domingo, 28 de febrero de 2010

Ouija, ¿en busca de una experiencia espiritual?



Espiritualidad y realidad desviada por la ouija

La brujería adquiere reconocimiento público ante la crisis económica y hasta se recurre a la ouija como asidero para salir de la mala situación financiera... En pleno Wall Street se han visto a corredores, brockers e intermediarios recurriendo a este demoníaco aparato...

La atracción de un fenómeno pagano

La brujería cada vez aparece más abiertamente en Holanda. Un tribunal holandés ha dictaminado que los costos de las lecciones de brujería pueden tener deducción en los impuestos.

El tribunal de distrito de Leeuwarden confirió el derecho legal a sustraer los costos de la enseñanza —incluyendo a la brujería— de la declaración de la renta. Éstos pueden ser sustanciales, según una bruja entrevistada.

Margarita Rongen gestiona la Granja de las Brujas en una provincia del norte. Sus talleres cuestan más de 200 dólares por fin de semana, y más de dos mil 600 dólares por un curso completo. Rongen declara que ha entrenado a cientos de discípulos en las últimas cuatro décadas.

En Inglaterra, la prisión de Kingston en Portsmouth ha empleado a un sacerdote pagano para dar consejo espiritual a tres internos que cumplen sentencias de por vida. Los presos se han convertido al paganismo y, según las normas de la prisión, se les permite un capellán de la misma forma que a los cristianos o a otros credos religiosos. Negarles un capellán pagano podría infringir sus derechos humanos, declara John Robinson, director de la prisión.

El Times de Londres informa que se permitirá a los sacerdotes paganos utilizar vino y varas en las ceremonias llevadas a cabo en las cárceles. El Times observa que, bajo instrucciones enviadas a los directores de prisión por Michael Spurr, director de operaciones del servicio de prisiones, se permite a los internos que practican el paganismo, contar con una vestidura sin capucha, incienso y una pieza de joyería religiosa entre sus pertenencias personales.

Se dio a los directores una guía completa sobre paganismo, basada en información facilitada por la Pagan Federation. También se permitirá a los presos practicar el paganismo en sus celdas, incluyendo la oración, el canto y la lectura de textos y rituales religiosos. No se sabe cuántos prisioneros paganos hay en las cárceles de Inglaterra y Gales.

La práctica de la brujería atrae a un creciente número de personas, especialmente a mujeres jóvenes. Un intento reciente de comprender su atractivo es el libro Wicca's Charm (El Encanto de la ouija).

La autora es la periodista Catherine Edwards Sanders, y el libro fue fruto de un artículo que le encargaron para una revista. Aunque inicialmente no se tomó en serio la ouija, durante sus investigaciones Sanders llegó a apreciar que un hambre espiritual genuina llevaba a la gente a las prácticas neopaganas.

Sanders, quien se profesa cristiana, define a la ouija como una «religión politeísta neopagana de la naturaleza, inspirada por varias creencias occidentales precristianas, que tienen como su deidad central a la Diosa Madre, y que incluye el uso de magia herbaria».

El libro, que se limita a examinar la situación en Estados Unidos, admite que es difícil estimar el número de los adheridos a la ouija. Ella cita una estimación de un grupo, el Covenant of the Goddess, que dice que hay 800 mil paganos adheridos a esta práctica en Estados Unidos.

La ouija se compone de muchos elementos diversos, con todo, Sanders identifica algunas creencias comunes entre sus seguidores. Éstas son: todos los seres vivientes tienen igual valor, no tienen un lugar especial y no están hechos a imagen de Dios; quienes se adhieren a la ouija creen que poseen el poder divino dentro de ellos mismos y que son dioses o diosas.

Creen que tienen un propio poder, que la persona no se ve limitada por ninguna deidad; y su conciencia puede y debe ser alterada a través de la práctica de un rito y del ritual. Lo que es importante para ellos, explica Sanders, es la experiencia de una realidad espiritual desviada.

En realidad, es una sed de espiritualidad que reduce a las personas a una mera satisfacción egocéntrica de creerse dioses y centros del universo a través de un mero instrumento de superstición y no de la verdad o un cuerpo de conocimientos.
No hay ortodoxia, texto definido o creencias base. Y, aunque tiene raíces antiguas, Sanders observa que la práctica se ve atraída por la modernidad, puesto que puede ser moldeada para adaptarse a los deseos del consumidor espiritual.

Hacer hechizos es otro elemento clave de la ouija, pero Sanders observa que de todas las personas adheridas con las que habló, ninguna entró para utilizar hechizos para dañar a otras personas. La mayoría la eligen porque no están satisfechos con las iglesias y religiones organizadas, y están buscando una experiencia espiritual que no pueden encontrar en otro lugar.

Ouija verde

Otro rasgo común en la ouija es el vínculo con el medio ambiente. La vida moderna ha perdido su conexión con la tierra, explica Sanders, y la ouija, con su énfasis en la naturaleza, los calendarios de las estaciones y las celebraciones ligadas al cambio de estaciones, es una forma de recobrar esta conexión, como también de espiritualizar la relación con la tierra. Muchos de sus seguidores también rechazan la cultura consumista materialista.

Los grupos paganos y de la ouija han estado presentes en algunas de las protestas antiglobalización de los últimos años. Sanders describe algunas de las ceremonias de las que fue testigo durante el Foro Económico Mundial reunido en Nueva York. Llamaban la atención sobre asuntos tales como el daño medioambiental, el bienestar de los animales, y la preservación de la pureza del agua.

El aspecto ecológico de la ouija considera la inspiración en parte de la espiritualidad conocida como Gaia. Gaia era la diosa de la tierra de los antiguos griegos, y en los círculos neopaganos se ha transformado ahora en la idea de la tierra como un organismo vivo, también llamado Gaia.

El feminismo es otro elemento importante de atracción de las personas. Sanders observa que las mujeres pertenecientes a la ouija sienten que las iglesias cristianas las tratan como ciudadanas de segunda clase, limitadas a enseñar en la escuela dominical.

Estima que cerca de dos tercios de los neopaganos en Estados Unidos son mujeres. Muchas de ellas practican alguna forma de adoración a una diosa, normalmente en forma de una diosa madre, que es una metáfora de la tierra. Los rituales de la ouija también ponen de relieve el concepto de potenciación, y se concede un papel de respeto a las funciones biológicas femeninas.

A esto se añade la creencia de que lo que están haciendo los actuales creyentes en la diosa es reclamar la herencia de un mundo primitivo en el que dominaba una sociedad matriarcal pacífica. Este «mito matriarcal» carece de cualquier evidencia histórica, observa Sanders, pero es una afirmación que se repite comúnmente.

De hecho, ella dedica una sección de su libro a explicar cómo los rituales y los conjuros de la ouija no tienen raíces anteriores al año 1900, y son el resultado de invenciones y adaptaciones de un grupo de hombres, especialmente de Aleister Crowley y Gerald Gardner.

Lejos de ser un renacimiento de cierto paganismo antiguo o sociedad matriarcal, la ouija es una invención moderna masculina.

Hambre espiritual

El deseo de experimentar la espiritualidad de forma más directa e intensa es otro factor de atracción de la ouija. Algunas chicas adolescentes, observa Sanders, están insatisfechas con la cultura superficial adolescente y buscan algo que dé un significado más profundo a sus vidas.

Pero, en vez de volverse a la religión tradicional para satisfacer esta necesidad, un creciente número experimenta con la ouija. Sanders sostiene que en parte esto es culpa de algunas iglesias, que han perdido de vista el mundo espiritual y la realidad de una relación con Cristo y la inundación del Espíritu Santo, reduciendo sus actividades sólo a un ejercicio social.

Algunas iglesias proporcionan poco en cuanto alimento serio para las mentes inquisitivas adolescentes, especialmente para las femeninas. Otro factor que lleva a las adolescentes a acercarse a la ouija en lugar de al cristianismo, es el deseo de rituales y ceremonias.

La cultura eclesial moderna, observa Sanders, ha reducido la importancia de los rituales religiosos y las celebraciones solemnes, llevando a la gente a buscar alternativas que ofrezcan experiencias sobrenaturales más tangibles.

Afirma que sus investigaciones la han hecho apreciar más el hambre espiritual que lleva a la gente a experimentar con la ouija. Al mismo tiempo, sostiene que el cristianismo ofrece todo lo que los neopaganos buscan: un mensaje verdadero hace dos mil años y válido todavía hoy.

http://www.conoze.com/doc.php?doc=7830

miércoles, 24 de febrero de 2010

El Santo Oficio



La Inquisición fue y sigue siendo un tribunal polémico para el gran público. Los historiadores se han ocupado de esta institución de modo científico y sin prejuicios ideológicos, especialmente desde un Congreso internacional celebrado en Cuenca en 1978. Recientemente la Santa Sede ha convocado en Roma a expertos de diversos credos y nacionalidades para clarificar la actuación histórica del Santo Oficio. Sobre este argumento responde para Escritos ARVO, Beatriz Comella, autora del libro La Inquisición española (Rialp, 1988; 3ª edición en noviembre 1999).

¿CUÁNDO Y POR QUÉ NACIÓ EL TRIBUNAL DE LA INQUISICIÓN?

El primer tribunal inquisitorial para juzgar delitos contra la fe nació en el siglo XIII. Fue fundado por el Papa Honorio III en 1220 a petición del emperador alemán Federico II Hohenstaufen, que reinaba además en el sur de Italia y Sicilia. Parece que el emperador solicitó el tribunal para mejorar su deteriorada imagen ante la Santa Sede (personalmente era amigo de musulmanes y no había cumplido con la promesa de realizar una cruzada a Tierra Santa) y pensó que era un buen modo de congraciarse con el Papa, ya que en aquella época el emperador representaba el máximo poder civil y el Papa, el religioso y, era conveniente que las relaciones entre ambos fueran al menos correctas. El romano pontífice exigió que el primer tribunal constituido en Sicilia estuviera formado por teólogos de las órdenes mendicantes (franciscanos y dominicos) para evitar que se desvirtuara su misión, como de hecho intentó Federico II, al utilizar el tribunal eclesiástico contra sus enemigos.
¿Existía en el siglo XIII alguna razón de justificara la creación de ese tribunal que consideraba la herejía como delito punible?

Conviene aclarar que los primeros teólogos cristianos de la talla de Tertuliano, San Ambrosio de Milán o San Martín de Tours sostuvieron que la religión y la violencia son incompatibles. Eran más partidarios de la doctrina evangélica que recomienda corregir y amonestar a quien dilapida el bien común de la fe. La represión violenta de la herejía es, como ha señalado Martín de la Hoz, un error teológico de gravísimas consecuencias, implicado en la íntima relación que de hecho se trabó entre el poder civil y la Iglesia en la Edad Media. La herejía pasó a ser un delito comparable al de quien atenta contra la vida del rey, es decir, de lesa majestad, castigado con la muerte en hoguera como en el siglo IV, bajo los emperadores Constantino y Teodosio.

A principios del siglo XIII aparecieron dos herejías (albigense y valdense) en el sur de Francia y norte de Italia. Atacaban algunos pilares de la moral cristiana y de la organización social de la época. Inicialmente se intentó que sus seguidores abandonaran la heterodoxia a través de la predicación pacífica encomendada a los recién fundados dominicos; después se procuró su desaparición mediante una violenta cruzada. En esas difíciles circunstancias nace el primer tribunal de la Inquisición.
Es lógico, pues, que la Inquisición resulte una institución polémica.

Desde luego, porque, afortunadamente, hoy sabemos que es injusto aplicar la pena capital por motivos religiosos. Los católicos de fin del siglo XX conocemos la doctrina del Concilio Vaticano II sobre la libertad religiosa, que coincide, en sus planteamientos básicos con la de muchos teólogos cristianos de los cuatro primeros siglos de nuestra era. Por este motivo, el Papa Juan Pablo II en su Carta Apostólica Tertio Milenio Adveniente (10-11-94) ha subrayado la necesidad de revisar algunos pasajes oscuros de la historia de la Iglesia para reconocer ante el mundo los errores de determinados fieles, teniendo en cuenta la unión espiritual que nos vincula con los miembros de la Iglesia de todos los tiempos.

¿Entonces, la «leyenda negra», más que leyenda es una realidad histórica?

Es preciso advertir que la polémica sobre la Inquisición se nutre de otra actitud muy distinta a la ya expuesta; me refiero a la ignorancia histórica, la falta de contextualización de los hechos, el desconocimiento de las mentalidades de épocas pasadas, la escasez de estudios comparativos entre la justicia civil y la inquisitorial... Todo esto contribuye a formar no sólo una polémica justificada sino una injusta leyenda negra en torno a la Inquisición.

¿Qué hay, pues, de verdad sobre la actividad de la Inquisición, concretamente en España?

Se formaron los primeros tribunales en 1242, a partir de un Concilio provincial de Tarragona. Dependían del obispo de la diócesis y, por regla general, su actuación fue moderada. Con la llegada de los Reyes Católicos al poder, el Santo Oficio cambió de modo notable. Isabel y Fernando consideraron que la unidad religiosa debía ser un factor clave en la unidad territorial de sus reinos. La conversión de las minorías hebrea y morisca era la condición para conseguirlo; algunos se bautizaron con convencimiento, otros no y éstos fueron perseguidos por la Inquisición.

En 1478 los Reyes Católicos consiguen del Papa Sixto IV una serie de privilegios en materia religiosa, entre ellos, el nombramiento del Inquisidor General por la monarquía y el control económico del Santo Oficio. Por otra parte, la actitud de los cristianos ante las comunidades judía y morisca en España fue muy variada a lo largo de la Historia. Había judíos asentados en España desde el final del Imperio Romano. Durante la etapa visigoda fueron tolerados y perseguidos en distintas épocas.

Algunos reyes castellanos y aragoneses supieron crear condiciones de convivencia pacífica, pero el pueblo llano no miraba con buenos ojos a los hebreos prestamistas (el interés anual legal de los préstamos ascendía al 33%); además se les consideraba, de acuerdo con una actitud muy primaria, culpables de la muerte de Jesucristo. El malestar se transformó a finales del siglo XIV en revueltas y matanzas contra los judíos en el sur y levante español.

Los Reyes Católicos no sentían animadversión personal contra los hebreos (el propio rey Fernando tenía sangre judía por parte de madre) y en su corte se hallaban financieros, consejeros, médicos y artesanos hebreos. Los judíos vivían en barrios especiales (aljamas) y entregaban tributos directamente al rey a cambio de protección. El deseo de unión religiosa y de evitar matanzas populares impulsaron a los Reyes a decretar la expulsión de los judíos españoles (unos 110.000) en marzo de 1492. La alternativa era recibir el bautismo o abandonar los reinos, aunque se preveían consecuencias económicas negativas en los territorios españoles. Sólo unos 10.000 hebreos se adhirieron a la fe cristiana y, entre ellos, bastantes por intereses no religiosos. Entonces surgió el criptojudaísmo, la práctica oculta de la religión de Moisés mientras se mantenía externamente el catolicismo. Contra estos falsos cristianos, como se ha dicho, actuó la Inquisición.

Respecto a los moriscos, unos 350.000 en el siglo XV, la política fue similar. Se intentó de modo más o menos adecuado su conversión tras la toma de Granada, pero al comprobar que su asimilación no era satisfactoria se procedió a la expulsión de los no conversos, tras violentos enfrentamientos, en 1609, bajo el reinado de Felipe III. Durante el siglo XVII aparece con fuerza el fenómeno social de la limpieza de sangre: para acceder a determinados cargos u oficios era necesario ser cristiano viejo, es decir, no tener sangre judía o morisca en los antepasados recientes.

¿Qué delitos juzgaba el Tribunal de la Inquisición y cuáles eran las penas?

Inicialmente el tribunal fue creado para frenar la heterodoxia entre los bautizados: las causas más frecuentes eran las de falsos conversos del judaísmo y mahometismo; pronto se añadió el luteranismo con focos en Sevilla y Valladolid; y el alumbradismo, movimiento pseudo-místico. También se consideraban delitos contra la fe, la blasfemia, en la medida que podía reflejar la heterodoxia, y la brujería, como subproducto de religiosidad. Además, se perseguían delitos de carácter moral como la bigamia. Con el tiempo se introdujo el delito de resistencia al Santo Oficio, que trataba de garantizar el trabajo del tribunal.

La pena de muerte en hoguera se aplicaba a hereje contumaz no arrepentido. El resto de los delitos se pagaban con excomunión, confiscación de bienes, multas, cárcel, oraciones y limosnas penitenciales. Las sentencias eran leídas y ejecutadas en público en los denominados autos de fe, instrumento inquisitorial para el control religioso de la población.

Desde el siglo XIII, la Iglesia admitió el uso de la tortura para conseguir la confesión y arrepentimiento de los reos. No hay que olvidar que el tormento era utilizado también en los tribunales civiles; en el de la Inquisición se le dio otra finalidad: el acusado confeso arrepentido tras la tortura se libraba de la muerte, algo que no ocurría en la justicia civil. Las torturas eran terribles sufrimientos físicos que no llegaban a mutilar o matar al acusado.

Una figura inevitable en la polémica sobre la Inquisición es Torquemada. ¿Es tan fiero el león como lo pintan? ¿Qué hubo en los juicios contra Carranza y Antonio Pérez?

Fray Tomás de Torquemada fue Inquisidor General entre 1485 y 1496. Gozó de la confianza de los Reyes Católicos. Lo cierto es que no existe todavía una biografía definitiva sobre este importante personaje. Desde luego sentía animadversión hacia los judíos e influyó decisivamente en el decreto de expulsión de 1492, sin embargo no era sanguinario, como cierta leyenda injustificada pretende hacernos creer, aunque sí es obvio que presidió el tribunal en años de intensa actividad . No obstante, redactó una serie de normas y leyes para garantizar el buen funcionamientos del tribunal y evitar abusos.

Carranza era arzobispo de Toledo y Primado de España. Fue acusado injustamente de luteranismo y condenado a la pena capital por la inquisición española; por tratarse de un prelado, la causa se inició con el permiso de Roma y fue revisada por el Papa que no vio motivos proporcionados para tal veredicto. Aunque éste no llegó a aplicarse, Felipe II destituyó a Carranza para subrayar la autonomía del tribunal español respecto a la Santa Sede. Antonio Pérez era secretario del rey y fue acusado de asesinato; como consiguió huir de la justicia de Castilla, la Inquisición le imputó de ciertos cargos para poder detenerlo. El reo salió de España y dio a conocer su caso en las cortes de Francia e Inglaterra. Es un claro ejemplo de utilización política del tribunal por parte del rey, que supo airear oportunamente su antiguo secretario. Por otra parte, los casos de Carranza y Pérez ponen de relieve algo característico del Tribunal de la Inquisición: su poder no hacía distinciones a la hora de acusar a prelados, cortesanos , nobles o ministros; fue, en ese sentido, un tribunal democrático con una jurisdicción sólo inferior a la del Papa.

¿Cuál fue la actitud del Santo Oficio español ante la brujería?

En España hubo pocos casos de brujería en comparación al resto de Europa. Fue un fenómeno más destacado entre la población bautizada de los territorios americanos, por el apego a sus ritos y tradiciones seculares. En la Península fueron desgraciadamente famosas las brujas de Zugarramurdi (Navarra) condenadas en 1610. Desde entonces se tuvo en cuenta la acertada observación de un inquisidor, para quien cuanto menos se hablara de ellas, menos casos habría; la Inquisición prefirió considerarlas personas alucinadas o enfermas.

Otra cuestión espinosa que suscita la Inquisición es el número de víctimas ¿es posible saber cuántas fueron?

La Inquisición tuvo una larga vida en España: se instauró en 1242 y no fue abolida formalmente hasta 1834 durante la regencia de María Cristina. Sin embargo, su actuación más intensa se registra entre 1478 y 1700, es decir, durante el gobierno de los Reyes Católicos y los Austrias. En cierto sentido no se puede calcular el número de personas afectadas por la Inquisición: la migración forzosa de millares de judíos y moriscos; la deshonra familiar que comportaba una acusación del tribunal durante varias generaciones; la obsesión colectiva por la limpieza de sangre, lo hacen imposible.

Respecto al número de ajusticiados no hay datos definitivos porque hasta ahora no se han podido estudiar todas las causas conservadas en archivos. Aunque parciales, son más próximos a la realidad los estudios realizados por los profesores Heningsen y Contreras sobre 50.000 causas abiertas entre 1540 y 1700: concluyen que fueron quemadas 1.346 personas, el 1,9% de los juzgados. Es posible, aunque la cifra no sea definitiva, que los ajusticiados a lo largo de la historia del tribunal fueran unos 5.000. Afortunadamente, el cristianismo, a diferencia de las ideologías, tiene siempre una doctrina buena, cierta y definitiva que le permite rectificar los errores prácticos en los que pueden incurrir algunos de sus miembros: el Evangelio.

http://www.conoze.com/index.php?accion=contenido&doc=46

lunes, 22 de febrero de 2010

Las imágenes sagradas



¿Por qué en la Iglesia católica se tienen imágenes si el Antiguo Testamento parece prohibirlas (Ex 20,4-5; Dt 4,15-16; 7,25-26; 2Re 8,14 Sl 135,15-18)?

La raíz hebraica para “adorar” es "hawah" esta raíz en hebreo significa “adorar”, mientras que en arameo designa “relatar”, “informar”. En griego se traduce siempre con προσκυν€ˆ (prskyneo).

Adorar a Dios: Gn 22,5; 24,48; 37,10; Ex 4,31; 33,10; Dt 26,10; 1Sam 1,3.19; 15,25.30; 2Sam 15,32; 2Re 17,36; 18,22; 32,12; 2Cron 7,3.22; 20,18; 29,28.29.30; Is 2,10; 27,13; 36,7; 49,7.23; 66,23; Jer 1,16; 7,2; 26,2; 22,9; Ez 46,2.3.9; Zac 14,16.17; Sl 5,8; 22,27.29;29,2; 66,4; 86,9; 95,6; 96,9; Ne 8,6; 9,3.6.

Adorar a Absalón: 1Sam 2,36.

Adorar a Dios y al rey: 1Cr 29,20.

Adorar a los ídolos, al sol u otros dioses: Ex 32,8; Lev 26,1; 1Re 9,6.9; 11,33 (sin correspondencia griega); 2Re 5,18; 17,16.35; 19,37; Jue 2,12.13 (en este caso el griego emplea Ï·ÙÚ‡ˆ = latreuo). 17; Is 2,20; 37,38; 46,6 Ez 8,16; Jer 25,6; 2Cr 7,19; Is 2,20.

La raíz aramea para adorar es "segid" esta raíz también existe en hebreo con el mismo significado y figura traducida en griego por proskyneo: Is 44,15.17.19; 46,6 (adorar ídolos).

Adorar a Dios; rehusar la adoración de otros dioses o ídolos: Dn 3,12.15; se traduce por latreuo; Adorar ídolos: Dn 3,5.6.7.10.11. 14.18 se traduce al griego por proskyneo.

En otros pasajes figuran juntas las dos raíces de "segid y hawah" Is 44,15, donde a hawa equivale proskyneo, mientras que segid no parece tener equivalente; Is 44,17: segid es traducido por proskyneo; mientras que a hawa corresponde el verbo proseuchomai.

Como se habrá observado por las diversas citas antes aducidas, en unas tres ocasiones los verbos hebreo y arameo segir y hawah se traducen por latreuo.

Hay otros verbos que sorprenden por sus diversos contextos. La gloria es un atributo divino (doxa) y encontramos el verbo doxazo con el sentido de honrar al hombre en Ester 6,6.7.9.11. El verbo sébomai aparece en LXX Is 29,13; Jos 4,24; 24,33 con el contexto de “venerar a Dios” ; el libro de la Sabiduría lo usa para los ídolos en 15,18.

Un estudio atento al empleo que se hacen de las diversas raíces, muestra que no hay una clara distinción en los escritos antiguos entre adorar y venerar.

La forma de culto de Cristo y de los santos en los cementerios es de las devociones más antiguas; pero no sólo, en las catacumbas de Roma es frecuente encontrar representaciones de Cristo como “Buen Pastor” y como “pez”, también en Galilea hay mosaicos antiguos que representan el milagro de la multiplicación de los panes y de los peces. Este culto se universalizó hacia tiempos de Constantino.

Con todo, en el S. IV el concilio regional de Elvira prohibía la decoración de las iglesias con pinturas, pero no se universalizó; la causa se debía al contraste entre los misterios de la fe y las débiles creaciones humanas. Eusebio de Cesarea consideraba también imposible la representación de la humanidad gloriosa de Cristo. Asimismo los monofisitas eran enemigos de tales representaciones.

En el 599 Severo de Marsella encabezó el primer caso de destrucción de las imágenes en su diócesis, lo que acarreó la reacción de Sn Gregorio Magno. Esta polémica se acrecentó en el 727 cuando el emperador León III hizo derribar una figura de Cristo en los palacios imperiales. El pueblo reaccionó y dio muerte a varios oficiales.

A ello siguieron varias represiones imperiales bajo León III y Constantino Coprónimo. La tranquilidad llegó cuando ocupó el trono la emperatriz Irene. El II concilio de Nicea confirmó la legitimidad del culto en la sesión VII.

El IV concilio de Constantinopla parece emplear una misma raíz de “proskyneo” para la adoración de la imagen de Cristo Salvador, de la Virgen, Madre de Dios, de los ángeles y de los santos.

Así que más que un intento fallido de la teología, es mérito de ésta el haber ido comprendiendo mejor el dato a fin de aclarar los términos; y más que de la teología, el mérito se debe al magisterio eclesiástico.

No se olvide que el concilio de Elvira no tuvo valor universal respecto de las imágenes. En dicho concilio el verbo griego que se empleaba para “adorar” es el mismo que para “venerar”: “proskyneo” (προσκυν€ˆ).

El diccionario de la lengua griega Montanari que es uno de los más completos que se han publicado recientemente, elenca las siguientes acepciones para este verbo: (1) saludar con afecto, abrazar; (2) adorar, venerar; (3) postrarse, considerar con respeto o veneracón; (4) conjurar, tratar de aplacar suplicando; etc...

Con ello queda claro que un mismo verbo griego –que es el que usó Constantinopla IV- se emplea para adorar y para venerar.

En cuanto al NT hay cuatro acepciones:

· Con ese verbo se indica el culto debido a Dios (Mt 4,10; Lc 4,8; Jn 4,21; 1Cor 14,25; Ap 4,10; Hebreos 11,21...

· Adorar a Cristo, profeta, mesías y Dios (Mt 2,2; 8,1Lc 24,52; Hebreos 1,6...).

· Venerar a alguien con un acto de humilde postración (Hechos 10,25; Ap 19,10; 22,8).

· Adorar al diablo, a la bestia, al dragón y a sus representaciones (Mt 4,9; Lc 4,7; Ap 9,20; 13,4.8).

El IV concilio de Constantinopla, a pesar de echar mano de proskyneo para la adoración de la imagen Cristo y de la Virgen y de los ángeles y santos, establece una clara y sutil distinción entre los cuatro.

En el caso de Cristo se dice que esa adoración es similar a la adoración de los evangelios y eso no se dice de la Virgen, de los ángeles ni de los santos; por otro lado, en el caso de Cristo se emplea el verbo porskyneo, “venerar” de modo fuerte, absoluto.

En los otros tres casos se echa mano de dos verbos y no solamente de “adorar”, sino que se dice: “honramos y adoramos”; es lo que se llama una “hendíadis”: a este honrar y adorar se le llama hoy “venerar”.

La gradación de estos cuatro grupos tampoco es casual: el culto reservado a María es privilegiado respecto de los otros dos; por ello figura antes que ellos y el concilio da el motivo: es Madre de Dios, cosa que no encarnan los ángeles ni los santos.

Para el año 869-870 no había una terminología clara o neta para designar el culto reservado a la Virgen y a los santos (alguna distinción había establecido el II concilio de Nicea, pero no se había comprendido bien, por contar con una mala traducción, a la que se sumaban rivalidades entre los dos imperios romanos de oriente y occidente); por eso es que el verbo “venerar” no figura. Venerar en griego se decía también “proskyneo”, como ha señalado el diccionario de Montanari.

La Iglesia a lo largo de los siglos ha ido precisando esta terminología, de manera que hoy el catecismo establece una clara distinción entre adorar y venerar. Algo semejante ocurrió con el término “persona”. Antes de Calcedonia, no había una clara distinción entre “persona” y “naturaleza”. Fue mérito de Calcedonia precisar el concepto de persona.

Ahora pasamos a las citas veterotestamentarias que nuestros hermanos separados nos aducen para decirnos que los católicos cometemos actos de idolatría cuando veneramos las imágenes sagradas.

A menudo parece que con dicho método de citar el Antiguo Testamento se descuida que el Nuevo Testamento ayuda a comprender el Antiguo (cf 2Cor 2,14) y que el Antiguo da una base al Nuevo, como si no hubiera distinción entre los dos. En realidad, en el Antiguo Testamento encontramos una especie de bosquejo del plan de salvación.

La revelación ha tenido un carácter progresivo hasta el cumplimiento definitivo en Cristo (Heb 1,1-2). A esta luz, no parece ser un buen método el hacer que la Biblia diga lo que yo quiero como sostén de mis gustos personales, parapetados tras el nombre de “libre examen”. Más bien se ha de leer a la luz del Espíritu con que ha sido escrita.

El motivo de que no se diera lugar a imágenes en el AT se debía al peligro que tenía el pueblo de caer en la idolatría. El hecho es que los profetas nunca cesaban de fustigar esta costumbre, que consistía sobre todo en representaciones de Dios tomadas del reino animal. Esta inclinación se debía a que Israel vivía en torno a naciones idólatras.

El primer mandamiento del Decálogo prohibía que se hiciera imagen tallada de cualquier figura (Ex 20,3), lo cual debe entenderse no en sentido absoluto, sino en su contexto de no rendir culto a las falsas divinidades que los judíos pudieron ver en Egipto.

La representación de Dios en una imagen equivalía para la mentalidad de aquel entonces a atribuir a Dios una forma arbitraria según el gusto del hombre –una cosa o ser animado-, descuidando su dimensión trascendente (Dt 14,15-16.28). En tiempo de los macabeos volvió a aplicarse el Decálogo al pie de la letra.

Flavio Josefo cuenta cómo reaccionó el pueblo ante la colocación de una águila de oro en la entrada principal del templo, de la indignación que sintieron los judíos cuando vieron que en los estandartes del ejército romano en Jerusalén había imágenes del César.

Más aún, el nombre de Dios no podía pronunciarse; el hombre no podía mirar a Dios, ni siquiera Moisés pudo hacerlo (logró ver sólo su dorso como enseña Éxodo 33,18-20, texto que corrige a Éxodo 24,9-11 y a Deuteronomio 34,10, y que confirma Jn 1,18).

Si es verdad que Cristo nos revela el rostro de Dios (Jn 6,46), con Él se inaugura una nueva era, porque nos ha enseñado a llamarle "Padre" a Dios con todo derecho.

Con toda razón dirá san Juan en su primera carta: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos en lo tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido” (1Jn 1,1-4).

Juan habla de tocar, ver, contemplar, palpar... en relación con el Verbo de vida, Cristo Jesús. Por eso es lícita la representación de su rostro, de su cruz, de sus padecimientos: Dios, que era invisible en su naturaleza, se ha hecho visible, hasta el punto que dejó contemplarse, tocarse, palparse. La encarnación ha inaugurado una nueva "economía de las imágenes"(NC 1159).

El libro del Apocalipsis muestra un aborrecimiento visceral de toda forma de paganismo: magia (Ap 9,21; 18,23; 21,8; 22,15), nicolaitismo (Ap 2,6.15), blasfemias contra Dios (Ap 2,9; 13,6); adoración de los ángeles (Ap 19,10; 22,9); de los ídolos (21,8; 22,15); del demonio (Ap 13,4-6).

¿Parece contradecirse cuando recurre a las comparaciones con las piedras preciosas para describir al que se sienta sobre el trono (Ap 4,3), cuando ofrece diversas representaciones -teriomorfas o no- de Cristo (León de la tribu de Judá, raíz de David, cordero de pie como degollado, Ap 5,6); cuando nos presenta a María trascendente en Ap 12,1-2; cuando presenta a los cuatro "animales" y a los 24 presbíteros, los cuales contienen copas que son las oraciones de los santos ante el trono de Dios? El culto de la iglesia a las imágenes va en esta línea.

Si abundan representaciones antiguas de dioses paganos en muchas ciudades, no se debe a que hoy se realicen actos de idolatría, sino que son obras de arte. Y la obras de arte tienen un alcance universal tanto para los hombres que nos han precedido como para los de hoy y los que habrán de venir mañana. Una vez más, si los términos no son claros en la Escritura, es mérito de la Iglesia el haber establecido la distinción entre adorar y venerar.

En los siglos I - II del cristianismo se tienen las siguientes representaciones religiosas:

a. Misterios de la fe cristiana, virtudes, representaciones de Cristo: el cordero, la paloma, el pez, el ancla.
b. Parábolas o alegorías: viña, Buen Pastor, vírgenes sabias y necias.
c. Personajes del AT: Noé, Daniel, Jonás, Moisés.
d. Imágenes de Cristo, de la Virgen y de los santos.

En los siglos III-IV :
a. Aparecen pinturas de estuco en las paredes o como fondo de vasos y medallas.
b. Escenas de la vida de Cristo y de la historia de la Iglesia.
c. Escenas de la vida de Cristo en cementerios, Moisés que golpea la roca, el pescador que extrae el pez del agua, el Bautismo de Cristo en el Jordán, el sacrificio eucarístico, la llamada de los 12.

Algunos padres y escritores eclesiásticos testimonian algunas de dichas representaciones: Ireneo (Adv Haer, I, 25) Lampridio (Alex Sev, 29), Tertuliano (De pudicitia, VII, 10).

Con la paz de Constantino cobra nuevo realce la veneración a la cruz como estandarte cristiano o “labarum”. De este período son los mosaicos en Roma y Rávena que representan a Cristo, a la Virgen y a los santos, como puede constatarse en el mausoleo de santa Constanza de Roma (edificio más antiguo del S. IV), el ábside de Santa Prudentina que representa a Cristo, Pedro y Pablo, así como el gran arco de Sta. María la Mayor de mediados del S. V., que representa a Jesús, llevado por su Madre al lado de Ana y Simeón.

Del mismo período hay una prefiguración en Sta. Sabina de la “Ecclesia ex circumcisione” y de la “Ecclesia ex gentibus”. En Rávena Sta. Ágata contiene un mosaico de Cristo con dos ángeles, en el mausoleo de Galla Placidia (año 424), donde figuran el Buen Pastor, san Lorenzo y los apóstoles.

Las catacumbas son una evolución de hipogeos romanos a los que se añadieron corredores. En un inicio eran privados, pero se difundieron con la práctica de la inhumación entre paganos, judíos y cristianos. Ello explica que al lado de prefiguraciones paganas se encuentren temas cristianos.

Los complejos son llamados “colombari” y luego se transformaron en lugares de inhumación. Estos lugares sirvieron de cementerio hasta el S. VI, y luego se transformaron lugares de devoción. A partir del S. III se comenzaron a celebrar allí las diversas conmemoraciones de los fieles difuntos.

A partir del S. IV se adosaron escaleras y altares y se llevaron allí más reliquias de santos. Hacia el S. VIII las catacumbas cayeron en el olvido.

De las 67 catacumbas hoy conocidas, De Rossi descubrió unas 26 en 1849, aunque en el siglo XVI Antonio Bosio había dado inicio a los descubrimientos arqueológicos. Las más famosas son las de Comodila, Priscila, Calixto y Sebastián. Se trata de más vastos complejos funerarios.

El sector más antiguo de Sn Calixto es el de las criptas de Lucina en la vía Apia y que se remonta al S. II. Aquí han sido sepultados al menos 4 de los 14 papas: Ponciano, Antero, Fabiano, Eutiquiano. De Rossi reconoció las figuras de Cristo, de Sta. Cecilia y del Papa Urbano en los frescos bizantinos de la cripta de Sta. Cecilia. Hay un nicho ahí con una copia de la estatua de Sta. Cecilia y que es obra de Maderno (el original está en el Trastévere).

No muy lejos figuran cinco cámaras sepulcrales con representaciones de la resurrección, de los sacramentos del bautismo, de la Eucaristía. Son decoraciones del S. III.

Las prefiguraciones cristianas más comunes allí son: el Buen Pastor, las primeras dos letras de la palabra Cristo, un hombre en oración, el pez, el ciervo que lucha con la serpiente como símbolo del catecúmeno, las palabras iniciales de “mártir”.
En la ciudad de Roma hay tres columnas famosas: la columna de Trajano, cuya estatua Sixto V reemplazó con otra de san Pedro, obra de Giacomo della Porta: esto ocurrió el 4 de diciembre de 1587. Dos años después el mismo Papa mandó que se colocara una estatua de san Pablo sobre la columna de Marco Aurelio en Piazza Colonna: en la edad media desapareció la estatua de este emperador, esculpida entre el 180 y 193 para conmemorar sus victorias sobre marcomanos, cuados y sarmatos.

Nadie realiza ante dichas columnas actos idolátricos. En la plaza de España de Roma hay también una antigua columna con una estatua de bronce de la Inmaculada; a sus pies hay efigies de Moisés, Isaías, Ezequiel y David. Esta obra fue erigida por Luigi Poletti dos años después de la proclamación del dogma (1854) por parte de Pío IX. Cada año el 8 de diciembre el Papa se dirige a este lugar, deja a los pies de la imagen de la Madre de Dios un ramo de flores y dirige un discurso a los presentes.

San Gregorio Nacianceno habla de una imagen de san Polemón, que convierte a una pecadora (Carm I,1; sec II v. 800); se duda aún de si es de san Basilio o Efrén el discurso con que se exhorta a los pintores a ser buenos maestros en su arte cristiano (PG xxxi, col 489).

San Gregorio de Nisa, siguiendo las huellas de las descripciones de san Efrén, describe las pinturas religiosas que ha visto en el oratorio de santa Eufemia, en Calcedonia (PG xI, col 333-337); él mismo habla de haber visto representaciones del sacrificio de Isaac, de mosaicos con diversos temas religiosos (PG xlvi col 737).

San Nilo reprocha a Olimpiódoro el haber querido pintar en una basílica escenas de caza y pesca y le exhorta a elegir para su decoración temas bíblicos que instruyan a los fieles (PG lxxix, col 577).

San Jerónimo habla de imágenes de los apóstoles pintadas en vasos sagrados (In Ion IV,6).

San Agustín indica la costumbre de representar en muchos lugares a san pedro y a san Pablo al lado de Nuestro Señor ( PL, xxxiv, col 1049); también habla de la pintura que ha visto de San Esteban mientras muere lapidado, al tiempo que san Pablo cuida las vestiduras de los que le apedrean ( PL xxxviii, col 1434).

En el “Contra Faustum” habla de una pintura que representa el sacrificio de Abraham (PL xlii col 446). En cuanto a la advertencia que Ud. recoge de san Agustín: primero, quizá no convenga decir que corrige a Tomás de Aquino, ya que es muy posterior a él. Por otro lado, sus palabras han de ponderarse dentro de su propio contexto: advierte contra la adoración de falsas divinidades. De ahí que insista en su valor representativo. En ese sentido está dentro de lo que siempre ha dicho la Iglesia.

Prudencio habla de las pinturas que representan el martirio de san Casiano (PL lx, cpl 433-435).
San Paulino de Nola y Suplicio Severo decoran de imágenes religiosas las basílicas construidas por ellos; se trata de escenas veterotestamentarias (PL lxi, col 660).

El culto reservado a las imágenes no es de adoración, sino de veneración: nunca la Iglesia ha pensado que las imágenes o representaciones de los santos sean dioses.

Al mismo tiempo, en la Biblia, figuran diversas representaciones: el mismo Moisés por orden de Dios hace colocar dos querubines de oro sobre el arca de la alianza (Ex 25,18), izó una serpiente de bronce como signo de salvación para los que padecieran picaduras de las víboras como castigo del pueblo por murmurar (Nm 21,3): más tarde, Exequias hizo destruir la serpiente de bronce, porque los judíos se ponían a quemar incienso ante ella (2Re 18,4); no se ha de olvidar tampoco la imagen de madera cubierta de metal, y que representaba a Dios: la mandó hacer la madre de Miqueas (Jue 17,4-5).

De ella se apropiaron los danitas, hicieron un santuario y le rindieron culto (Jue 18,30-31); asimismo, el templo de Salomón constaba de diversas decoraciones de querubines, toros, bueyes, leones, palmeras, botones de flores (1Re 6,23-35; 7,25-51); tampoco ha de olvidarse que los judíos tenían candelabros (Zac 4,2). Zacarías que en su visión del cap 4, da con dos olivos que Dios dice ser los dos ungidos que recorren toda la tierra (Zac 4,14).

Repito, es mérito de la Iglesia el haber aclarado la terminología al respecto. No es una veneración a la materialidad de las cosas sino a lo que representan. Con ello se aclara que en la Iglesia católica no hay idolatría –otra cosa es que algunas personas distingan eso y caigan en desviaciones a menudo por ignorancia-. Tampoco se adora a los ángeles ni a los santos.

Consideramos los diversos objetos dignos de respeto, pero no les tributamos dotes o poderes especiales. Otro aspecto del culto a la Virgen y a los santos son los nombres: un gran número de personas, creyentes o no, tiene nombres de santos, de la Virgen, de Jesús y no por eso creemos que se cae en la idolatría. Este es un aspecto de dicha veneración.

Las imágenes son recuerdo de las personas, no las personas mismas. Si yo contemplo la foto de mi abuela que ya ha muerto, no significa que amo un trozo de papel a colores, sino que ese trozo de papel me la recuerda. Sé que no es la abuela, y sin embargo, me hace recordar su rostro, su modo de ser y hablar. Si esto puedo hacerlo con un ser querido, ¡con mayor razón lo debiera hacer con lo que nos recuerda a Dios!

Algo similar hacemos con la bandera, con otros símbolos patrios, como monumentos a los héroes, etc. En el caso de los Evangelios: ¿Por qué los besamos? ¿Por qué los cuidamos? Porque son también imagen de Dios, su palabra escrita.

No es que idolatremos un amasijo de papeles, sino que contienen lo que Dios nos ha querido transmitir; por otro lado, la imagen y la palabra se esclarecen mutuamente (Nuevo Catecismo 1160). Con la representación de los santos Cristo es glorificado en ellos (Nuevo Catecismo 1161).

Cabe hacer aquí algún comentario de interés sobre la reforma protestante. Sorprende que varios hermanos separados no se reconozcan luteranos mas hayan hecho propias muchas ideas de Lutero, de modo consciente o inconsciente.

Un ejemplo claro son los principios de la “sola fe” y de la “sola Escritura”. Pero no sólo. Lo que está en el fondo del pensamiento de Lutero contra María y los Santos es su rechazo del concepto de “sacramento”, ya que a su entender ello llevaba confundir lo divino con lo humano (en contra de lo que dice la misma Escritura en Jn 10,34). En el fondo para Lutero ningún ser humano ni la Virgen ni los santos puede considerarse elevado a la vida de gracia.

En 1521 Lutero reconocía aún en María y en los santos el título de intercesores, pero fue cambiando de parecer hasta negarlo (en 1521 cuando escribe su comentario al Magníficat no da a María el título de “abogada”; en 1522, con ocasión del sermón sobre la Navidad, se lo niega de manera explícita). El último paso que dio fue la omisión de la segunda parte del avemaría, a instancias de Zwinglio, ya que consiste en una intercesión o súplica.

Concluyendo, no sólo es bueno llevar una cruz al pecho, besar los evangelios, tener imágenes de Cristo, de la Virgen, de los santos, sino que es una tradición antigua de la Iglesia. Son también un estímulo para nuestra oración.

Desde la antigüedad la Virgen y los santos han sido invocados como intercesores antes Dios: el culto que la Iglesia les tributa está dirigido a Dios mismo. Por eso se nos proponen como modelos seguros de vida cristiana. Entre ellos María desempeña un puesto privilegiado como Madre de Dios, cooperadora en la obra de la redención y figura de la Iglesia.

http://www.apologeticacatolica.org/Imagenes/Imagen13.htm

viernes, 19 de febrero de 2010

La Iglesia y los enfermos



BURGOS, sábado, 6 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos la carta que ha escrito monseñor Francisco Gil Hellín, Arzobispo de Burgos, con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo que se celebrará el 11 de febrero, conmemoración de la Virgen de Lourdes.
El cristianismo está lleno de paradojas. La mayor de todas es, quizás, que el dolor es fuente de alegría y que la cruz es instrumento de redención. Lo decía el Venerable Juan Pablo II, en una encíclica memorable que escribió sobre el dolor: «El sufrimiento humano ha entrado en una dimensión completamente nueva y en un orden nuevo en la pasión de Cristo», porque «allí ese sufrimiento ha sido unido al amor que crea el bien», y «el bien supremo de la redención del mundo ha sido sacado de la cruz de Cristo» (Salvifici doloris, 18).
Mirado el dolor y la enfermedad desde esa perspectiva, se comprende bien lo que Benedicto XVI haya escrito: «Lo que cura al hombre no es esquivar el sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptar la tribulación, madurar en ella y encontrar en ella un sentido mediante la unión con Cristo, que sufrió con amor infinito» (Spe salvi, 38).
Con todo, sería un fragante error no hacer nada para aliviar y combatir el dolor. Al contrario, la lucha contra la enfermedad es para los cristianos un modo concreto de introducirse en el surco de la misión salvífica de Cristo, Médico divino que «pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo»; y tomarse en serio el mensaje que dio a sus apóstoles: «Curad a los enfermos».
La Iglesia asumió con alegría este encargo. De hecho, ya en las primeras comunidades cristianas existió la costumbre de que los presbíteros ungiesen con el óleo santo a los enfermos para aliviarles en su enfermedad. Desde entonces, aunque las formas han sido muy variadas y múltiples las estructuras, la Iglesia no ha cesado de inclinarse, como buena samaritana, sobre los hombres y mujeres que encuentra malheridos en su cuerpo, en su psique y en su corazón, y llevar el bálsamo de su presencia y el aceite de su ayuda. ¡Cuántos hospitales, cuántos dispensarios, cuántos consultorios, cuántas clínicas han surgido como fruto del amor compasivo de los cristianos!
En el momento actual, la enfermedad sigue sin ser vencida. Han sido superadas algunas de sus formas, pero han aparecido otras nuevas, quizás más virulentas. Pienso, por ejemplo, en tantos matrimonios rotos, en tantas familias desestructuradas, en los emigrantes desprotegidos, en los ancianos solos y/o despreciados, en los enfermos incurables, en las madres que sufren el síndrome del postaborto, en tantos padres a los que angustia el enfriamiento y la increencia de sus hijos. Sin contar los que sufren los efectos de la drogadicción, del alcohol, del Sida, de la ludopatía, de las enfermedades venéreas, etcétera.
Para recordarnos todo esto y convocarnos a una acción solidaria y generosa, la Iglesia ha instituido la Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará el próximo día once de febrero, fiesta de las aparición de la Santísima Virgen en Lourdes. En este año sacerdotal me dirijo en particular a los sacerdotes que estáis enfermos e invito a los que estáis sanos «a no escatimar esfuerzos para prestar a los enfermos asistencia y consuelo», conscientes de que «el tiempo transcurrido al lado de quien se encuentra en la prueba es fecundo en gracia para todas las demás dimensiones de la pastoral» (Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada del Enfermo, de este año).
A quienes sufrís en este momento una enfermedad, «os pido -uniéndome al Papa- que recéis y ofrezcáis vuestros sufrimientos por los sacerdotes, para que puedan mantenerse fieles a su vocación y su ministerio sea rico en frutos espirituales».

Por monseñor Francisco Gil Hellín, arzobispo de Burgos

http://www.zenit.org/article-34202?l=spanish

jueves, 11 de febrero de 2010

En Internet archivos secretos vaticanos sobre la segunda guerra mundial



CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 10 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- Pronto se publicará en Internet, para acceso gratuito, una mole inmensa de documentos de la Santa Sede relativos a la segunda guerra mundial.

La iniciativa tiene lugar en respuesta por parte del Vaticano a una petición de la Pave the Way Foundation (PTWF) para digitalizar y publicar posteriormente 5.125 documentos de los Archivos Secretos Vaticanos, fechados entre marzo de 1939 y mayo de 1945.

Gary Krupp, fundador y presidente de la "Pave the Way Foundation", ha anunciado oficialmente a ZENIT: "las 'Actes et Documents du Saint Siège relatifs a la Seconde Guerre Mondiale' (Actas y Documentos de la Santa Sede relativos a la Segunda Guerra Mundial) serán disponibles muy pronto para el estudio mundial en línea, sin cobro alguno".

"Los documentos estarán disponibles tanto en la página web de la 'Pave the Way Foundation' (www.ptwf.org) como en la del Vaticano (www.vatican.va)", revela Krupp.

La "Pave the Way Foundation" es una organización surgida para eliminar los obstáculos entre religiones, fomentar la cooperación y acabar con el abuso de la religión para fines partidistas.

"En el desarrollo de nuestra misión, hemos constatado que el papado de Pío XII (Eugenio Pacelli) durante la segunda guerra mundial es un motivo de fricción provocando un impacto en más de mil millones de personas. La controversia se centra en si hizo lo suficiente para prevenir la masacre de judíos a manos de los nazis", reconoce Krupp, judío de Nueva York.

"Nuestra investigación ha revelado que cinco años después de la muerte de Pío XII, los servicios secretos soviéticos, el KGB, organizaron un complot para desacreditar a su enemigo, la Iglesia católica, llamado 'Seat 12'. Un sucio truco, que condenó al Papa Pío XII por su 'silencio' durante el Holocausto, basado en la obra de teatro 'El vicario' de Rolf Hochhuth, en 1963", añade el fundador.

El Papa Pablo VI, en 1964, pidió que un equipo de tres historiadores jesuitas, los padres Pierre Blet, Burkhart Schneider, y Angelo Martini, realizaran una intensa investigación para buscar documentos relevantes de los años de la guerra en la sección no abierta al público de los Archivos Secretos Vaticanos. Pocos años después, el sacerdote estadounidense Robert Graham se unió al grupo. Aquella investigación fue recogida en las actas que ahora serán publicadas en línea. El primero de los once volúmenes fue publicado en 1965, el último en 1981.

"En 1999, el cardenal Edward Cassidy creó una comisión especial de académicos judíos y católicos para estudiar conjuntamente los documentos. Esta iniciativa fracasó el 21 de julio de 2001 pues los profesores no eran capaces de leer los idiomas de los numerosos documentos. Publicaron una lista de 47 preguntas y exigieron la apertura de los archivos entre los años 1939 y 1958, a pesar de que no están todavía catalogados", informa Krupp.

Para abrir todos los documentos relativos a la segunda guerra mundial del Archivo Secreto Vaticano, la Santa Sede necesita terminar su catalogación: unos 16 millones de documentos

"En el cumplimiento de nuestra misión de hacer público el mayor número posible de documentos para eliminar este obstáculo entre judíos y católicos a la luz de la verdad documentada, nuestra Fundación pidió el permiso para digitalizar esta colección y ponerla a disposición de quien quiera estudiarla".

Gary Krupp, presidente de la Fundación añade: "Esta iniciativa busca simplemente mostrar con claridad los esfuerzos que desplegó Pío XII para mitigar el sufrimiento de tantas personas durante la guerra y que la 'leyenda negra' que ensució su nombre simplemente no es verdadera".

"Este acceso que estamos ofreciendo no pretende sustituir el pleno acceso a los archivos de la segunda guerra mundial, pero mostrará de una manera única los esfuerzos de Pío XII y los peligros que afrontó bajo la directa amenaza del régimen nazi", indica el fundador.

"Los Archivos Secretos Vaticanos concernientes hasta el año 1939, que fueron abiertos hace dos años y que muestran el 65% del ministerio de Pacelli, han sido irónicamente ignorados por los críticos que exigieron durante años su apertura", añade Krupp.

La "Pave the Way Foundation" agradece a la Secretaría de Estado y a la Librería Editora Vaticana "su confianza en nosotros al permitirnos este privilegio sin precedentes".

"Esperamos sinceramente que los historiadores internacionales estudien con mucha atención estos documentos. Esperamos que la digitalización de estas más de 9.000 páginas lleve unas cuatro semanas y cuando terminemos las publicaremos en Internet".

"Mientras tanto, ya hemos publicado en línea (www.ptwf.org) miles de documentos y vídeos de testigos para el estudio".

"Pedimos que los investigadores franceses, italianos y alemanes nos ayuden a traducir documentos al inglés y envíen este trabajo a la 'Pave the Way Foundation' para que pongamos la información al alcance del mayor número posibles de académicos para la investigación. También nos gustaría recibir todo tipo de comentarios, positivos o negativos, sobre el contenido de estos documentos", concluye Krupp.

Por Jesús Colina

http://www.zenit.org/article-34263?l=spanish

miércoles, 10 de febrero de 2010

Caracas inicia la Misión Continental Evangelizadora



CARACAS, martes, 9 febrero 2010 (ZENIT.org).- El cardenal arzobispo de Caracas Jorge Urosa Savino envió a centenares de misioneros a “remar mar adentro” por los diferentes barrios y urbanizaciones de Caracas, Venezuela, para buscar a aquellos que todavía no conocen a Jesucristo y su mensaje de salvación.

“Ustedes desde la Misión Continental Evangelizadora no actuarán en nombre propio sino en nombre de la Iglesia que los envía; tienen por lo tanto una misión muy importante que cumplir: ser mensajeros, propagadores del mensaje de Jesús. Cuando enseñen la Palabra de Dios a los demás no se olviden dóciles al espíritu, escucharla Ustedes, en primer lugar, y madurarla en su corazón. Que su vida sea siempre testimonio de Jesús dentro de nuestra comunidad cristiana”. De esta manera el arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa Savino procedió al lanzamiento de la tercera etapa de la Misión Continental Evangelizadora en Caracas, informa “El Guardián Católico”.

Durante la celebración eucarística de envío misionero, el cardenal Urosa estuvo acompañado del nuncio apostólico en Venezuela Pietro Parolin, y los obispos auxiliares de Caracas, además de los sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos y laicas comprometidas, así como de organizaciones católicas de esta capital.

Esta etapa operativa consistente en el envío de centenares de católicos, el cardenal Urosa realizó dos preguntas que, mano derecha alzada, los asistentes respondieron, asumiendo el compromiso misionero.

“¿Aceptan ustedes la misión de ser testigos del Evangelio, siendo Jesucristo su vestimenta y coraza en su tarea evangelizadora?.. ¿Están ustedes dispuestos a difundir responsablemente con tal de llevar la Palabra de Dios a sus hermanos en nombre de Jesucristo y su Iglesia?

Dos atronadoras afirmaciones llenaron el recinto, mientras el cardenal Urosa concluía el acto de envío con la siguiente recomendación: “Reciban entonces la Luz de Cristo. Esta es la condición: ser testigos de la Luz de Jesús y manténganse siempre unidos en el Amor del Señor”.

Desde temprano las inmediaciones de la iglesia de la Chiquinquirá, recibieron a los misioneros procedentes de las distintas parroquias y arciprestazgos de Caracas. Cada agrupación estaba acompañada por su párroco como un símbolo de fidelidad al pastor de la localidad, portando alusivas pancartas de su iglesia de origen.

El cardenal Urosa en su homilía recordó las tareas que se ha impuesto la Misión Continental Evangelizadora en su versión aplicada a la capital de Venezuela. “Llevar el fermento del Reino de Dios a nuestra ciudad y a nuestras comunidades cristianas” así como “alcanzar con la ayuda de Dios, nuestro Señor, en primer lugar, una gran renovación de la vida de fe de los fieles católicos concretada en una mayor participación en la vida de la Iglesia y de los Sacramentos”.

Agregó que la Iglesia de Caracas también anhela fortalecer las “parroquias con una mejor catequesis para niños, jóvenes y adultos”.

El purpurado señaló que dentro de los planes de trabajo evangelizador se contempla dar aliento a los movimientos eclesiales y apostólicos: “Esperamos revitalizar los movimientos de apostolado, todos los movimientos eclesiales y apostólicos. Por eso le pido a los dirigentes del Consejo Nacional de Laicos, que están todos aquí en Caracas; así como al Consejo Arquidiocesano de Laicos, que pongan en práctica las acciones necesarias para revitalizar, así decía el papa Juan Pablo II cuando vino a Venezuela en 1985, revitalizar los movimientos de apostolado seglar en sus carismas respectivos”.

El ruego del cardenal Urosa se hizo extensivo a los sacerdotes de las distintas parroquias para que abran espacios, ayuden a crecer en número y acompañen a los movimientos apostólicos.

http://www.zenit.org/article-34233?l=spanish

domingo, 7 de febrero de 2010

¿Los misioneros han destruido las culturas locales?



Por el padre Piero Gheddo*
ROMA, jueves 4 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- En 1970 visité, en México y Guatemala, los lugares donde floreció la civilización de los mayas, uno de los pueblos que la conquista colonial del 1500 sometió a la Corona de España y después convirtió al cristianismo.
Con el superior de los combonianos mexicanos, que estaba buscando una misión entre los indios, visitamos algunas diócesis de los dos Estados de Yucatán y Chiapas, y las ruinas y pirámides mayas en Chicen-Itza, Uxmal, Palenque y Tikal en la jungla tropical; admiré los restos del arte maya en los museos de Mérida y de Campeche. Me quedó un alto concepto de esta grande civilización ya desaparecida.
No sé si habrán visto la película “Apocalypto”, producida por el famoso actor Mel Gibson (el de la película “La Pasión), que explica cómo era la civilización de los mayas antes del encuentro con los conquistadores españoles.
Creo que da una idea muy precisa de cómo era la vida cotidiana en la civilización maya, que se considera la más refinada de las culturas americanas prehispánicas.
Los críticos coinciden al decir que la película es excesiva en la descripción de cuerpos destripados, cadáveres rodando por las escalinatas de las pirámides o de los templos, corazones extraídos de los cuerpos recién asesinados y devorados u ofrecidos a las divinidades, escenas de violencia y de crueldad cotidiana comúnmente aceptada como costumbre tradicional.
Sin embargo, ésta era la realidad de una civilización todavía no suavizada por el encuentro con el mensaje del Evangelio y del ejemplo de Cristo.
En estos días, me ha llegado a las manos el fascículo de una revista católica que explica brevemente la evangelización de los pueblos latino-americanos y condena a los misioneros que han destruido las culturas locales, citando y casi añorando las culturas inca, maya, azteca.
La cultura moderna ha idealizado las “culturas” tradicionales de los pueblos, imaginando un mundo paradisíaco, antes de que la conquista europea llevara la guerra, la violencia, la esclavitud y la masacre de poblaciones indefensas.
La realidad es bien distinta de este cliché común de lo “políticamente correcto”.
Como documentan numerosas investigaciones históricas recientes (en las que se basa la película “Apocalypto”), estas culturas pre-hispánicas de la América latina practicaban religiones que prescribían sacrificios humanos a los dioses de su Olimpo y en sus sociedades la vida cotidiana se expresaba en numerosas formas de violencia inhumana contra el hombre y la mujer. Por otra parte, los sacrificios humanos estaban muy difundidos en la civilización pre-cristiana en cualquier continente.
Civilizaciones que han alcanzado altos niveles de arte, filosofía, poesía, arquitectura, pintura, artesanía, ingeniería, pero en las que la persona humana individual no tenía por sí ningún valor, era simplemente uno de tantos elementos del mundo creado.
En la civilización pre-cristiana, existían varias formas de solidaridad familiar, tribal, nacional, pero la solidaridad con el próximo, con todo el prójimo, no era nunca universal.
En la misma gran civilización romana, se reconocía la dignidad del civis romanus (ciudadano romano), pero no era la misma que la de la mujer, los esclavos y los enemigos de Roma.
En el Coliseo, para divertir a la plebe romana, los gladiadores combatían y se mataban, los cristianos eran devorados por las fieras y los niños discapacitados eran arrojados por el Acantilado Tarpea.
Estos conceptos, es decir, el valor absoluto de toda persona humana (del que se derivan los derechos del hombre y de la mujer) y la igualdad de todas las personas, de los que nació la civilización moderna y la “Carta de los Derechos Humanos” de la ONU, en la historia de la humanidad sólo los ha traído Cristo.
El cristianismo ha dado dignidad y valor absoluto a toda persona humana y ha sido el gran motor del verdadero “humanismo”.
Y si el cristianismo retrocede en nuestra sociedad “post-cristiana”, como quieren nuestros laicistas, esto nos lleva a un estado de barbarie, que creíamos haber superado.
En resumen, nuestra historia, después de dos mil años de cristianismo, ¡parece haber dado marcha atrás!
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* El padre Piero Gheddo, ex director de “Mondo e Missione” y de Italia Misionera, es el fundador de AsiaNews. Como misionero, ha viajado a misiones de todos los continentes. Desde 1994, es director de la Oficina histórica del Pime y postulador de varias causas de canonización. Enseña en el seminario pre-teológico del Pime en Roma. Es autor de más de 70 libros.

http://www.zenit.org/article-34183?l=spanish