miércoles, 30 de septiembre de 2009

La fe bajo ataque



La hostilidad hacia el cristianismo se está convirtiendo cada vez más en un hecho de la vida en muchos países. Incluso en los países más católicos la religión ha encontrado siempre oposición, pero como demuestran los últimos acontecimientos, los creyentes se enfrentan a frecuentes episodios de animosidad, tanto de individuos como instituciones.

El cardenal Carlo Caffarra, arzobispo de Bolonia, en la Italia central, protestó con dureza por la pintura blasfema de la Virgen María que formaba parte de una exposición de arte local. El 19 de junio el cardenal presidió una Misa de desagravio por la ofensa, celebrada en la capilla mariana de San Lucas, informaba el diario católico Avvenire al día siguiente.

Aunque las autoridades de la ciudad se distanciaron de la exposición tras las protestas de la Iglesia, el gobierno local de Bolonia había sido el patrocinador de las obras de arte.

Pocos días después llegaban noticias de España, donde el periódico La Razón informaba el 23 de junio de las investigaciones judiciales en curso sobre imágenes pornográficas de santos. Francisco Muñoz, un miembro del Partido Socialista a cargo de los asuntos culturales en la región oriental española de Extremadura, fue denunciado por su papel de patrocinador oficial de los libros del fotógrafo José Antonio M. Montoya.

Contenían fotos blasfemas de naturaleza pornográfica no sólo de santos, sino también de Jesús y de María. Los libros fueron publicados por las autoridades locales y uno de ellos contenía un prefacio escrito por Montoya.

Cuando se publicaron los libros a principios de año, la Iglesia protestó con dureza. Una nota publicada el 15 de marzo por el comité ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española exigía mayor respeto a la fe católica. Las imágenes contenidas en los libros no son sólo una ofensa contra los creyentes, sino que ofenden también la sensibilidad de cualquier persona de recta conciencia, indicaba la declaración.

Neopaganos

Entretanto, en Francia las autoridades han arrestado a tres hombres jóvenes acusados de ser los responsables de una serie de profanaciones de iglesias en mayo, incluyendo la capilla del siglo XVI que se quemó hasta los cimientos. Según un reportaje del 26 de junio publicado en Le Monde, los hombres fueron arrestados el 21 de junio por la policía de la ciudad de Quimper, en la región de Bretaña, al noroeste del país.

Los hombres inscribieron las iniciales TABM en los lugares donde llevaron a cabo sus ataques, y en principio se pensó que se trataba de un grupo satánico. Después resultó que los hombres pertenecían a un grupo neopagano céltico llamado “True Armorik Black Metal” (Verdadero Metal Negro Armórico).

Una ofensa de naturaleza diferente tuvo que ver con la Iglesia de Inglaterra. La empresa de medios de comunicación Sony incluyó imágenes de tiroteos violentos en la catedral de Manchester como parte de uno de sus nuevos videojuegos para la PlayStation 3, informaba el Times el 13 de junio. El deán de la catedral, Rogers Govender, describió el juego como una “profanación virtual”.

Tras las protestas de la Iglesia anglicana, apoyada en el Parlamento por el entonces primer ministro Tony Blair, Sony pidió disculpas, informó el Times dos días después. La empresa declaró que no tenía intención de ofender, pero al mismo tiempo no dio indicación alguna de retirar el juego o acceder a la petición de hacer una donación a la labor de la catedral en la educación de los jóvenes contra el crimen armado.

También ha vuelto el paganismo a Grecia, informaba el periódico británico The Guardian el 1 de febrero. El artículo narraba una reciente ceremonia pagana llevada a cabo por la auto proclamada sacerdotisa Doreta Peppa en las ruinas del templo ateniense dedicado al antiguo dios griego Zeus. Según The Guardian ha sido la primera ceremonia de este tipo desde que el Imperio romano prohibiera el culto pagano a finales del siglo IV.

De acuerdo con el artículo, el grupo Ellinais, del que es miembro Peppa, obtuvo el reconocimiento legal de asociación cultural. Es un logro notable, puesto que en Grecia se prohíben todas las religiones no cristianas, excepto el islam y el judaísmo. Los miembros del grupo esperan obtener la aprobación oficial para llevar a cabo ceremonias paganas de bautismo, matrimonio y sepelio.

Los paganos también progresan en los Estados Unidos, donde los Wiccans ganaron recientemente una batalla en el Departamento de Asuntos de Veteranos de los Estados Unidos, informaba Associated Press el 23 de abril. El pentagrama Wicca formará parte ahora de la lista de emblemas permitidos en los cementerios nacionales y en las estelas de piedra por los soldados caídos. El gobierno accedió a añadir el símbolo a su lista como consecuencia de la demanda iniciada por un grupo de familias.

Discriminación del cristianismo

En Escocia los paganos lograron otra victoria al dar permiso la Universidad de Edimburgo a la Sociedad Pagana para que celebrara su conferencia anual en el campus, informaba el periódico Scotland el domingo 27 de mayo.

La decisión suscitó las protestas de la Unión Cristiana de la universidad, que vio antes cómo uno de sus eventos era prohibido por las autoridades del campus porque advertía de los peligros de la homosexualidad.

“Está bien que otras religiones, como los paganos, tengan sus encuentros en la universidad, pero aquí existe repugnancia a que los cristianos hagan lo mismo”, comentaba Matthew Tindale, miembro de la dirección de la Unión Cristiana.

El artículo también citaba a Simon Dames, portavoz de la Iglesia católica en Escocia, que declaró que veía en el hecho de que se permitiera el festival pagano -mientras se prohibía el encuentro de la unión- un ejemplo de “cristianofobia”.

Los cristianos también alegan discriminación injusta en un caso inglés actualmente en el Tribunal Supremo, informaba el 22 de junio la BBC. Lydia Playfoot, una joven de 16 años, acusó a la Millais School de Horsam, West Sussex, de discriminar a los cristianos prohibiéndoles el uso de anillos de pureza.

Los responsables del colegio le dijeron que se quitara el anillo, que simboliza la castidad, o se enfrentaría a la expulsión. Según la BBC un grupo de chicas del colegio lleva anillos como parte de un movimiento que se originó en los Estados Unidos, denominado “Silver Ring Thing”.

El colegio sostuvo que usar el anillo infringe las normas que rigen lo que los alumnos pueden vestir. Playfoot protestó, apuntado que los alumnos sij y musulmanes pueden llevar turbantes y velos en clase. También declaró que otros alumnos infringen normalmente las normas con anillos en la nariz, en la lengua, divisas y adornos en el pelo.

Cuando Playfoot se negó a quitarse el aniño fue apartada de las clases y se le hizo estudiar sola. La única razón para prohibir los anillos fue que el colegio rechazó “respetar aspectos de la fe cristiana con los que no está familiarizado”, declaró a la BBC.

La Unión Europea

A un nivel más amplio, cualquier esperanza de que la Unión Europea dulcificara su oposición al cristianismo se ha apagado definitivamente. Alemania asumió la presidencia de la Unión Europea en el primer semestre de este año y la canciller Angela Merkel declaró que quería reabrir el debate sobre si el prólogo de la nueva Constitución propuesta debería mencionar la herencia cristiana del continente, informaba el 24 de marzo Deutsche Welle.

“Creo que este Tratado debería referirse al cristianismo y a Dios porque el cristianismo ha sido decisivo en la formación de Europa”, declaró tras un encuentro con Benedicto XVI el año pasado.

No obstante, Merkel admitía después que no había esperanza real de que hubiera mención alguna en la nueva Constitución, según Deutsche Welle del 15 de mayo.

En Alemania, la Iglesia ha mostrado su preocupación por el futuro del cristianismo, como evidencian los últimos comentarios del cardenal Karl Lehman, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana. Según un reportaje del 22 de junio de Deutsche Welle, el cardenal advertía de que una neutralidad religiosa excesiva del Estado podría llevar a que todos los credos fueran tratados igual, independientemente del número de sus fieles y de su historia.

“La profunda conexión cultural entre el cristianismo y nuestro estado legal, que se remonta a la Edad Media y antes, no puede simplemente ignorarse”, afirmaba Lehman en un discurso en la ciudad de Karlsruhe. Una conexión cada vez más en el punto de mira de las fuerzas anticristianas.

Por el padre John Flynn, L. C.


http://www.zenit.org/article-24287?l=spanish

lunes, 28 de septiembre de 2009

¿Qué es una herejía?



Jesucristo al instituir su Iglesia sobre Pedro le confiere el poder total y lo hace árbitro de la doctrina, que es la línea medular de la fe, sobre la cual funciona la vida de la Iglesia a través de los siglos.

Herejía: es una doctrina que se opone inmediata, directa y contradictoriamente a la verdad revelada por Dios y propuesta auténticamente como tal por la Iglesia.

La palabra "herejía" proviene de la lengua griega y encierra el concepto de error, desviación o enseñanzas de doctrinas que van contra un programa de fe, ya estructurado, o bien sometido a examen y finalmente aprobado con una definición de base inmutable. Desde el tiempo de los apóstoles abundaron las herejías: unas negaban la divinidad de Jesucristo, otras su humanidad y otras amalgamaban la doctrina cristiana con otras religiones, etc.

Durante toda la época de las persecuciones oficiales surgieron herejías, la mayoría provenían de los mismos cristianos descontentos y algunas de los paganos. Tampoco faltaron los defensores de la fe verdadera y exponían, al mismo tiempo, la doctrina bíblica enseñada por la Iglesia.

Apenas terminadas las persecuciones a principios del siglo IV, la Iglesia, como institución, gozó oficialmente de plena libertad y fue, entonces, cuando aparecieron las llamadas grandes herejías; las llamaron grandes por la extensión que cubrieron a lo largo y ancho del imperio romano, que paulatinamente iba cristianizándose, y también por el número de sus seguidores que se enrolaban en sus filas, sin excluir sacerdotes y obispos.

El acto de herejía es un juicio erróneo de la inteligencia. Si el juicio erróneo no se refiere a la regla de la fe, sino al objeto material de la fe, no se trata de actos de herejía.

Entre todos los pecados de infidelidad, la herejía es el más grave, porque supone un conocimiento más completo de la regla de la fe y de las verdades que hay que creer. Esta gravedad es probada por la palabra de Jesucristo, mandando a sus apóstoles a predicar el Evangelio: "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a todas las criaturas; el que crea y sea bautizado se salvará, el que no crea será condenado" (Marc 16,15).

El hereje ha sido definido así en el código del Derecho Canónico: "Si alguien después de haber recibido el bautismo, aun conservando el nombre de cristiano, niega con obstinación o pone en duda algunas de las verdades de la fe divina que hay que creer, este católico es hereje".

Los castigos que recaen sobre los herejes están expuestos en el mismo Código:

"Todos los que apostatan la fe cristiana, todos los herejes y cismáticos y cada uno de ellos:

1) Incurren por el hecho mismo en la excomunión.

2) Si no se arrepienten después de una advertencia, serán privados de todos los beneficios, dignidades, pensiones, oficios u otros cargos que tuvieran en la Iglesia. Serán declarados infames, y los clérigos, después de una segunda amonestación canónica, son, por sólo este hecho, tachados de infamia, etc.; los clérigos, después de una segunda amonestación canónica sin ningún resultado, serán degradados".

La absolución a los herejes provoca dificultades por razón del rito. El Código resume brevemente las disposiciones de la disciplina canónica: "La absolución de la excomunión está reservada de una manera especial a la Sede apostólica...El pecador así absuelto puede después recibir el perdón de su pecado de un confesor cualquiera. La abjuración está considerada como jurídicamente hecha cuando tiene lugar ante el ordinario del lugar o su delegado y por lo menos ante dos testigos".

Grande es la diferencia entre herejía, que es una recusación de la doctrina católica, y el cisma, que es una rebelión contra la unidad de la Iglesia.

San Pedro describe ya la herejía con los caracteres que se le atribuyen hoy en día:

"Herejías de perdición por las cuales la voz de la verdad será blasfemada y se pervertirán muchos hombres. Consiste en una perversión de doctrinas; esta perversión de la doctrina implica en el fondo la negación de la divinidad del Salvador.

Toda doctrina opuesta a la verdadera fe constituye en sí una infidelidad, pero toda infidelidad positiva no es una herejía. Santo Tomás explica que la herejía, siendo elección en la doctrina, se refiere no al mismo fin de la fe, sino al medio propuesto para alcanzar este fin.


Algunas herejías:

Docetismo
Negó la humanidad de Jesús y afirmó que Cristo tuvo sólo un cuerpo aparente no real.

Ebionismo
Afirmaba que Cristo no es Dios, sino un simple hombre; las corrientes más moderadas, en cambio, admitían también su origen divino.

Mandeísmo
Doctrina heterogénea en sus elementos que se vale de la fantasía en sus elaboraciones.

Gnosticismo
La figura de Cristo era un mito más en su visión del mundo.

Monoarquismo
En la creación se revela el Dios unipersonal como Padre, en la redención como Hijo, y en la obra de la santificación como Espíritu Santo.

Maniqueísmo
Todo procede de dos principios contrarios: el de la luz (Ormuz) y el de las tinieblas (Ahrimán).

Los cátaros y albingenses
Se dedicaban a predicar contra la Iglesia y atacarla.

Montanismo
Herejía de tendencias apocalípticas y semi-místicas.

Arrianismo y semiarrianismo
No hay tres personas en Dios sino una sola, el Padre. Jesucristo no era Dios, sino que había sido creado por éste de la nada como punto de apoyo para su Plan.

Macedonianismo
Enseñaban que en la Trinidad existía una jerarquía de personas, en la que el Hijo sería inferior al Padre y el Espíritu Santo sería inferior a ambos.

Nestorianismo, monofisismo y monotelismo
Herejías que atentan contra la unión de la naturaleza y la persona de Cristo.

Los Valdenses
Rechazaron la Santa Misa, las ofrendas, las oraciones por los muertos y la oración en la Iglesia.



http://es.catholic.net/ecumenismoydialogointerreligioso/388/2606/articulo.php?id=3026

sábado, 26 de septiembre de 2009

El Grial, el símbolo y su interpretación

Érase una vez (es decir, hace un par de días) que me preguntaron: -¿Qué es verdaderamente eso del Grial? El que me dirigió la pregunta siempre había pensado que el Grial era el último capricho de Indiana Jones en La Última Cruzada. Pero la cosa no terminó aquí. El pobre hombre estaba confundido. Recientemente había leído un esmerado libro histórico en el que, partiendo de cierta etimología, se decía que aquello era una especie de secta secreta, descendiente de alguna divinidad, fundadora de no sé qué dinastía.
-Bueno, bueno -le dije- la cosa no es así. Ni el Grial ha nacido en el cine, ni significa sangre real, ni son los hijos de Jesucristo, que seguramente deberían haber sido superhéroes. Como el tema de la Edad Media es una de mis aficiones le escribí, para sacarle de dudas, el siguiente artículo que ahora ofrezco aquí por si a alguien le sirve.
El Grial
El término graaus (graal en forma de complemento) proviene de la lengua de oíl (1). Su correspondiente latino gradalis indica un gran plato hondo, una especie de bandeja, presente en las mesas medievales. Otros opinan que el origen es el término latino gradale (síntesis de crater, especie de vaso ancho, y vas garale, recipiente donde se servia la salsa latina garum).
La leyenda medieval, en su fase final, habla por tanto de un vaso o plato místico que aparece en los libros de caballerías y se supone que sirvió para la institución de la eucaristía. En ese vaso José de Arimatea recogió la sangre que brotaba de las heridas de Cristo en la cruz. Pero, como veremos, la interpretación eucarística no está clara desde el nacimiento de la leyenda sino que se fragua posteriormente.
Hemos dicho que la leyenda del Grial nace en la Edad Media, en particular bajo el marco de las novelas de caballería. Sí, esas historias donde un caballero realiza una gran empresa en medio de mil dificultades, donde rescata princesas o mata un dragón y termina dueño de una ínsula. Pero la cosa no es tan sencilla. Los destinatarios de estas obras son, generalmente, caballeros que encuentra en esas lecturas no sólo diversión sino también instrucción.
Para el caballero esas obras son una especie de ética, y en la literatura épica encuentra los modelos para su oficio. Pero, claro, los dragones y los ogros no existen, entonces, ¿qué iban a aprender ahí?
En general, estos libros se pueden dividir en dos categorías. Una sería la épico-religiosa donde se ofrecen las hazañas de héroes como Carlomagno o Roldán, es decir, la gesta por la fe, las cruzadas. Otra categoría, la alegórica-romántica, sería la de héroes como Arturo y Lancelot, por tanto, la aventura romántica y también mística. Y es en esta segunda categoría donde nace la leyenda que nos ocupa.
Acerca del Grial la Edad Media recoge varias leyendas que se entrelazan. Los primeros datos literarios del Grial son del siglo XII y nos los ofrecen Chrétien de Troyes y Robert de Borron.
Chrétien de Troyes escribió Perceval, ou le Conte du Graal (anterior a 1190). En la obra, el Grial es una copa acompañada de una lanza ensangrentada. Pero no deja claro qué significa, aunque está claro que por medio de la copa cierto rey enfermo recupera la salud. La obra quedó inconclusa, y el hecho movió a otros escritores a crear el ciclo a partir de esta novela. Entre 1180-1200 aparece el Roman de l’historie du Graal de Robert de Borron. Aquí el protagonista es José de Arimatea.
Un siglo después, un monje cisterciense en un texto alegórico novelesco, la Queste dal Graal, ofrece de él una alegoría propiamente eucarística: el Grial sería la copa que usó Cristo en la última cena y que José de Arimatea guardó. La lanza sería el arma de Longinos (2). Y así se consolida la leyenda con la única lectura en sentido místico-cristiano.
La leyenda del Grial se extendió por toda Europa. Entre los siglos XIII y XIV aparecieron versiones alemanas, islandesas, castellanas, italianas.
Otra línea de la leyenda la ofrece la obra poética de Wolfram von Eschenbach, Parzival (1210). Habla de un libro (también hablan de él Cretien y Robert) que le ofrece la “verdadera historia del Grial”. Es el que da referencias templarias y sarracenas. Con frecuencia se ha presentado el Parzival como un producto de las cruzadas y de las relaciones entre Cristiandad y Oriente aunque no abandona el aspecto céltico.
El símbolo
Esto es lo que nos dice la literatura sobre la leyenda del Grial. Ya sabemos que las referencias eucarísticas se consolidan en la obra del anónimo monje cisterciense y esta interpretación se hace, en cierta manera, oficial. No hay que olvidar que el hombre medieval es consciente de que Dios se ha revelado en dos libros: La Biblia y el Libro del Mundo. Éste último se recoge en los símbolos de tantos Bestiarios(3) y Lapidarios(4) como en los pórticos, capiteles y vidrieras de las catedrales. En el universo medieval hasta el más insignificante de los seres se refiere al Creador. El Grial es, por tanto, un símbolo más, indicio y testimonio de la presencia de Dios. Pero, ¿qué significa el Grial? Unos dicen que nada, y así infravaloran los símbolos o los degradan a un nivel de evasión fantástica. Otros, por el contrario, pretender ver en cada gesto y en cada palabra una verdad que traducir. No compartimos ninguna de las dos posturas y creemos, con el adagio, que in medio est virtus. El Grial, tal como lo tratan los libros de caballería es un símbolo. Antes de ver qué simboliza el Grial en la Edad Media veamos qué interpretaciones se han dado de él en el siglo XX.
Interpretaciones
Algunos como Jessie Weston (en dos libros de 1909 y 1920) explican el mito del Grial como un ritual de fertilidad agraria, cercano a los ciclos de Atis y Adonis. Otros lo traducen con teorías esotéricas. No falta la versión psicoanalista, a lo Freud, cuya interpretación respondería mejor al símbolo de una cloaca.
Para otros la leyenda sería de origen céltico y se iría cristianizando progresivamente. Por tanto, un Grial de origen popular Bretón-Galés sobre el que se habría inserido la influencia de la inculturación cristiana.
Helene Adolf relaciona el símbolo con un evento histórico importante para Occidente: la caída de Jerusalén y la consecuente pérdida del ideal cruzado. El Grial, como custodia del verdadero cuerpo del Cristo eucarístico sería como un sucedáneo ideológico ofrecido a la caballería europea frustrada por no haber podido custodiar el sepulcro de Cristo.
Otto Rahn hace de él una derivación de las doctrinas cátaras. El Grial sería un paladión del catarismo (5). Y además, identificó el Monsalvato de Wolfram con la roca de Montségur (Pirineos), el último refugio de la resistencia cátara. Rahn retiene la posible existencia real de la reliquia. (En este artículo nos referimos al Grial como símbolo. No nos preguntamos por su existencia real, ni si sea o no la reliquia de Valencia o Génova.)
La mayoría de las tesis expuestas anteriormente no parecen convencer. Son, en muchos casos, interpretaciones reductivas y tendenciosas. Al fin de cuentas inmanentes y subjetivas. Es cierto que a los símbolos, por su naturaleza, se le pueden aplicar varios significados. Pero hay que tener en cuenta, para interpretarlos, el pensamiento medieval y las fuentes que usan los escritores. Es lo que intentaremos hacer a continuación.
La interpretación: respuesta a una tendencia
Uno de los dos autores que nos ofrecen los primeros datos literarios es, como hemos visto, Chrétien de Troyes. ¿De dónde recabó el material para componer el Perceval? El autor no inventa sino que transcribe un material arquetípico. ¿Cuál es el material mitológico-legendario precedente? La novela del Grial se enmarca en el ciclo artúrico y esta constatación nos llama a la tradición céltica y germánica. Para estas tradiciones la sangre es un símbolo que da vida, juventud, salud; pensemos en la “Fuente de la Juventud” y en el “Agua Viva”. Bajo esta luz el mito del Grial no es más que la búsqueda de un estado primordial, perdido: la inmortalidad. Y en este sentido sí que se podría hacer una relación con la eucaristía porque ella le da al cristiano la salud del alma, prenda de la inmortalidad futura, algo que no se alcanza en este mundo. El Grial no es algo aislado. Siempre aparece como fin de una aventura y siempre hay alguien -el caballero- que va en su busca. Hay que hacer un viaje (la peregrinación, la cruzada) cuyo término será una muerte física, o por lo menos, ritual. Y ese es el sentido del rito iniciático del ingreso a la caballería: muerte a la vida anterior, generalmente una vida de pecado que el caballero está dispuesto a purgar. Por eso su misión comienza con la penitencia o con la Cruzada en Tierra Santa o España.
Y es la idea del viaje la que nos introduce en lo que, en mi opinión, es la más auténtica y genuina interpretación, si atendemos a la fuente literaria como hemos hecho.
El Grial es símbolo de un viaje y de una búsqueda. La búsqueda del Grial es la empresa de los que buscan lo trascendente, el infinito, la inmortalidad, a Dios. Si en el Grial se ha recogido la sangre de Cristo, y la sangre es símbolo de inmortalidad, encontrarlo y beber de él dará la vida eterna. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. (Jn 6, 54). De esta forma, como hace ver Attilio Mordini, el mito del Grial es uno de los ejemplos más altos de cómo el cristianismo ha constituido objetivamente el cumplimiento de las doctrinas espirituales precristianas y extracristianas.
El símbolo del Grial encierra tres elementos: el sujeto de la búsqueda (el caballero), el objeto de la búsqueda (el Grial, en este caso) y el camino (trayectoria, aventura). Pienso que este es el sentido más original de la queste, es decir, la búsqueda. El caballero es el hombre que tiene sed de inmortalidad y que a través de una empresa difícil la alcanza. El camino será peligroso, hay mucho que recorrer y hay que enfrentarse a muchos enemigos: animales monstruosos, dragones, gigantes, antagonistas... Pero al final del viaje, la victoria está garantizada, Dios es el único garante. El Grial, como símbolo, no es más que la inquietud de todo hombre, el de ayer y el de hoy: el anhelo de trascendencia (6).

1. Lengua hablada antiguamente en Francia al norte del Loira. 2. Nombre que se da al centurión que atravesó el costado de Cristo con la lanza. 3. En la literatura medieval: colección de relatos, descripciones e imágenes de animales reales o fantásticos. 4. Idem. pero relativo a las piedras preciosas. 5. Objeto en que estriba o se cree que consiste la defensa y seguridad de algo. 6. La fuente principal usada para la redacción de este artículo: Cardini Franco, GUERRE DI PRIMAVERA, Studio sulla cavalleria e la tradizione cavalleresca, Le Lettere, Firenza, 1992.

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jueves, 24 de septiembre de 2009

Cultivar la fe en familia



Cada familia cristiana es una “comunidad de vida y de amor” que recibe la misión “de custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y participación real del amor de Dios por la humanidad y del amor de Cristo Señor por la Iglesia su esposa” (Juan Pablo II, “Familiaris Consortio” n. 17). Es una comunidad que busca vivir según el Evangelio, que vibra con la Iglesia, que reza, que ama.

Para vivir el amor hace falta fundarlo todo en la experiencia de Cristo, en la vida de la Iglesia, en la fe y la esperanza que nos sostienen como católicos.

En estas líneas queremos reflexionar especialmente sobre la responsabilidad que tienen los padres en el cultivo de la fe en la propia familia. No sólo respecto de los hijos, sino como pareja, pueden ayudarse cada día a conocer, vivir y transmitir la fe que madura en el amor y lleva a la esperanza.

Los hijos también, conforme crecen, se convierten en protagonistas: pueden ayudar y motivar a los padres y a los hermanos para ser cada día más fieles a sus compromisos bautismales.

Entre los muchos caminos que existen para cultivar la fe en familia, nos fijamos ahora en tres: la oración en familia, el estudio de la doctrina católica, y la vida según las enseñanzas de Cristo.

Muchas de las ideas que siguen son simplemente sugerencias o pistas de trabajo. La actitud de fondo que debe acompañarlas, el amor verdaderamente cristiano, da el sentido adecuado a cada una de las acciones que se lleven a la práctica. Un gesto realizado sin profundidad puede secar el alma, puede perder su eficacia. Es posible, sin embargo, iniciar algunos actos sin comprenderlos del todo, pero con el deseo de que nos conduzcan a una actitud profundamente evangélica, a un modo de pensar y de vivir que corresponda plenamente con lo propio de nuestra vocación cristiana.

1. La oración en familia

La oración es para cualquier bautizado lo que es el aire para los seres humanos: algo imprescindible.

Aprender a rezar toca a todos: a los padres, en las distintas etapas de su maduración interior; a los hijos, desde pequeños y cuando poco a poco entran en el mundo de los adultos.

La oración en la vida familiar tiene diversas formas. El día inicia con breves oraciones por la mañana. Por ejemplo, los padres pueden levantar a sus hijos con una pequeña jaculatoria; o, después de asearse o antes del desayuno, todos rezan juntos una pequeña oración (el Padrenuestro, el Ave María, parte de un Salmo o del Magnificat, etc.).

Otras plegarias surgen de modo espontáneo, según las necesidades de cada día. La familia reza por el examen de selectividad, por la situación de la fábrica donde trabaja papá o mamá, por las lluvias, por el eterno descanso del abuelo...

Son muy hermosas aquellas oraciones que recogen la gratitud de todos y de cada uno. Esas oraciones pueden fijarse en los hechos más sencillos: ya funciona el frigorífero, tenemos pasteles para la merienda, se acercan las vacaciones. O pueden dar gracias por hechos más importantes: el amor entre papá y mamá ha sido bendecido con un nuevo embarazo, acaba de nacer un nuevo sobrino, el abuelo ha superado la pulmonía, un amigo ha ido a encontrarse con Dios...

El clima de oración se prolonga a lo largo del día. Para ello, ayuda mucho crear un hábito de “jaculatorias”, pequeñas oraciones espontáneas que dan un toque religioso a la jornada. “Señor, confío en Ti”. “Creo, Señor, ayúdame a creer”. “Te alabamos, Señor, porque eres bueno”. “Gracias, Señor, por esto y por esto”. “Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo”...

La hora de comer permite un momento de gratitud y de unión en la familia. ¡Qué hermoso es ver que todos, junto a la mesa, rezan! Algunos hogares recitan el Padrenuestro; en otros, los padres y los hijos se turnan para dirigir una oración espontánea antes de tomar los alimentos.

Otro momento de oración consiste en el rezo del Ángelus (se puede rezar hasta tres veces en la jornada, o si se prefiere al menos a medio día) y del Rosario.

Para los niños (y para algunos adultos también), a veces el Rosario resulta un poco aburrido. Los padres pueden ayudar a los hijos a descubrir la belleza de esta sencilla oración, quizá enseñándoles a rezar primero un solo misterio, luego dos, etc., y explicando el sentido de esta hermosa plegaria dirigida a la Madre de Dios y Madre de la Iglesia.

Cuando llega la noche, la familia busca un momento para dar gracias por el día transcurrido, para pedir perdón por las posibles faltas, para suplicar la ayuda que necesitan los de casa y los de fuera, los cercanos y los lejanos. Es muy hermoso, en ese sentido, aprender a rezar por las víctimas de las guerras, por las personas que pasan hambre, por los que viven sin esperanza y sin Dios.

La oración constante ha permitido a la familia, chicos y grandes, descubrir que la jornada, desde que amanece hasta la hora de dormir, tiene sentido desde Dios y hacia Dios. Todo ello prepara a vivir a fondo los momentos más importantes para todo católico: los Sacramentos.

Si el Sacramento de la Eucaristía es el centro de la vida cristiana, también debe serlo en el hogar. La familia necesita descubrir la belleza del domingo, la maravilla de la Misa, la importancia de la escucha de la Palabra, la participación consciente y activa en los ritos.

Participar juntos, como familia, en la misa del domingo es una tradición que vale la pena conservar. También cuando los hijos son pequeños. Los padres pueden enseñarles, poco a poco, el sentido de cada rito, las posturas que hay que adoptar, el respeto que merece la Casa de Dios. Son cosas que luego quedan grabadas en los corazones para toda la vida.

La semana se vive de un modo distinto si arranca del domingo y desemboca en el domingo. Durante la semana, la familia busca vivir aquello que ha escuchado, que ha vivido en la celebración eucarística dominical. A la vez, se prepara con el pasar de los días para el encuentro íntimo y personal con Cristo que tendrá lugar, Dios mediante, el domingo siguiente.

Ayuda mucho, en este sentido, hacer “visitas” a Cristo eucaristía durante la semana, de forma personal o en pequeños grupos (el padre o la madre con algunos hijos, varios hermanos juntos, etc.). También es muy provechoso, entre semana, recordar en casa cuál fue el evangelio del domingo anterior, o dar pistas para abrirse a los textos sagrados que serán leídos el domingo siguiente.

Además de buscar maneras para vivir mejor la Eucaristía, también es hermoso recordar el aniversario del bautismo de cada miembro de la familia. Si celebramos el nacimiento, ¿por qué no celebrar también el día en que empezamos a ser hijos de Dios y miembros de la Iglesia? Algo parecido podría hacerse con la confirmación, un sacramento que debemos valorar en toda su riqueza y que debemos tener muy presente en un mundo hostil al Evangelio.

En cuanto al matrimonio, el aniversario de bodas suele ser recordado por muchas familias católicas, incluso con la ayuda de algún día de retiro espiritual. En ese día, los esposos pueden renovar sus promesas matrimoniales, o hacer un momento de oración familiar con los hijos, quizá con la lectura en común de algún texto bíblico (por ejemplo, Tb 8,5-10, o Ef 5,21-33).

Un sacramento que merece ser vivido por todos los miembros de la familia es el de la Reconciliación (la confesión). Los niños quedan muy impresionados cuando ven a sus padres pedir perdón, de rodillas, en un confesionario. No es correcto, desde luego, recurrir a presiones para que se confiesen. Pero sí es hermoso enseñarles lo que es el pecado, lo grande que es la misericordia divina, y cómo la Iglesia pide que nos confesemos con frecuencia.

Un ámbito de la oración familiar se construye con la ayuda de imágenes de devoción. No basta con colocar aquí o allá un crucifijo, una imagen de la Virgen o el dibujo de algún santo. La imagen tiene sentido sólo si evoca y eleva los corazones a la oración y a la confianza en un Dios que está muy presente en la historia humana.

En algunos hogares existe un cuartito en el que se encuentra una especie de “altar de la familia”, donde todos se reúnen algún momento del día para rezar juntos, o donde cada uno puede dedicar un rato durante el día para meditar el Evangelio y dialogar de modo personal con Cristo. La tradición es hermosa, pues así es posible tener un lugar concreto donde todo ayuda a pensar en el Dios que tanto nos ama.

Existen otros modos para fomentar la oración en familia que se refieren a los tiempos litúrgicos. Por ejemplo, preparar un Belén en casa y tener ante el mismo momentos de oración y de cantos; ayudarse de la “Corona de Adviento” o de otras iniciativas parecidas para prepararse a la Navidad; dar un especial relieve a la Cuaresma como tiempo de oración, limosna y sacrificio; participar intensamente en la Semana Santa, de forma que permita a todos unirse íntimamente a Cristo; descubrir en familia el sentido gozoso de la Pascua y de Pentecostés, que ayude a participar del triunfo de Cristo y a descubrir la presencia del Espíritu Santo en lo más íntimo del corazón cristiano...

2. Aprender la fe en familia

Vivir en un clima continuo de oración abre los corazones al mundo divino. Esa apertura necesita ir acompañada por el estudio de todos, tanto de los padres como de los hijos, para conocer a fondo el gran regalo de la fe católica.

Los modos para lograrlo son muchos. La lectura y el estudio de la Biblia, especialmente de los Evangelios, resultan un momento esencial para conocer la propia fe. Para ello, hace falta recibir una buena introducción, sea a través de cursos en la parroquia, sea a través de la lectura de libros de autores católicos fieles al Papa y a los obispos.

Existe, por ejemplo, un curso de Biblia “on-line” del P. Antonio Rivero, que ofrece una buena ayuda para comprender mejor los libros sagrados. Se encuentra en http://es.catholic.net/conocetufe/804/2778/

De un modo más concreto, la familia en su conjunto o cada uno (según la propia edad) puede encontrar un momento al día para leer una parte del Evangelio. No se trata de una lectura simplemente informativa. Se trata de preguntarse, sencillamente, en un clima de oración: ¿qué quiere decirme Cristo con este texto? ¿Cómo ilumina mi vida?

Junto a la lectura de la Biblia, es necesario estudiar y conocer el “Compendio del Catecismo de la Iglesia católica” y, si fuera posible, también el mismo “Catecismo de la Iglesia católica”. El primero debería ser leído por los padres y, en la medida en que van creciendo, por los hijos. El segundo puede servir para ir más a fondo sobre temas importantes o ante dudas que puedan surgir. Los dos textos son ofrecidos en internet en la página del Vaticano, www.vatican.va.

La lectura del Catecismo permite conocer la fe católica en sus aspectos más importantes. Además, une a la familia con toda la Iglesia, al acercarse todos y cada uno a aquellas enseñanzas que nos permiten tener vivos y actualizados contenidos que no son simple “doctrina”, sino que nos ponen en contacto con Cristo y con su Cuerpo Místico: con el Papa, los obispos, los sacerdotes, los demás creyentes; con la Iglesia purgante (la que espera en el purgatorio) y con la Iglesia triunfante (que ya participa en el Banquete de Bodas del Cordero).

A través de estas lecturas, los padres estarán preparados para enseñar la doctrina católica en casa, si esto fuera posible. Si los hijos van a clases de catecismo en la parroquia o reciben clases de religión en la escuela, los padres ayudarán mucho a sus hijos para ver si han entendido bien, si tienen dudas. Les preguntarán los temas que están aprendiendo, no para “controlar”, sino para saber por dónde van en la catequesis y así ayudarles a vivir lo que les explicaron.

Por desgracia, en algunos lugares no se ofrece una buena enseñanza del catecismo a los niños. En otros, incluso, se les enseña ideas equivocadas. Toca a los padres velar para que la doctrina recibida por los hijos corresponda a lo que nos enseña la Iglesia y está contenido en el Catecismo. Si hace falta, pueden avisar al párroco de los errores que reciben sus hijos, o incluso al obispo, para que no se ofrezcan, bajo la apariencia de una “catequesis”, ideas confusas o contenidos claramente ajenos a nuestra fe católica.

Hemos mencionado la importancia de conocer a fondo la Biblia y el Catecismo. El estudio de la propia fe se enriquece a través de buenos libros, adaptados a cada edad. Unos serán cuentos navideños o novelas misioneras. Otros ofrecerán consejos para los adolescentes. Otros irán más a fondo sobre temas de fe, de ciencia, de moral.

Hacer un elenco de esos libros no resulta fácil. En catholic net hay un valioso arsenal de libros “on-line” (cf. http://es.catholic.net/biblioteca/). Podemos, además, recordar libros como los siguientes:

* P. Jorge Loring, “Para salvarte” (es posible encontrarlo en internet, o comprarlo como volumen).

* Mons. Tihámer Toth, “El joven de carácter” (también presente en internet).

Dos particulares ámbitos formativos se encuentran en los modernos medios de comunicación. Tenemos, en primer lugar, a los medios “clásicos” de noticias (televisión, radio, prensa). La familia no puede olvidar que en los mismos se ofrecen valoraciones sobre los hechos religiosos llenas de distorsiones o, incluso, de mentiras solapadas. Otras veces se escogen unos temas y se ocultan otros que tienen gran importancia para la vida de la Iglesia. Los padres deben conocer estos peligros y hacerlos presentes a sus hijos.

En segundo lugar, tenemos el mundo informático, especialmente internet (aunque no sólo). También aquí reina un enorme caos, y los temas religiosos son tratados en algunas páginas con mucha superficialidad, si es que no se cae en manipulaciones grotescas.

Los padres están llamados a educar a los hijos para tener un sano espíritu crítico. No se trata de aislarlos (hay temas que, a base de presión informativa, se convierten casi en “obligados”), pero sí de guiarlos para saber que no todo lo que se dice por ahí es verdad, y para comprender que los medios de comunicación no permiten alcanzar una imagen exacta de la Iglesia y de la vida ejemplar de miles y miles de buenos católicos.

Ayudará, en ese sentido, un doble esfuerzo. Por un lado, filtrar cualquier tipo de programas o de textos (escritos en papel o en la computadora) que presenten el mal como bien, que calumnien a personas o instituciones de la Iglesia, que promuevan incluso actitudes claramente antievangélicas (desenfreno, hedonismo, consumismo, odio racial o clasista, etc.).

Por otro, hay que saber individuar tantas (y son muchas, gracias a Dios) fuentes informativas sanamente católicas, que ofrecen la doctrina correcta (según el Catecismo) y que ayudan a conocer la actualidad del mundo y de la Iglesia en una perspectiva justa.

En ese sentido, es.catholic.net es una página que merece la pena ser conocida en sus distintas partes, así como otras páginas (la enumeración podría ser larga) donde la familia puede encontrar excelentes herramientas para la propia formación, incluso grabaciones de radio o pequeñas conferencias filmadas sobre la Iglesia, su historia, su doctrina, su vida actual.

En cuanto a la información católica, contamos con la que se ofrece con bastante puntualidad en www.vatican.va (la página del Vaticano), y con los servicios informativos de agencias como www.zenit.com.

Una presentación más amplia sobre este tema se encuentra en el estudio de Jorge Enrique Mújica, El rostro católico de internet en español (en http://es.catholic.net/jorgemujica/articulo.php?tem=1430&id=34119).

3. Vivir el Evangelio en familia

Una fe sin obras, nos recuerda la Carta de Santiago, es estéril (cf. Sant 2,20). No entra en el Reino de los cielos el que dice “Señor, Señor”, sino el que cumple la Voluntad del Padre (cf. Mt 7,21).

La familia que reza, la familia que estudia su fe, también sabe vivir aquello que ha llevado a la oración, busca aplicar lo que ha conocido gracias a la bondad del Padre que nos ha hablado en su Hijo.

La mejor escuela para vivir como cristianos es la familia. Las indicaciones que podrían ofrecerse son muchísimas, como son muchas las enseñanzas morales que encontramos en la Biblia (los diez Mandamientos, el Sermón de la montaña, etc.) y que la Iglesia nos explica en la Tercera Parte del Catecismo. Como un resumen, el Catecismo enumera las 14 “obras de misericordia” (7 corporales y 7 espirituales) que ilustran ampliamente cuál es el modo de vivir según el Evangelio.

Para concretar un poco más cómo vivir evangélicamente, enumeremos algunos ámbitos en los que la familia se hace educadora en el arte de actuar como cristianos auténticos.

El primer ámbito, desde luego, es el de la propia familia. Vivir el Evangelio implica crear un clima en el hogar en el que se lleva a la práctica el principal mandamiento: la caridad. El amor debe ser el criterio para todo y para todos.

Ese amor se aprende, se hace vida, cuando los hijos ven cómo se tratan sus padres. Si los padres se aman profundamente, si saben darse el uno al otro como Cristo se dio por la Iglesia (cf. Ef 5,21-33), si saben perdonar hasta 70 veces 7 (cf. Mt 18,22), si confían en la Providencia más que en las cuentas del banco (cf. Mt 6,24-34), si ayudan al peregrino, al hambriento, al sediento, al desnudo, al enfermo, al encarcelado (cf. Mt 25,33-40)... los hijos habrán encontrado en la familia un auténtico “Evangelio vivo”.

Aprenderán entonces a dar gracias, a ayudar al necesitado, a compartir sus objetos personales, a escuchar a quien desea hablar, a dar un consejo a quien tenga dudas (de matemáticas o de fe...).

La caridad debe ser el criterio para lo que uno hace y para lo que uno deja de hacer. Por ello, la misma caridad lleva al católico a mortificar los apetitos de la carne, a controlar las propias pasiones, a huir de aquellos estilos de vida que nos atan al mundo, que nos llevan al egoísmo y a alejarnos de Dios y del prójimo.

No hay verdadera vida cristiana allí donde no hay abnegación. Hay vida cristiana allí donde cada uno renuncia al propio “yo”, cuando aprende a desapegarse de lo material para abrirse confiadamente a la providencia del Padre de los cielos (cf. el texto que ya citamos de Mt 6,24-34).

Aprender lo anterior resulta clave para lograr una familia auténticamente cristiana. ¿De qué manera puede conocer un hijo cómo se vive el Evangelio si ve en sus padres rencillas, malas palabras, afición por el dinero, críticas continuas a otros familiares o conocidos? Al revés, el hogar en el que Cristo ha entrado realmente en los corazones se convierte en un continuo testimonio de aquella caridad que nos plasmó el Espíritu Santo en 1Cor 13.

Un “capítulo” que resulta no fácil se refiere a modos de comportarse y de vestir, a diversiones, a objetos de uso. La sociedad crea necesidades y los hijos sienten una presión enorme que les hace desear lo que tienen otros y hacer lo que “todos hacen”. Los padres de familia sabrán discernir entre cosas sanas (como deportes no peligrosos y capaces de promover un buen espíritu de equipo) y “necesidades” que son falsas y que pueden llevar a los hijos a la ruina personal, incluso a la triste desgracia del pecado. Luchar contra corriente puede parecer duro, pero vale la pena si tenemos ante los ojos el premio que nos espera: la amistad con Cristo.

El segundo ámbito para vivir evangélicamente surge cuando la familia se abre a los demás. Tratamos con personas muy distintas en las mil encrucijadas de la vida. El corazón que aprende a vivir como cristiano descubre en cada uno la presencia del Amor del Padre, el deseo de Cristo de acogerlo en el número de los amigos, la acción del Espíritu Santo que susurra en los corazones y que los guía hacia la Verdad completa.

Un cristiano necesita ver a todos “con los ojos de Cristo” (cf. Benedicto XVI, encíclica “Deus caritas est” n. 18). Porque lo que se hace al hermano más pequeño es hecho al mismo Cristo (cf. Mt 25,40). Porque todos estamos invitados a ofrecer y a recibir cariño. Porque no hay amor más grande que el de dar la vida los unos por los otros (cf. 1Jn 3,16).

Esta actitud se plasma en actos concretos, que van desde el “enseñar al que no sabe” (las obras de misericordia espirituales) hasta el “visitar y cuidar a los enfermos” (las obras de misericordia corporales).

Es importante lo que uno hace por el necesitado, y es importante la actitud con la que se hace. Sirve de muy poco una limosna hecha con un rostro apático. En cambio, muchas veces llega más al corazón necesitado una mirada llena de afecto que la medicina regalada (desde luego, hay que velar también para que el enfermo tenga sus medicinas...). Los hijos que ven en sus padres actitudes profundas y gestos sinceros de amor al prójimo aprenden, más allá de las palabras, lo que significa ver a Cristo en los hermanos.

Vivir el Evangelio llega hasta el heroísmo de amar al propio enemigo (cf. Mt 5,43-48). Hay hogares en los que nunca se escucha una palabra de odio o de amargura hacia quienes ofendieron en el pasado (quizá un pasado muy reciente) a alguno de los miembros de la familia. Incluso hay hogares en los que los hijos admiran a sus padres cuando saben acoger, con los brazos abiertos, a alguien que les hizo daño, mucho daño...

La actitud profunda de amor a los otros lleva al apostolado, al compromiso continuo por conseguir que muchos hombres y mujeres lleguen a conocer a Cristo.

Es muy hermoso, en ese sentido, descubrir a familias que se convierten en “misioneras”. Saben comunicar, con su testimonio y con palabras oportunas, que Dios ama a todos, que Cristo ofrece la Salvación, que la Iglesia es la barca regalada por Dios para acometer la travesía que nos lleva a la Patria eterna.

4. A modo de conclusión

En el V Encuentro Mundial de las Familias que tuvo lugar en Valencia (España), el Papa Benedicto XVI recordaba que “transmitir la fe a los hijos, con la ayuda de otras personas e instituciones como la parroquia, la escuela o las asociaciones católicas, es una responsabilidad que los padres no pueden olvidar, descuidar o delegar totalmente” (Benedicto XVI, 8 de julio de 2006).

El Papa añadía, de un modo muy hermoso y comprometedor, que “la criatura concebida ha de ser educada en la fe, amada y protegida. Los hijos, con el fundamental derecho a nacer y ser educados en la fe, tienen derecho a un hogar que tenga como modelo el de Nazaret y sean preservados de toda clase de insidias y amenazas”.

Cuando un hijo pequeño empieza a preguntar a sus padres cómo es Dios, surge en algunos hogares una cierta inquietud: ¿estaremos preparados para introducir al hijo en el mundo del Evangelio? ¿Seremos capaces de ofrecer a los hijos un hogar semejante al de Nazaret?

Las preguntas inocentes del niño pueden convertirse en una ayuda providencial por la que Dios se vale para mover a los padres a elevar una oración confiada, para abrirse a la ayuda divina a la hora de afrontar con mayor entusiasmo sus compromisos como esposos llamados a la tarea de educar a los hijos en la fe.

“Padre Santo, los hijos que han nacido de nuestro amor existen porque Tú los amas desde toda la eternidad. Enséñanos a cuidarlos siempre con cariño exigente y con exigencia cariñosa. Danos luz y consejo para que podamos transmitirles las palabras de tu Hijo. Ayúdales a vivir según tu Amor. Protégelos de los peligros del mundo. Sobre todo, permítenos ser, como esposos y como padres, ejemplos limpios y alegres de tu bondad y de tu misericordia. Para que así, algún día, podamos cantar tu gloria, todos juntos, como familia, en el lugar que Cristo nos ha preparado en el cielo. Amén”.

Por Fernando Pascual - fpa@arcol.org

http://www.aciprensa.com/Familia/cultivarfe.htm

martes, 22 de septiembre de 2009

Sectas: Los Adventistas del Séptimo Día






Nació en el siglo XIX, en los Estados Unidos. La época de William Miller, su primer fundador, y después la de Ellen White, con sus importantes escritos y su impulso decisivo para el movimiento fue una época de profetismo intenso. Miller nació en una familia bautista, pero perdió la fe en su juventud. Al recuperarla, y ser admitido de nuevo en su iglesia, se dedicó al estudio de las Sagradas Escrituras.

Preocupado por el advenimiento del Señor creyó poder llegar a determinar su fecha con algunas cifras que aparecen en el libro de Daniel y él consideró que hacían referencia a la venida de Cristo.

Sus cálculos le llevaron a fijar ésta para 1843. Así lo profetizó en sus predicaciones y en su libro: "Pruebas evidentes por la Escritura y por la Historia de la segunda venida de Cristo hacia 1843". Poco feliz en sus predicciones, ni en ese año, ni transferida la fecha por su discípulo Snow al 22 de octubre de 1844, se cumplió su profecía. Ante el fracaso, sus seguidores trataron de buscar una explicación, una fórmula que descifrase su incumplimiento.

Tras aceptar que el advenimiento estaba muy próximo, sin fijar fecha, hallaron quien les elaborase no sólo una explicación sino toda una doctrina religiosa: la conocida hoy por Adventismo del séptimo día. Fue esto obra de una mujer de cualidades verdaderamente extraordinarias: Hellen Gould White.

White fue una mujer de una vida muy larga y activa. Nacida en 1827 y afiliada al principio al Metodismo, siguió más tarde las doctrinas de Miller, y por su matrimonio con un predicador adventista se convirtió en una ferviente propagandista de estas ideas. Viajó incesantemente por América, Europa y Australia y escribió infatigablemente.

Dotada de un poderoso don de organización, las doctrinas y la expansión del Adventismo a ella lo deben todo. Falleció en 1916. Nos interesa de ella especialmente su carácter hipersensible de visionaria y profetisa, en el que seguramente influyó el ambiente de aquel momento en Norteamérica.

Era una época en que abundaban los "profetas". En 1844 muere J. Smith, el fundador de los Mormones, quien con sus visiones y predicaciones consiguió arrastrar, en un portentoso éxodo, a miles de seguidores a través de toda Norteamérica, de este a oeste, hasta fundar un Estado teocrático a orillas del Lago Salado.

Esta época ve surgir también a Mary Baker Eddy, la "profetisa" fundadora de la Ciencia Cristiana. Otras muchas sectas proféticas y escatológicas pululaban en una atmósfera de fervor entusiasta y esperaban la próxima llegada del Señor.

Se daban misiones, a veces, en lugares casi desiertos, a las que acudían las gentes desde muy lejos, acampando alrededor del predicador y en un ambiente de lucha de unas y otras por ver cuáles presentaban más prodigios y se llevaban tras sí más convertidos, que pasaban de una confusión a otra con pasmosa facilidad y manifestaciones cada vez más exaltadas.

En este ambiente eran frecuentes las supuestas revelaciones. En H.G. White influyó no solamente esto, sino también un grave golpe sufrido en su niñez, que pudo ser origen de desequilibrios mentales.

Escritores protestantes como Canright, que la conoció durante más de veinte años, afirma que sus visiones eran efecto de una enfermedad nerviosa, y G. W. Ridault dice que era una fanática autoengañada, cuyas doctrinas hacen a sus lectores pusilánimes y tristes, produciéndoles dudas; y ella decía de sí misma que temía ser infiel.

Enumera este autor hasta treinta y ocho las veces que ella dice en sus obras que tuvo el don de la inspiración. En efecto, desde las primeras páginas de "El conflicto de los siglos", pasando por "Las joyas de los testimonios" y "El camino a Cristo", entre sus obras más extensas, hasta el más reducido de sus artículos, es frecuentísimo, encontrar estas frases: "Mediante la iluminación del Espíritu Santo me fueron reveladas..." "El Señor me ha dicho..." "El Señor quiere..."

Esta mujer trató de resolver los problemas que habían suscitado los cálculos de Miller y la identificación del Santuario, del que se habla en el pasaje de Daniel, que interpretó aquél. Haciendo una arbitraria exégesis de un texto, de indudable sentido metafórico, del autor de la Carta a los Hebreos, en el que menciona el Santuario del cielo, allí lo localizó la señora White.

La idea de la entrada de Cristo el 22 de octubre de 1844 en el Santuario celestial para purificarlo es de lo más fantástico que ha podido urdirse y manifiesta bien la imaginación de novelista de la hermana White, quien para reforzar sus argumentos indicó que todo ello lo había conocido a través de una visión que le había sido otorgada.

Sus discípulos le dieron el título de "Espíritu de profecía", con el que se la conoce, y se cita corrientemente entre los suyos, y el Adventismo, con una serie de doctrinas a ésta encadenadas, quedó constituido en una nueva religión.



El Antiguo Pacto

Los adventistas creen que las prohibiciones sobre la comida en la Antigua Alianza siguen como ley de Dios hoy día, por eso prohíben comer carne de cerdo, mariscos y sangre, observan el sábado y promueven el diezmo.

No son consistentes en su obediencia a las leyes del Antiguo Testamento. Por ejemplo, no practican la Pascua que era una ley de igual importancia que la del Sábado. La Iglesia Adventista del Séptimo Día es una de las pocas iglesias y grupos sectarios que practican un tipo de lavatorio de los pies. Los adventistas creen que el Arcángel Miguel era Jesús en forma de ángel.

Ellos -al contrario de los testigos de Jehová- creen que Jesús es Dios, que forma parte de la Trinidad. La revista mensual en español de la iglesia Adventista se llama Enfoque de los Tiempos. Como en el caso de otras grupos sectarios, tenemos que debilitar la confianza en su religión para que los adeptos puedan regresar a la Biblia con más objetividad.

Esto se consigue mostrándoles algunas razones importantes para no confiar en Elena de White. Más adelante encontraremos ejemplos de algunas cosas que ponen en duda sus pretensiones de ser profeta de Dios.



Elena de White

Según la enseñanza oficial de los Adventistas del Séptimo Día que se publica en la revista oficial The Adventist Review, Elena de White es la clave para el entendimiento correcto de la Biblia, ya que ella es la intérprete infalible de la Biblia y la corte final de apelación para la gente de Dios.

Elena de White hizo profecías que se han cumplido y otras que están esperando su cumplimiento: "el Señor le dio consejos sobre la salud, la educación, la vida familiar, la dieta, la medicina, y la evangelización..." (p. 226).

Su papel principal era guiar el entendimiento de la Biblia y confirmar las conclusiones que se derivan del estudio bíblico (p. 227). La Asociación (Conferencia) General, sede mundial de los adventistas en Washington, D.C., señala que se debe examinar y comprobar todas sus palabras para verificar si era o no profetisa de Dios (p. 228).

Los editores, bajo la dirección oficial, hablan de los cinco tomos mencionados: Dicen del tomo IV que es un libro inspirado (White, IV, 6). Sobre el primer tomo dicen que la obra arroja luz. En el tomo V ellos llaman a Elena de White una profeta. Por lo menos que sepa este autor, el adventismo no ha ido en contra de alguna enseñanza de Elena.



Doctrina

1. Actualmente ya ha empezado el juicio en el Santuario celestial, revisándose la vida de cada uno. Terminado éste, Cristo vendrá a la tierra, habiendo comenzado ya las señales precursoras que El anunció en el Evangelio respecto a su venida. Con ella comenzará el milenio.

2. En él resucitará Cristo a los justos, llevándolos con El al cielo por mil años. El demonio quedará atado a la tierra, vacía por este tiempo.

3. Pasado el milenio Satanás será soltado, resucitarán los malvados; bajarán del cielo Cristo, los justos y la ciudad celestial de Jerusalén. Tendrá lugar la batalla final de Satanás y los malvados contra ella. Uno y otros serán aniquilados, y la tierra, purificada por el fuego, volverá a ser un paraíso, reino eterno de Dios con los suyos.

4. El alma humana, que de por sí no es inmortal, queda en la inconsciencia en el sepulcro con la muerte. En la resurrección, la inmortalidad será un premio concedido a los justos y negado a los malvados, cuyas almas serán aniquiladas. No existe, pues, el infierno.

5. Los adventistas deben observar el sábado como día festivo, en lugar del domingo. La imposición de esta práctica debe mucho a otra supuesta visión de la hermana Elena.

6. Deberán observar y predicar la paz en todas partes. Son exaltados pacifistas.

7. Habrán de seguir un régimen de vida vegetariano naturista no sólo en la alimentación, sino también en la aplicación de remedios medicinales.

8. Observarán rígidas prohibiciones sobre el alcohol. café, té, tabaco, etc. Es lamentable que una doctrina básicamente cristiana, pues tienen a Cristo por Dios y Salvador, al que parece profesar un amor tan profundo y que practica muchas virtudes, pueda llegar a caer en tan profundos y peligrosos errores y en tal grado de desvalorización "por apartar sus oídos de la verdad para volverlos, a las fábulas" (2 Tim 4, 4) de imaginarios milenios, visiones y profecías.



Las prácticas adventistas

Con el adventismo nos encontramos frente a una doctrina sistematizada, propagada con medios eficientes y económicamente abundantes, practicada dentro de una perfecta organización, con una disciplina severa, profesada por más de un millón de adeptos, con una tendencia marcada al crecimiento en número. Interesa, por lo tanto, después de conocidas sus doctrinas, ya expuestas, fijarnos en el modo de practicarlas.

Por consiguiente, referirnos a su organización, culto, prácticas de vida, propaganda, peligros que encierran estas ideas para el católico vulgar y posibles motivos de expansión de las mismas. La secta es congregacionalista; por lo tanto, cada comunidad constituye una iglesia independiente, unida a las otras en el plano de cada nación por la Conferencia Nacional y en orden mundial, por la Conferencia General.

Divide el mundo para su actuación sobre él en doscientos ochenta y dos distritos. Los ministros de estas iglesias son los pastores y los ancianos (presbíteros), sin que estos cargos tengan carácter sacerdotal, ya que carecen del Sacramento del Orden. Son cargos conferidos por sus propias asambleas a aquellos que tienen más categoría o antigüedad en sus iglesias (presbíteros, en el sentido de ancianos) o cierta preparación y estudios religiosos (pastores).

La disciplina de la secta es muy severa. Cualquier contravención en las prácticas de vida señaladas por la misma pueden dar ocasión a la expulsión de ella. El valor que dan a las profecías de su fundadora y a las decisiones de la Conferencia General, para ellos "la más alta autoridad de Dios sobre la tierra", están refrendadas por una infalibilidad tan absoluta, que ello les somete a una dependencia incomparablemente mayor de la que pueda tener un católico respecto de Roma.

Para el ingreso en el Adventismo es absolutamente preciso contestar afirmativamente a este pregunta: "¿aceptáis el espíritu de profecía tal y como se ha manifestado en el seno de la Iglesia final por el misterio y los escritos de la señora White?" (Manual de la iglesia, artículo 18). El culto se celebra los sábados. Cantos, lectura de la Biblia, comentarios sobre ella, lavatorio de los pies, pública reconciliación y la Cena.

Esta, en realidad, no es un sacramento, como tampoco lo es el Bautismo. Son éstos los dos únicos símbolos sacramentales que conservan. La primera se celebra con pan y zumo de uva sin fermentar, simbolizando ellos el cuerpo y sangre del Señor, en memoria de su muerte, y representando su presencia constante, si bien puramente espiritual, en el alma del creyente.

El Bautismo, sólo para adultos y por triple inmersión, simboliza la muerte al pecado del hombre viejo y la resurrección del nuevo, así como la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. La escuela sabática, en secciones para niños y adultos, y dentro de éstas, divididas en grados, tiene programas muy bien planeados desde el punto de vista didáctico.

El pago del diezmo es obligatorio, aparte de otras colectas celebradas con ocasión de sus reuniones o cultos. Todos los adventistas son por esencia misioneros de su doctrina, porque esperando la próxima venida del Señor y dependiendo ésta de que la predicación de este mensaje se haya extendido por el mundo entero, es natural que den el lugar preponderante de su actividad a esta propaganda.

Tienen misiones en trescientos ochenta y cinco países de setecientas catorce lenguas y dialectos, millares de escuelas y un espíritu misional intenso en el seno de sus iglesias merced a las organizaciones de juventudes misioneras voluntarias (J.M.V.) y el movimiento "Comparte tu fe" (C.T.F.).

No obstante, se observa en toda la vida religiosa de la secta una gran falta de espiritualidad, por tener cortadas todas las fuentes principales de ella; los sacramentos, principalmente la Eucaristía, la falta de devoción a María, el concepto del alma, etc. Por eso, sus escritos sobre temas religiosos o espirituales tienen un campo muy reducido.

En general, su moral es austera y fundada en el principio ortodoxo de que el cuerpo humano es templo del Espíritu Santo. Pero, como exaltados y fanáticos, parecen querer demostrar que esa doctrina la han descubierto ellos, y atacan al catolicismo la creencia de no dar ninguna importancia al cuerpo, en el plan divino de la salvación, por dársela toda al alma.

Con esta doctrina, "reinventada" por ellos, no sólo sostienen que hay que usar moderadamente de los alimentos para luchar con éxito contra la carne, lo cual constituye una verdad irrefutable y una doctrina de la más sana espiritualidad, sino que, exagerando y desorbitando los hechos, llegan a prohibir el consumo de muchos de aquéllos y de varias bebidas, tratando de fundar todo esto en la Escritura.

Parece que en ellos las virtudes se han vuelto locas, como observaba Chesterton al hablar de las virtudes separadas de su verdadero tronco católico, y al sentirse aisladas y vagar con desorden causan no pocos estragos.

Pretenden fundamentar la abstención del alcohol, así como la del tabaco, en la Biblia, porque "nada impuro entrará en el cielo" (Ap 21, 27). Llegan en sus exageraciones a pretender que en la Escritura vino y zumo de uva son la misma cosa, y que el Señor, en su última Cena, empleó ciertamente este último y no precisamente vino; y en su manía antialcohólica la señora White llega a decir que por medio del vino Satanás urde trampas no sólo en todos los asuntos de la vida, sino que hace llegar éstas hasta el altar.

La prohibición de comer carne parece tener también pretendido fundamento bíblico -quizá Gen 1, 29-; pero, sea cual fuere el texto en que pretendieran apoyarlo, lo cierto es que siempre estaría en contradicción con Rom 14, 14; Col 2, 16-20; 1 Tim 4, 2-5; Lc 7, 34; Hch 10, 15, y Mc 7, 18, los cuales claramente se refieren a toda cesación de impureza legal de los alimentos.

Pero, en realidad, el régimen vegetariano, así como el empleo de los remedios de la medicina fisiátrica, son debidos a una supuesta revelación de H. G. White. En 1864, estando gravemente enfermo su marido, tuvo esta inspiración divina, y con ella no sólo impuso el régimen a la secta en su alimentación, sino que fundó la obra médica sobre principios semejantes.

En efecto, en 1884 fundó el "Instituto del Oeste para la reforma de la salud", destinado a formar los cuadros de los médicos evangelistas misioneros, y fue el comienzo de la obra médica adventista, que existe actualmente: 150 hospitales y clínicas y varios millares de médicos, enfermeros y empleados sanitarios.

Aunque en estas instituciones estén proscritos la mayoría de los remedios clásicos en medicina, no dejan de ser una importante realización adventista y, sobre todo, un maravilloso medio de propaganda de sus ideas.



Propaganda

Fanáticos misioneros, su propaganda es insistente, de puerta en puerta ofreciendo publicaciones sobre temas que atraigan la curiosidad del lector. Muy intensa también tanto por medio de la prensa como de la radio. Los colportores -vendedores de la literatura adventista- son astutos propagandistas y tanto les admiraba la fundadora, que les llamaba "misioneros que se consagran a Dios para dar el último mensaje de amonestación al mundo".

La propaganda impresa es enorme y hábil. Tienen imprentas y editoriales en todos los países del mundo, tirando millones de ejemplares de sus publicaciones en todas las lenguas. En países donde no gozan de libertad de propaganda funcionan sus editoriales encubiertamente, publicando obras y revistas en las que, sin defender claramente las doctrinas principales de la secta, tratan de obras que practican, tales como vegetarianismo, antialcoholismo, pacifismo, etc., desde un punto de vista que pretende ser científico o moral.

La propaganda radial ha adquirido últimamente grandes vuelos. En Norteamérica son muchos cientos de emisoras las que transmiten varias charlas semanales para un número incontable de oyentes, y cursos por correspondencia por medio de la emisión "La Voz de la Profecía". Algo parecido en América del Sur con "La Voz de la Esperanza", en nuestro idioma, y en Europa por medio de Radio Luxemburgo, Montecarlo, etc.



Conclusión

Con la Iglesia Adventista del Séptimo Día, no estamos frente a una secta hirviente en su "despertar", sino ante una Iglesia estalecida, bien organizada, sólidamente asentada sobre finanzas abundantes y prudentemente administradas. El espíritu de profecía parece haber cedido paulatinamente el paso a una severa enseñanza dogmática, enseñanza duplicada por las prácticas estrictas. Su progreso, sobre todo en los países de misión, y un poco en todas partes, es bastante notable.

Al margen de una auténtica grandeza cristiana, la Iglesia adventista insite repetidamente en imponer doctrinas sumamente opinables en las que ella basa desgraciadamente su originalidad. Es posible que el gran defecto adventista sea el haber querido renovar el cristianismo con elementos tomados del Antiguo Testamento.

Tan opuesta a las confesiones reformadas como al catolicismo, la Iglesia adventista rechaza participar en el movimiento ecuménico, no parece creer en un milagro del Espíritu Santo para reunir a todos los cristianos desunidos y solamente ve en estas tentativas de un pragmatismo burdo, sin otra finalidad que constituir un frente común contra el comunismo.

Más seriamente "bíblica" que la mayoría de las demás sectas importantes, su interpretación de las profecías está viciada, desgraciadamente por una fantasía que acabará apareciendo patente a los ojos de sus miembros más importantes, cuando su ciencia bíblica reciba más luces. Al menos nos invita a una profundización en la Escritura por parte del pueblo cristiano, no para descubrir argumentos con vistas a una refutación inútil, sino para un mayor conocimiento de la auténtica Palabra de Dios.

Parte del Contenido de esta sección es cortesía de la Fundación S.P.E.S
Bolívar 216, 1° "A" (1066) Buenos Aires - Argentina. Tel: (54 11) 4343-7702
E-mail : spes@sinectis.com.ar

El material forma parte de su curso por e-mail : "El Fenómeno de las Sectas y los NMR" Auspiciado por el Arzobispado de Buenos Aires. Especial agradecimiento al Lic. José María Baamonde, Presidente

http://www.aciprensa.com/sectas/adventistas.htm

domingo, 20 de septiembre de 2009

Cardenal Urosa rechaza continuos ataques de gobierno venezolano con correo falso


El Arzobispo de Caracas, Cardenal Jorge Urosa Savino, rechazó enérgicamente que el Presidente Hugo Chávez y distintos personeros del gobierno de Venezuela sigan atacándolo con la autoría de un correo "totalmente falso" sobre la ley de educación. Reiteró que él no lo escribió y que ha aclarado el asunto en distintas oportunidades.
En un comunicado dado a conocer hoy, el Cardenal Urosa reitera que "con asombro he visto la difusión que en varios medios de comunicación social y por Internet ha tenido la indebida atribución a mi autoría de un correo falso y espurio, en el cual, supuestamente, yo habría expresado ideas clasistas y excluyentes sobre la educación. Es muy clara la finalidad de esa infamia: desacreditarme ante el pueblo venezolano".
Seguidamente señala que "rechazo absolutamente tal autoría, y los conceptos clasistas y antidemocráticos que malintencionadamente se me atribuyen. Y también rechazo la agresión que me hace quien inventó dicho falso correo".
El Cardenal recordó que ya había enviado un desmentido al director del Diario de Caracas (DCC), Ernesto Villegas, que fue publicado en ese mismo medio el 4 de septiembre; así como otro desmentido a todos los medios el 6 de septiembre que tuvo amplia difusión.
Por ello, dijo, "rechazo que personeros del Gobierno, incluido el Presidente de la República, sigan utilizando un documento falso, totalmente ajeno a la verdad, para atacarme y atacar a la Iglesia".
El Arzobispo de Caracas resaltó también que la educación debe ser "pluralista, democrática, liberadora, incluyente y solidaria, integral y abierta a la trascendencia espiritual, promotora de la vida y transformadora de la sociedad, asumo plenamente las ideas expresadas en el Comunicado de la Conferencia Episcopal Venezolana: 'La educación es tarea de todos', publicado el 10 de julio de 2009, y que puede ser consultado en la página web de la Conferencia Episcopal Venezolana".

http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=26853

sábado, 19 de septiembre de 2009

Tras violencia musulmana, asesinan a cristiano en cárcel de Pakistán



Robert Fanish, el joven cristino de 19 años que había sido injustamente encarcelado tras la violencia que llevó a extremistas islámicos en la provincia de Punjab (Pakistán) a incendiar una iglesia católica, fue asesinado en la prisión en la que se encontraba. Los obispos de este país y un grupo protestante han solicitado al gobierno una investigación pública de este hecho.
La familia Fanish fue tomada por sorpresa cuando el cadáver del muchacho, con diversos golpes en el torso y en los brazos, fue sacado de la cárcel este martes.
El funeral, que luego se convirtió en protesta y que fue dispersado por la policía local, reunió a unas tres mil personas que llegaron a despedir a este muchacho que sufrió las consecuencias de los actos de una mujer musulmana, que se oponía a la relación que él sostenía con su hija.
En represalia y valiéndose de la llamada ley antiblasfemia, la madre habría roto unas hojas del Corán –que se paga con cadena perpetua– para arrojarlas en la puerta de la casa del joven generando así las agresiones de los extremistas que incendiaron una iglesia católica. Tras estos hechos, Robert había sido encarcelado.
En declaraciones a la organización internacional católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el P. Andrew Nisari, Vicario General de la Arquidiócesis de Lahore, a cuya jurisdicción pertenece la zona en donde han ocurrido los hechos, señaló que "cada uno de nosotros está furioso por lo que le ha sucedido a Robert".
"Para nosotros está claro además que la policía ha hecho 'justicia' con sus propias manos y lo han matado", denunció.
El sacerdote también explicó que la situación de los cristianos en Pakistán "está cada vez peor. Hay una ola de intranquilidad en todo el país en el que las personas están usando cada oportunidad que tienen para presionar a los cristianos".
El P. Nisari dijo además que la Comisión Nacional Católica de Justicia y Paz, con sede en Lahore, también ha exigido al gobierno una investigación pública del asesinato.
AIN explica en su nota que está colaborando en los esfuerzos por revertir la ley antiblasfemia.

http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=26848