuve

La Conferencia Episcopal Venezolana, en la figura del cardenal Jorge Urosa Sabino, se hizo solidaria con las víctimas de las recientes y constantes lluvias que han azotado al país, especialmente con aquellas familias que han perdido a sus hijos.
Asimismo, se pronunció en torno al decomiso de alimentos que efectuó la Guardia Nacional, cuando un grupo de voluntarios encabezado por Leopoldo López y algunos dirigentes estudiantiles se disponían a colaborar con la emergencia.

“El Estado y los organismos no deben decomisar la ayuda para los damnificados, la ayuda no puede ser solamente un monopolio de los entes”.

El cardenal dijo que la CEV está contribuyendo ante la emergencia con la atención de 50.000 damnificados en todo el territorio nacional mediante la fundación Cáritas de Venezuela. No obstante, hizo una crítica a la falta de viviendas en Caracas “Es una situación muy difícil por la distribución de la población”.

CONFERENCIAS EPISCOPALES EN CARACASCaracas fue sede del III encuentro de presidentes de Conferencias Episcopales, donde participaron los representantes de la Iglesia Católica de Ecuador, Colombia y Perú.

Los presidentes debatieron respecto a varios temas,  entre los cuales resaltan la necesidad de que los pueblos de Latinoamérica tomen conciencia de que son naciones hermanas.

Otro de los puntos destacados del encuentro fue la discusión de las orientaciones pastorales para aquellas personas que están en situación de asilo político, refugiados especialmente en las zonas fronterizas.
La situación climática y los embates en distintas regiones de Venezuela y otros países también está dentro del comunicado público que hicieron los presidentes de las Conferencias Episcopales.

Convivir con la naturaleza

Convivir con la naturaleza
Escrito por + Felipe Arizmendi Esquivel. Léelo en 5 minutos. 
Lunes 25 de Octubre de 2010 07:41 

¿En qué lugares ha habido más daños por las inundaciones recientes? ¿Dónde han acontecido más deslaves de cerros, obstrucción de caminos y carreteras?

No se debe generalizar ni culpar a todos los pobres, pues no tuvieron otras alternativas mejores y más seguras para vivir.  Sin embargo, la experiencia acumulada de años nos dice que los problemas por las lluvias se han agudizado donde se han talado más árboles, donde se construyen viviendas en lugares bajos o en terrenos que pertenecen a los ríos.

VER

¿En qué lugares ha habido más daños por las inundaciones recientes? ¿Dónde han acontecido más deslaves de cerros, obstrucción de caminos y carreteras? ¿En qué viviendas se han perdido más enseres domésticos? ¿A qué se deben las defunciones que lamentamos?

No se debe generalizar ni culpar a todos los pobres, pues no tuvieron otras alternativas mejores y más seguras para vivir.  Sin embargo, la experiencia acumulada de años nos dice que los problemas por las lluvias se han agudizado donde se han talado más árboles, donde se construyen viviendas en lugares bajos o en terrenos que pertenecen a los ríos. Y hemos de aprender de lo que ha pasado, para que no sigamos expuestos a unos daños que pueden evitarse, o al menos disminuirse.

JUZGAR

Dios ha puesto un orden en la naturaleza. Los huracanes, las tormentas tropicales, las depresiones pluviales, los frentes fríos, los terremotos, las erupciones de volcanes, las heladas y las nevadas, son fenómenos de equilibrio en nuestro planeta tierra. Todo tiene su razón de ser. Lo malo es que desconocemos todavía muchos de sus mecanismos, y no sabemos convivir con ellos. Si los tuviéramos en cuenta, los veríamos hasta necesarios. Si no hay huracanes, la lluvia no llega a lugares más distantes de los océanos y a los desiertos. Si no hay terremotos y erupciones, nuestra tierra sería un planeta muerto, sin movimiento, sin vida. Si no hubiera heladas y nevadas, no morirían muchos gérmenes nocivos, ni habría agua suficiente en los subsuelos. Lo malo también es que estamos influyendo para que sucedan en forma desordenada, con más daños que beneficios. Hay responsabilidad común por no saber vivir en lugares y condiciones que tomen en cuenta esos fenómenos; por no cuidar ni respetar la naturaleza; por el despilfarro de energía y por el exceso de contaminación, sobre todo de los países más ricos.

Dice el Papa Benedicto XVI en su Mensaje del 1 de enero de 2010: “El ser humano se ha dejado dominar por el egoísmo, perdiendo el sentido del mandato de Dios, y en su relación con la creación se ha comportado como explotador, queriendo ejercer sobre ella un dominio absoluto. Pero el verdadero sentido del mandato original de Dios, perfectamente claro en el Libro del Génesis, no consistía en una simple concesión de autoridad, sino más bien en una llamada a la responsabilidad. Por lo demás, la sabiduría de los antiguos reconocía que la naturaleza no está a nuestra disposición como si fuera un montón de desechos esparcidos al azar, mientras que la Revelación bíblica nos ha hecho comprender que la naturaleza es un don del Creador, el cual ha inscrito en ella su orden intrínseco para que el hombre pueda descubrir en él las orientaciones necesarias para «cultivarla y guardarla» (Gn 2,15). Todo lo que existe pertenece a Dios, que lo ha confiado a los hombres, pero no para que dispongan arbitrariamente de ello. Por el contrario, cuando el hombre, en vez de desempeñar su papel de colaborador de Dios, lo suplanta, termina provocando la rebelión de la naturaleza, más bien tiranizada que gobernada por él. Así, pues, el hombre tiene el deber de ejercer un gobierno responsable sobre la creación, protegiéndola y cultivándola.

La humanidad necesita una profunda renovación. Las situaciones de crisis por las que está actualmente atravesando obligan a replantear el camino común de los hombres. Obligan, en particular, a un modo de vivir caracterizado por la sobriedad y la solidaridad”.

ACTUAR

Sigamos siendo solidarios con quienes han sufrido por las inundaciones, haciéndoles llegar nuestra ayuda solidaria, y estemos preparados para las lluvias que puedan todavía sobrevenir, pues no ha terminado el ciclo de huracanes.

Hagamos campañas de sembrar árboles, o al menos cuidar los que nacen en forma natural, evitando talarlos, hacer negocios ilícitos con ellos e incendiarlos.

Evitemos construir viviendas en las cercanías de los ríos, porque éstos tarde o temprano exigen y recuperan sus derechos. Tampoco en lugares bajos, ni en montañas sin árboles, porque con mucha lluvia, se reblandecen y se derrumban, con riesgos de todo tipo
Tomado: http://forumvida.org/index.php?option=com_content&view=article&id=938:convivir-con-la-naturaleza&catid=34:sociedad&Itemid=55