viernes, 26 de marzo de 2010

Carta abierta del cardenal de Venezuela ante la Semana Santa



CARACAS, sábado, 27 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos la carta abierta que ha enviado el cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo de Caracas, a todos los sacerdotes, diáconos, religiosos y fieles de esa arquidiócesis.

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Mis queridos hermanos:

Reciban un cordialísimo saludo. Como estoy actualmente en período de convalecencia y no podré hacerme presente en los oficios litúrgicos de la Catedral de Caracas, que serán presididos por los Sres. Obispos Auxiliares, quiero por este medio hacerme presente entre ustedes, y llevarles un mensaje de fe, esperanza y alegría cristiana.

Con la hermosa celebración del Domingo de Ramos iniciamos la Semana Santa. La liturgia de este domingo nos introduce de lleno en los misterios - hechos maravillosos- de la pasión , muerte y resurrección del Señor, que se irán desplegando ante nuestros ojos no sólo en la bellísima liturgia del Triduo Pascual, sino también en los pasos de las procesiones tradicionales y particularmente en la veneración del Nazareno.

El Señor nos ofrece durante esta Semana Mayor, tiempo especialmente lleno de gracia y propicio para nuestra salvación, la ocasión de renovar, y fortalecer nuestra fe. En efecto: el Domingo de Ramos Dios nos invita a acoger a Cristo como el rey de Israel, el salvador, el que reinará desde la cruz. En contraposición a muchos de los que lo aclamaron a su ingreso en Jerusalén pero después le dieron la espalda, estamos llamados a permanecer siempre fieles a quien dio su vida por nuestra salvación.

Un tema que debe estar en nuestras mentes y corazones en esta Semana Santa es la fidelidad, la fortaleza en la fe. Como nos dice el autor de la Carta a los Hebreos: "Tenemos un sumo sacerdote que penetró los cielos, Jesús, el hijo de Dios. MANTENGAMOS FIRMES LA FE QUE PROFESAMOS" ( Hb 4, 14- 15). En el marco de la Misión Continental Evangelizadora, que es un gran proyecto de renovación espiritual y pastoral, personal, comunitaria y estructural, los invito a sentir el gozo de creer en Jesucristo, el Nazareno inmolado por nuestra salvación, que resucitó gloriosamente para darnos una nueva vida, la vida misma de Dios, y para abrirnos las puertas del cielo.

Permítanme, pues, insistir en la necesidad de renovar nuestra fe, y de fortalecerla, debido a las circunstancias difíciles en las que vivimos a inicios de este siglo XXI en Venezuela y en el mundo entero. Hay muchas amenazas a nuestra fe y a la Religión Católica: las corrientes del secularismo del mundo occidental que quieren sacar a Dios de la vida pública y social; los embates de la superstición, los ataques de la nueva era con el inexistente y falso "espíritu de la navidad", que es una vacía idolatría y debemos rechazar frontalmente. También la expansión lamentable de la santería, que es una religión pagana, incompatible con la fe en Cristo. Amenazan también nuestra fe los escándalos de algunos ministros de la Iglesia, conocidos por la prensa internacional. Y el espíritu antirreligioso de quienes, en Venezuela, animados por la corriente atea marxista, y por animosidad contra la Iglesia, atacan nuestra Religión en varias formas Pues bien: ante esas y otras tentaciones y amenazas, y ante la fragilidad de una vida incoherente con las exigencias de nuestra religión, nosotros debemos permanecer firmes en la fe, y vivir de acuerdo a nuestra excelsa condición de hijos de Dios, discípulos de Jesucristo, y miembros de la santa Iglesia Católica. Así, como María, seremos realmente felices por creer en Dios.

Cristo es el Señor, es decir, es Dios. El resucitó y está con nosotros. El es el Camino, la Verdad y la Vida. El es la razón y el centro de nuestra hermosísima fe cristiana. El nos da razones para vivir y esperar. Que en esta Semana Mayor podamos, con la ayuda del Espíritu Santo, aumentar y fortalecer nuestra fe en Jesucristo, y valorar intensamente nuestra santa Religión Católica, como un don maravilloso de Dios Nuestro Señor.

Mis queridos hermanos: Que la celebración de la Resurrección de Jesús, el Divino Salvador, nos anime, nos llene de alegría, y nos fortalezca en la lucha contra el pecado. Y nos lleve a vivir como auténticos cristianos, con una conducta santa y virtuosa, digna de quienes creemos en Jesús Resucitado. Y que María Santísima, que con alegría contempló y abrazó a su Hijo resucitado al alba del Domingo de Pascua, interceda por nosotros para que tengamos una fe viva, firme y que se proyecte en nuestras vidas. Amén.


http://www.zenit.org/article-34813?l=spanish

OSMTJ-Venezuela, Comunicado



Como católicos es inevitable no sentirnos afectados por el reciente caso de la pederastia en nuestra iglesia; es una situación lamentable que debe ser analizada a fondo y tocada con mucho cuidado y sensibilidad. No ponemos en duda el sufrimiento de nuestras victimas, porque son nuestras, de todos los cristianos católicos, y nos solidarizamos con su padecimiento, pudiendo tener la certeza de que oramos a diario por el alivio del dolor moral, espiritual y físico que conlleva esta abominable problemática. Abogamos por la justicia y apoyamos incondicionalmente al SS Benedicto XVI en todo cuanto pudiera decidir al respecto.
No obstante debemos recordar que los enemigos de Dios y de nuestra iglesia siempre están al acecho para golpear la imagen de esta milenaria institución fundada por nuestro Señor Jesucristo. Los nuevos medios de comunicación les facilitan la funesta labor de socavar la imagen pública de la iglesia. Es así como los lamentables casos de pederastia ocurridos en Irlanda le dieron la vuelta al mundo en menos de 24 horas; y así lo hicieron también las hasta ahora no probadas, y por tanto infundadas, acusaciones del mismo delito en Alemania y España. Pero mucho hay que analizar al respecto, es interesante que el buen católico o el ciudadano medio no creyente se pregunte qué hay detrás de esta “desinteresada” moda justiciera. Resulta curioso, pero también revelador, que raras veces los medios internacionales tomen en cuenta o resalten las buenas obras realizadas por los católicos (sobre todo los sacerdotes) a lo largo y ancho del mundo. Nadie habla de laborioso y anónimo esfuerzo de los miles, y quizá millones de sacerdotes que se entregan a una amorosa y casta vida al servicio desinteresado. Nunca veremos titulares sobre aquellos pastores que se desviven llevando ayuda espiritual a las cárceles, que entregan su juventud, madurez y vejez a la dirección de escuelas y orfanatorios; que dejan de comer para alimentar a otro. Los sacerdotes renuncian a la vida ordinaria de los hombres por amor a Dios, por amor a su rebaño, es decir, por amor a nosotros; renuncian a tener hijos carnales para adoptarnos como sus hijos espirituales. Y sin embargo los estamos abandonando, estamos permitiendo que por algunos descarriados se generalice y se estigmatice a todos aquellos fieles servidores.
No podemos evitar sentir dolor ante la postura de algunos feligreses y muchos hipócritas, que justificándose en una sed justiciera se han sumado a la cacería de brujas iniciada por los enemigos de la iglesia. No se trata de hacernos a la vista gorda, no es nuestra intención incitar a la complicidad, pero es necesario comprender que esta campaña es estigmatizadora. Por ejemplo, notemos que la gran mayoría de las victimas irlandesas pide justicia, pero bajo ningún concepto ha renunciado a la iglesia, poco se dice al respecto. Tomemos en cuenta además que usualmente un caso de abuso sexual es titulado en la prensa dos días como máximo, cuestión que no impide que el poder judicial actúe. Sin embargo, estamos ante una situación en la que el asunto se repite diariamente durante semanas enteras con insistencia casi obsesiva; y tengan la total certeza de que no lo hacen por buscar justicia… en realidad, para quienes repiten estas noticias hasta el cansancio lo menos importante son las víctimas. Lo que se busca es manipular a la opinión pública, crear la matriz generalizada de que la Iglesia Católica está colmada de pedófilos y aberrados, asustar a las personas e incluso sembrar en ellas sentimientos negativos en contra de los sacerdotes. Estos individuos con intenciones insanas buscan socavar las bases morales de los creyentes y además proveen de argumentos a quienes adversan a nuestra religión. Ya en nuestro país comienzan a verse los efectos de estar argucias, muchas personas que acudían a misa con asiduidad han dejado de hacerlo, están atrapadas en un laberinto de confusión, y mucho tememos que tal vez terminen por perderse. Se niegan a acudir a misa “No iré a misa, todo aquellos en lo que creí es mentira… ese sacerdote hipócrita, quien sabe a cuantos niños habrá violado” y por supuesto, ahora son vulnerables a los ataques del enemigo. Muchos serán los que terminen integrándose a alguna secta o entregándose a supersticiones paganas. Y en el aire queda la gran pregunta ¿Qué culpa tiene el sacerdote que ha cumplido sus votos cabalmente, porque él debe pagar por los pecados de alguien que está al otro lado del mundo? Eh ahí el efecto de la globalización y las nuevas tecnologías.
Puede que incluso mañana aparezcan casos aquí en Venezuela, eso no lo sabemos, pero lo que sí podemos asegurar es que los curas pederastas son una escueta minoría que no se compara ni remotamente con la gran cantidad de célibes amorosos y bien intencionados. No caigamos en el juego de los anticatólicos, las denuncias, si las hay, pueden canalizarse a través de los medios regulares, el poder judicial no necesita la ayuda de los medios de comunicación. Más bien contrarrestemos esos fatuos intentos con buenas noticias; no permitamos que las victimas queden sin justicia, pero tampoco hagamos una alharaca que se preste a la manipulación de la opinión general. Contrarrestemos esas noticias cansonamente repetidas con buenas nuevas, la gente debe comprender que los curas pederastas son una minoría; hagamos de conocimiento público todo lo bueno que hay en la iglesia. Llenemos los medios con todas aquellas loables actividades que se realizan en nombre del señor y gritémosle al mundo que la iglesia católica a pesar de estar llena de errores, por estar conformada por hombres susceptibles a errar, tiene una misión divina y la cumple con amor y gozo. La invitación es a que no permanezcamos impasibles, a que no caigamos en las trampas del enemigo, a que contrarrestemos este ataque mostrando todo lo bueno que hay que la iglesia, que es muchísimo.

Cancillería

Non Nobis

jueves, 25 de marzo de 2010

El Vaticano en Twitter




CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 20 marzo 2010 (ZENIT.org).- Desde este sábado el Vaticano ha entrado enla red social Twitter de mensajes breves y ha abierto nueva página web, www.resources.va, en la que ofrece información multimedia sobre cuestiones de actualidad.

El desembarco vaticano en Twitter tiene lugar a través de seis canales, uno por cada idioma. En español, el canal es "news_va_es".

Twitter es un servicio gratuito de microblogging que permite a sus usuarios enviar o recibir micro-entradas basadas en texto, denominadas "tweets", de una longitud máxima de 140 caracteres.

Además del español, la lista incluye el servicio en italiano ("news_va_it"), francés ("news_va_fr"), alemán ("news_va_de"), inglés ("news_va_en") y portugués ("news_va_pt").

A través de estos canales en Twitter, Radio Vaticano y los otros medios vaticanos informarán sobre la publicación de noticias y contenidos multimediales de particular relevancia para la vida de la Iglesia.

Además, con ocasión de la publicación de la carta de Benedicto XVI a los católicos de Irlanda, el Vaticano ha estrenado la página web www.resources.va, en la que publica íntegramente documentos, videos y audios relacionados con el magisterio del Santo Padre sobre los abusos sexuales perpetrados por sacerdotes.

Desde hace ya más de un año, el Vaticano cuenta además con un canal en Youtube (www.youtube.com/vatican) en cuatro idiomas.


http://www.zenit.org/article-34725?l=spanish

miércoles, 24 de marzo de 2010

Herejías sobre Jesús




Es curioso constatar que a lo largo de los siglos no se ha sabido entender a Jesús. Esto es lógico, porque es un misterio: un Dios con dos naturalezas, una divina y otra humana.

Casi todas las herejías han mirado a Jesús desde un ángulo de vista y han despreciado o minusvalorado, consciente o inconscientemente, el otro. Pero todas las herejías han aportado mayor luz a este Misterio y la Iglesia ha podido profundizar en este Único tesoro que da razón de nuestra fe: Jesucristo.

Así pues podemos decir con san Pablo: "Para los que aman a Dios, todo coopera al bien"; también las herejías, porque, gracias a ellas o a causa de ellas, ha salido resplandeciente, luminosa y espléndida la figura de Jesucristo nuestro Señor.

Jesús ha sido, es y será un misterio, porque es al mismo tiempo Dios y hombre verdadero. En Él conviven dos naturalezas distintas, la humana y la divina, en una sola Persona divina.

Por eso, las diversas herejías cristológicas se han dado por no saber conjugar estas dos realidades: es al mismo tiempo verdadero Dios y verdadero hombre. Unos, por querer valorar la divinidad, menoscaban la humanidad. Otros, por el contrario, por querer valorar la humanidad, menoscaban la divinidad o, simplemente, la niegan. El dogma católica, en el concilio de Calcedonia, lo expresa así: "Nuestro Señor Jesucristo es verdaderamente Dios e Hijo unigénito de Dios, y verdaderamente hombre nacido de María, dotado de alma racional y de cuerpo; consubstancial al Padre según la divinidad y consubstancial a nosotros según la humanidad, en todo menos en el pecado; ambas naturalezas, perfectas y sin confusión, conforman una única persona divina"

Estas son las principales herejías o errores doctrinales sobre la persona de Jesús, Hijo de Dios:

1. Docetismo: herejía difundida en el siglo I, por Marción, Valentín y Basílides (estos últimos, gnósticos) que reduce la carne de Cristo a una apariencia: "Parece que come, parece que camina, parece que está cansado...". Tanto san Juan en sus cartas (1 Jn 4, 2) como san Ignacio de Antioquía luchan contra este error. Jesús es verdadero hombre que come, bebe, se cansa, camina, llora, se admira. Jesús caminó por las calzadas polvorientas de Israel. Jesús miró con sus propios ojos a niños inocentes, a hombres enfermos, a fariseos complicados. Jesús amó con corazón también humano.

2. Ebionismo: herejía difundida en el siglo II en ambientes judeocristianos que niega que Cristo haya sido engendrado por el Padre y reconoce en Cristo al hombre investido por el E.S. en el Bautismo. Esta herejía fue condenada por san Ireneo de Lyon diciendo que Cristo es verdadero hombre y verdadero Dios. Verdadero Dios porque sólo Dios puede dar eficazmente la salvación y restablecer la unión con los hombres. Verdadero hombre porque corresponde al hombre reparar su falta. Por ser Dios reparó la ofensa infinita que el hombre perpetró contra Dios. Por ser Hombre el hombre quedó redimido y su cuenta saldada.

3. Adopcionismo: herejía difundida en el siglo II por Teodoro el viejo y Pablo de Samosata que dice que Cristo es un simple hombre, adoptado por Dios como portador de una gracia divina excepcional. Niega, por tanto, la Trinidad y la divinidad de Cristo y la encarnación del Verbo. Volvemos a lo mismo: Jesús es verdadero Dios y verdadero Hombre. Se necesita fe para creer esto, pues Cristo, no lo olvidemos, es un misterio. Sólo los humildes y sencillos se abren totalmente a este misterio.

4. Gnosis cristiana:33
herejía difundida en el siglo II por Marción, Valentín, Epifanio y Simón el mago, según la cual Jesús no es Dios sino un "eón" en medio de los demás que ha venido para dar el conocimiento al hombre engañado por sus sentidos. Cristo desciende sobre Jesús en el momento del bautismo. Es una herejía, pues crea en Jesús un dualismo de personas y desvirtúa su misión divina y redentora. Fue combatida esta herejía por san Hipólito y san Ireneo. En Jesús hay una sola persona, la divina, con dos naturalezas, la humana y la divina. De nuevo, el misterio, ante el cual nuestras rodillas deben doblegarse. Si tuviera dos personas, tendría también dos personalidades; habría dos centros de comando. La salud psíquica y psicológica correría riesgo. Esta única persona divina de Cristo hace uso de las dos naturalezas, sin mezcla y confusión, como de dos manos. Las dos naturalezas son instrumentos que la Persona divina de Jesús utiliza para realizar su misión salvadora.

5. Arrianismo: herejía difundida en el siglo III por Arrio, que niega la divinidad de Cristo. Cristo, dice, es hijo adoptivo de Dios, no consusbstancial al Padre. Y el E.S. es la primera criatura del Hijo, por tanto, inferior a Él. Esta herejía fue condenada en el concilio de Nicea (325): "Cristo es verdadero Dios y verdadero hombre". San Jerónimo pronunció una frase célebre: "El mundo se despertó un día y gimió de verse arriano". Muchísimos sacerdotes y fieles habían sido martirizados, los obispos católicos arrojados al destierro y sustituidos por arrianos. Todo esto por culpa del emperador Constancio II, arriano, que se había adueñado de todo el Imperio. Fue quien dijo: "Se acabaron los niceanos (es decir, los católicos);34
hemos triunfado los cristianos (es decir, los arrianos); si solamente pudiéramos agarrar y ahorcar a ese bandido obispo de Alejandría". Se refería a un gran defensor de la fe católica, Cirilo de Alejandría.

6. Apolinarismo: herejía difundida en el siglo IV por Apolinar, que niega el alma humana de Cristo, creyendo que esa alma humana sería como la nuestra, pecaminosa. Así creía salvar la divinidad de Cristo. La Iglesia en el sínodo de Alejandría (362) afirmó el alma de Cristo diciendo: "El Verbo se encarnó para salvar alma y cuerpo; por ello tuvo que tomar un cuerpo". Y el sínodo de Roma del 377 condenó la herejía de Apolinar. El alma humana de Cristo no es pecaminosa, porque no tuvo pecado original, y, por los mismos, tampoco las consecuencias de ese pecado original, con el que nacemos todos los mortales. Sólo el pecado es quien deja la marca pecaminosa en el alma. Jesús no tuvo pecado, por tanto, la conclusión es bien clara.

7. Nestorianismo: herejía difundida en el siglo V por Nestorio, obispo de Constantinopla, que sostenía dos personas en Cristo: una divina y otra humana. El concilio de Calcedonia del 451 dice que en Cristo hay dos naturalezas separadas , unidas en una sola persona, la del Verbo. ¿Qué pensaríamos de un hombre que tenga dos personas o dos personalidades incorporadas en su ser? ¿Quién mandaría de las dos? ¡Qué lucha dentro de ese mismo ser!

8. Monofisismo: herejía difundida en el siglo V por Eutiques, archimandrita de Constantinopla, que sostenía una sola naturaleza en Cristo, la divina. Dio respuesta el concilio de Calcedonia del 451: en Cristo hay dos naturalezas: una, divina, y otra, humana. Si fuera verdadera esta herejía, ¿cómo se explicarían tantas actitudes de Cristo en el Evangelio: Jesús se cansaba, comía y bebía, caminaba, tenía unas manos, lloraba, se llenaba de santa cólera? Si no hubiera tenido naturaleza humana, no hubiera podido realizar estas actividades que son humanas.

9. Monotelismo: herejía difundida en el siglo VII por Sergio, patriarca de Constantinopla, que sostenía una sola voluntad en Cristo, la divina. La Iglesia dio respuesta en el III concilio de Constantinopla (680-681): "En Cristo hay dos voluntades sin división, sin cambio, sin separación ni confusión". Las dos voluntades no se oponen en Cristo, porque la voluntad humana sigue sin resistir ni oponerse, sometiéndose libre y amorosamente a la voluntad divina omnipotente.

10. La herejía de este siglo XX: hoy día pulula por ahí una herejía muy grave. Por querer acercar tanto a Cristo a los hombres y por pedir que solucione nuestros problemas económicos y materiales, se ha despojado de Cristo toda su dimensión divina y espiritual. Para esta herejía, Jesús no vino para salvarnos del pecado, no murió en la cruz para redimirnos y abrirnos las puertas del cielo; sino que vino como guerrillero, inconformista y violento que quiere poner orden y justicia, echando mano de la violencia y la guerra, y destruyendo a todos los ricos y capitalistas, para así dar de comer a los pobres. ¿En qué Evangelio se dice esto? Sólo habiendo bebido en fuentes marxistas se ha podido llegar a estas aberraciones. El Papa Juan Pablo II nos ha dado luz sobre este gran peligro en su documento sobre las luces y sombras de la teología de la liberación.35
Este error distorsiona la misión de Cristo, pues Cristo vino a liberarnos del pecado que se esconde en el corazón de cada hombre. Eliminado el pecado, podrán cambiarse más fácilmente las estructuras de pecado. Quienes defienden esta posición dicen a Cristo: "Lo urgente hoy es el estómago, la cultura, la distribución de la propiedad. Cuando hayamos concluido todo eso -y sólo lo lograremos a través de la revolución- puedes tú venir al mundo para hablarnos de tu Padre Celestial. De momento, de tu Reino lo que nos interesa es lo que nos ayuda a un planteamiento revolucionario. Y no te extrañe si nosotros te "utilizamos", si adaptamos tu predicación a nuestras ideologías: lo mismo viene haciéndose desde hace dos mil años".

CONCLUSIÓN

Las herejías no nos deben escandalizar ni desalentarnos. Al contrario, nos invitan a afianzar y a afirmar mejor nuestra fe, para seguir dando razones de ella a quienes nos pidan. La Providencia de Dios sabe llevar nuestra historia por los vericuetos que a Él le parezcan más apropiados para manifestar su Sabiduría y su Misericordia con todos nosotros. Al mismo tiempo, nos hacen vigilar, porque nadie está seguro de no caer. "Qui se existimat stare, videat ne cadat", nos dice san Pablo en 1 Corintios 10, 12, es decir, el que se cree estar firme, cuide para no caer.


http://es.catholic.net/cristologiatodoacercadejesus/547/1289/articulo.php?id=12531

martes, 23 de marzo de 2010

Paquistán: torturados unos esposos cristianos por negarse a convertirse al Islam



ISLAMABAD, lunes 22 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- Frente al rechazo de convertirse al Islam, una pareja de esposos cristianos de Paquistán ha sufrido terribles violencias: él fue quemado vivo, ella violada por la policía.

La agencia AsiaNews informa sobre este terrible episodio sucedido en Rawalpindi, poco lejos de la capital paquistaní, Islamabad, donde el matrimonio cristiano trabajaba en las dependencias de un rico hombre de negocios musulmán, fue sometida a torturas ante sus tres hijos, de edad comprendida entre los 7 y los 12 años, por un grupo de fundamentalistas apoyados por la policía.

El episodio sucedió el pasado viernes, 19 marzo, en la propiedad de Sheikh Mohammad Sultan, donde Arshed y Martha Masih trabajaban como chófer y como limpiadora, y vivían con sus hijos.

En enero, los líderes religiosos locales y el dueño impusieron a toda la familia la conversión al Islam. Frente al rechazo de los Masih, los fundamentalistas les prometieron “consecuencias terribles”.

Arshed Masih propuso abandonar el trabajo y la casa, pero Sultan aseguró que en este caso le habría “matado”.

La semana pasada unos ladrones irrumpieron en la propiedad de Sheikh Mohammad Sultan, robando 500.000 rupias (unos 6.000 dólares).

La policía abrió una investigación, pero no inscribió al matrimonio en el registro de los sospechosos. Con todo Sultan propuso no hacer recaer las acusaciones contra los Masih en el caso de que se convirtiesen al Islam, añadiendo que de lo contrario “no verían más a sus hijos”.

Los Masih rechazaron de nuevo la conversión, y el viernes pasado tuvo lugar la tragedia. Arshed, 38 años, está ahora ingresado con quemaduras en el 80% de su cuerpo tras haber sido quemado vivo. Según los médicos “no sobrevivirá”. La mujer Martha, según informan fuentes locales a AsiaNews, “fue violada por los agentes” y se encuentra también hospitalizada, en el Holy Family Hospital de Rawalpindi.

El Gobierno del Punjab ha ordenado una investigación sobre lo sucedido. “Los culpables serán arrestados”, ha declarado Rana Sanaullah, ministro de Justicia del Gobierno local.

Tras el episodio, diversas organizaciones cristianas en Rawalpindi y Lahore han convocado para hoy una serie de manifestaciones de protesta.


http://www.zenit.org/article-34747?l=spanish

domingo, 21 de marzo de 2010

Imposibilidad de conciliar la Fe cristiana y la Masonería. Joseph Ratzinger



Reflexiones sobre la Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Publicación de L´Osservatore Romano (1).

Desde que la Iglesia comenzó a pronunciarse acerca de la Masonería, su juicio negativo sobre ésta ha estado inspirado en múltiples razones, prácticas y doctrinales. La Iglesia no ha juzgado a la Masonería solamente por ser responsable de actividad subversiva en contra suya, sino que desde los primeros documentos pontificios sobre la materia, en particular en la Encíclica Humanum genus de León XIII (20-4-1884), el Magisterio de la Iglesia ha denunciado en la Masonería ideas filosóficas y concepciones morales opuestas a la doctrina católica. Para León XIII se trataba esencialmente de un naturalismo racionalista, inspirador de sus planes y de sus actividades en contra de la Iglesia. En su carta al pueblo italiano Custodi (8-12-1892) escribía: «Recordemos que el cristianismo y la Masonería son esencialmente inconciliables, al punto de que inscribirse en una significa separarse del otro».

No se podía, por tanto, dejar de tomar en consideración las posiciones de la Masonería desde el punto de vista doctrinal, cuando en los años 1970-1980 la S. Congregación mantenía correspondencia con algunas conferencias episcopales particularmente interesadas en este problema, con motivo del diálogo sostenido entre personalidades católicas y representantes de algunas logias que se declaraban no hostiles o incluso favorables a la Iglesia.

Un estudio más a fondo ha llevado a la S. Congregación para la Doctrina de la Fe a reafirmarse en la convicción de la imposibilidad de fondo para conciliar los principios de la Masonería y los de la fe cristiana.

Prescindiendo, por lo tanto, de la consideración del comportamiento práctico de las diversas logias, de la hostilidad al menos en la confrontación con la Iglesia, la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, con su declaración del 26-11-83, ha intentado colocarse en el nivel más profundo y, por otra parte, esencial del problema: esto es, en el plano de la imposibilidad de conciliar los principios, y lo que ello significa en el plano de la fe y de sus exigencias morales.

Partiendo de este punto de vista doctrinal, en continuidad con la posición tradicional de la Iglesia -como lo testimonian los documentos de León XIII arriba citados-, se derivan seguidamente las necesarias consecuencias prácticas, que valen para todos aquellos fieles que eventualmente estuvieren inscritos en la Masonería.

En algunos sectores se ha dado por objetar, respecto de las afirmaciones sobre la imposibilidad de conciliar los principios, que sería esencial a la Masonería precisamente el hecho de no imponer ningún «principio», en el sentido de una posición filosófica o religiosa que sea obligatoria para todos sus miembros, sino por el contrario de acoger a todos, más allá de los límites de las diversas religiones y visiones del mundo, hombres de buena voluntad basados en valores humanos comprensibles y aceptados por todos.

La Masonería constituiría un punto de cohesión para todos aquellos que creen en el Arquitecto del universo y se sienten comprometidos en la lucha por aquellos ordenamientos morales fundamentales que están definidos por ejemplo en el decálogo; la Masonería no alejaría a nadie de su religión, sino por el contrario constituiría un incentivo para un mayor compromiso.

Los múltiples problemas históricos y filosóficos que se esconden en tales afirmaciones no pueden ser discutidos aquí. Después del Concilio Vaticano II ciertamente no es necesario subrayar que la Iglesia Católica alienta una colaboración entre todos los hombres de buena voluntad. Sin embargo, asociarse a la Masonería va evidentemente más allá de esta legítima colaboración y tiene un significado de mucha mayor relevancia y especificidad.

Antes que nada se debe recordar que la comunidad de los «Liberi Muratori» y sus obligaciones morales se presentan como un sistema progresivo de símbolos de carácter extremadamente impositivo. La rígida disciplina del secreto que allí domina refuerza a la postre el peso de la interacción de signos e ideas. Para los inscritos este clima reservado comporta, entre otras cosas, el riesgo de terminar siendo un instrumento de estrategias para ellos desconocidas.

Incluso si se afirma que el relativismo no se asume como un dogma, sin embargo se propone de hecho una concesión simbólica relativista, y por lo tanto el valor relativizante de tal comunidad moral-ritual, lejos de poder ser eliminado, resulta por el contrario determinante.

En tal contexto, las diversas comunidades religiosas a las que pertenecen los miembros de las logias no pueden ser consideradas sino como simples institucionalizaciones de un anillo más amplio e inasible. El valor de esta institucionalización se muestra, por tanto, inevitablemente relativo, respecto a esta verdad más amplia, la cual se manifiesta más fácilmente en la comunidad de la buena voluntad, esto es en la fraternidad masónica.

Aun así, para un cristiano católico no es posible vivir su relación con Dios de una manera doble, es decir, escindiéndola en una forma humanitario-supraconfesional y en una forma interior-cristiana. Éste no puede cultivar relaciones de dos tipos con Dios, ni expresar su relación con el Creador por medio de formas simbólicas de dos especies. Ello sería algo completamente distinto a aquella colaboración, que le es obvia, con todos aquellos que están comprometidos en la realización del bien, aunque partan de principios diversos. Por otro lado, un cristiano católico no puede al mismo tiempo participar de la plena comunión de la fraternidad cristiana y, por otra parte, mirar a su hermano cristiano, desde la perspectiva masónica, como a un «profano».

Incluso si, como ya se ha dicho, no hubiese una obligación explícita de profesar el relativismo como doctrina, aún así la fuerza relativizante de una tal fraternidad, por su misma lógica intrínseca, tiene en sí la capacidad de transformar la estructura del acto de fe de un modo tan radical que no sea aceptable por parte de un cristiano «que ama su fe» (León XIII).

Este trastorno en la estructura fundamental del acto de fe se da, además, usualmente de un modo suave y sin ser advertido: la sólida adhesión a la verdad de Dios, revelada en la Iglesia, se convierte en una simple pertenencia a una institución, considerada como una forma representativa particular junto con otras formas representativas, a su vez más o menos posibles y válidas, de cómo el ser humano se orienta hacia las realidades eternas.

La tentación de ir en esta dirección es hoy tanto más fuerte cuanto que ésta corresponde plenamente a ciertas convicciones predominantes en la mentalidad contemporánea. La opinión de que la verdad no puede ser conocida es característica de su crisis general.

Precisamente considerando todos estos elementos, la declaración de la S. Congregación afirma que la inscripción en la masonería «permanece prohibida por la Iglesia» y los fieles que se inscriben en ella «están en estado de pecado grave y no pueden acceder a la Santa Comunión».

Con esta última expresión, la S. Congregación indica a los fieles que tal inscripción constituye objetivamente un pecado grave y, precisando que los que se adhieren a una asociación Masónica no pueden acceder a la S. Comunión, quiere iluminar la conciencia de los fieles sobre una grave consecuencia a la que deben llegar en caso de adherirse a una logia masónica.

La S. Congregación declara, finalmente, que «no le compete a las autoridades eclesiásticas locales pronunciarse sobre la naturaleza de las asociaciones masónicas, con un juicio que implique la derogación de cuanto ha sido arriba establecido». Con este fin el texto hace también referencia a la declaración del 17 de febrero de 1981, que ya reservaba a la Sede Apostólica todo pronunciamiento sobre la naturaleza de estas asociaciones que implicase la derogación de la ley canónica entonces vigente (can. 2335).

Igualmente, el nuevo documento emitido por la S. Congregación para la Doctrina de la Fe en noviembre de 1983 expresa idénticas intenciones de reserva en relación a pronunciamientos que no coincidan con el juicio aquí formulado sobre la imposibilidad de conciliar los principios de la masonería con la fe católica, sobre la gravedad del acto de inscribirse en una logia y sobre la consecuencia que de ello se derive para el acceso a la Santa Comunión. Esta disposición indica que, no obstante la diversidad que pueda subsistir entre las obediencias masónicas, en particular en cuanto a su postura declarada hacia la Iglesia, la Sede Apostólica vuelve a encontrar en ellos principios comunes que piden una misma valoración por parte de todas autoridades eclesiásticas.

Al hacer esta declaración, la S. Congregación para la Doctrina de la Fe no ha pretendido desconocer los esfuerzos realizados por quienes, con la debida autorización de este dicasterio, han buscado establecer un diálogo con representantes de la Masonería. Pero, desde el momento en que existía la posibilidad de que se difundiese entre los fieles la errada opinión de que ahora ya era lícita la adhesión a una logia masónica, ha considerado como su deber hacer de su conocimiento el pensamiento auténtico de la Iglesia sobre este asunto y ponerlos en guardia ante una pertenencia incompatible con la fe católica.

En efecto, sólo Jesucristo es el Maestro de la Verdad y sólo en Él pueden los cristianos encontrar la luz y la fuerza para vivir según el designio de Dios, trabajando por el verdadero bien de sus hermanos.


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Notas

1. * L´Osservatore Romano, edición en italiano, 23 de febrero de 1985, p. 1

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El 26 de noviembre de 1983 la Congregación para la Doctrina de la Fe publicaba una declaración sobre las asociaciones masónicas. Su publicación puede ser útil ilustrar brevemente el significado de este documento.

http://es.catholic.net/sectasapologeticayconversos/243/674/articulo.php?id=22881

sábado, 20 de marzo de 2010

El plan del enemigo



En este pequeño ensayo he querido estudiar a la luz de la Escritura y de la historia cual es el plan que nuestro principal enemigo, el enemigo del alma, ha fraguado para atacar a Cristo y a su Iglesia.

“Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas” Efesios 6,12.

¿Cómo trabaja nuestro enemigo?

Nuestro enemigo por haber sido un ángel tiene inteligencia de ángel, muy superior a la de los hombres. Tiene tal poder para engañar que Cristo le llama “El padre de la mentira”

“… Este era homicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él; cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira.” Juan 8,44

Y fue capaz en su rebelión de arrastrar con él la tercera parte de los ángeles (estrellas) del cielo

“Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas. Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra.” Apocalipsis 12,3-4

El enemigo ha sufrido su derrota por medio de su sacrificio en la cruz, a pesar de esto en su despecho ahora hace la guerra a la Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo:

“Entonces despechado contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús.” Apocalipsis 12,7

La guerra del enemigo ahora es contra la Iglesia, la única forma que tiene de atacar a Cristo es atacando a su cuerpo.

“Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte.” 1 Corintios 12,27

Y por eso anda como león rugiente buscando a quien devorar:

“Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente, buscando a quién devorar.” 1 Pedro 5,8

Una de sus principales armas para atacarla Iglesia es sembrando división, porque sabe que un reino dividido no puede mantenerse

“Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir. Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá subsistir.” Marcos 3,24-25

Y por eso a través de los tiempos pondría todos sus esfuerzos en provocar divisiones y más divisiones en la Iglesia utilizando a muchas personas como instrumentos de su plan.

“Ellos os decían: «Al fin de los tiempos aparecerán hombres sarcásticos que vivirán según sus propias pasiones impías.» Estos son los que crean divisiones, viven una vida sólo natural sin tener el espíritu” Judas 18-19.

El plan del enemigo se basa en esto “Dividir”, separar a los cristianos para hacerlos más vulnerables a sus ataques, propensos a la mentira:

“Más valen dos que uno solo, pues obtienen mayor ganancia de su esfuerzo. Pues si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo que cae!, que no tiene quien lo levante. Si dos se acuestan, tienen calor; pero el solo ¿cómo se calentará? Si atacan a uno, los dos harán frente. La cuerda de tres hilos no es fácil de romper.” Eclesiastés 4,9-12

¿Cuál ha sido el plan para dividir a los cristianos?

El plan que el enemigo ha utilizado para atacar la Iglesia hasta ahora se puede dividir en varias etapas. Es un plan sistemático, bien diseñado, que lo va ejecutando progresivamente una vez la etapa anterior ha tenido éxito (relativamente hablando)

Etapa 1: ¡Papa NO!

“Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.»” Mateo 16,18

En los reinados de Judá e Israel y en los reinados antiguos el Rey tenía la máxima autoridad (Por ser monarquías) pero tenía a su servicio un conjunto de ministros a quien delegaba (poder de atar y desatar), pero solo uno de ellos tenía autoridad total subordinada de la del rey sobre los asuntos del palacio y del reino. Este era llamado el mayordomo y era a quien el rey le confiaba las llaves.

Ejemplos lo vemos con José (El hijo de Jacob que llegó a ser mayordomo en casa del Faraón):

"Así halló José gracia en sus ojos, y servíale; y él le hizo mayordomo de su casa, y entregó en su poder todo lo que tenía." Génesis 39,4

Otro pasaje que muestra la autoridad que tenía el mayordomo lo vemos en el oráculo que el profeta Isaías hace sobre Elyaquim:

"Aquel día llamaré a mi siervo Elyaquim, hijo de Jilquías. Le revestiré de tu túnica, con tu fajín le sujetaré, tu autoridad pondré en su mano, y será él un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrirá, y nadie cerrará, cerrará, y nadie abrirá. Le hincaré como clavija en lugar seguro, y será trono de gloria para la casa de su padre. Colgarán allí todo lo de valor de la casa de su padre - sus descendientes y su posteridad -, todo el ajuar menudo, todas las tazas y cántaros. Aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - se removerá la clavija hincada en sitio seguro, cederá y caerá, y se hará añicos el peso que sostenía, porque Yahveh ha hablado. Isaías 22,20-25

El pasaje anterior muy leído por los judíos era una clara referencia de que quien tenía las llaves del reino (el mayordomo) tenía una especial autoridad conferida por el Rey en persona. A pesar de que el rey tenía muchos ministros con el poder de tomar decisiones (atar y desatar) las decisiones del mayordomo eran de carácter irrevocable (abrirá y nadie cerrará, cerrará y nadie abrirá. Cuando Jesús le dice a Pedro que le entregará las llaves del reino de los cielos está haciendo una clara referencia (concordancia) al pasaje de Isaías 22 donde se menciona al mayordomo para significar cual sería la función de Pedro en el futuro (ser su mayordomo) y el poder que le conferían como guarda de las llaves.

El cambio de nombre en su contexto también es una clara referencia de que a Pedro (antes llamado Simón) se le estaba asignando un ministerio especial, ya en la antigüedad cada vez que Dios cambia el nombre a una persona es porque esta persona iba a desempeñar una nueva función o rol.

Ejemplo lo vemos cuando a Abram Dios le cambia el nombre por Abraham porque le constituye en “padre de muchedumbre de pueblos” (Génesis 17,3-6), cuando a Saraí (esposa de Abraham) Dios le cambia el nombre a Sara que significa "princesa fecunda", "madre de reyes" (Génesis 17,16), cuando a Jacob Dios le cambia el nombre por Israel porque "lucho con Dios y los hombres y venció" (Génesis 32,38), incluso el nombre de Jesús tiene un profundo significado “Dios salvador” (Mateo 1,21). Así mismo con Pedro su cambio de nombre no podría carecer de significado, el sería la “piedra” sobre el cual Cristo edificaría su Iglesia, el mayordomo, una autoridad visible para el pueblo de Dios.

Esta sería la forma elegida por Cristo en que la Iglesia pudiera mantener una unidad doctrinal, no cada quien tomando decisiones por separado, sino la Iglesia juntamente con el “mayordomo” quien tenía la última palabra en nombre del Rey (Cristo) quien tomara las decisiones.

Así la Iglesia duró unida mucho tiempo, por más de 1000 años los cristianos permanecieron unidos en una misma manera de pensar y la Iglesia era una (De las herejías del primer milenio pocas subsisten al día de hoy). En el año 1054 se estima que las tensiones entre Constantinopla y Roma ocasionan la primera ruptura. Los cristianos de Oriente respetaban la autoridad del obispo de Roma en cuando a doctrina y moral, sin embargo, consideraban que los derechos canónicos y privados de las diversas iglesias estaban determinados ya, por encima de cualquier consideración histórica. Surge aquí lo que conocemos como la Iglesia Ortodoxa, que a pesar de que reconoce la totalidad de los dogmas proclamados en los concilios de los 10 primeros siglos al igual a la católica, termina por desconocer la autoridad del Papa.

Aquí ocurre el primer logro del enemigo para lograr minar la unidad Cristiana y la Iglesia que se puede resumir bajo el lema: “Papa no”. Bajo este modelo (El modelo de la Iglesia Ortodoxa sigue habiendo una jerarquía entre obispos, aunque está dividida en tres ramas principales: La Iglesia de Constantinopla, la Iglesia Griega y la Iglesia Rusa . A la primera se agregaron las Iglesias de Antioquia, de Jerusalén y Alejandría. Cada Iglesia es independiente y es regida por un patriarca.

Paso 2: ¡¡Iglesia Visible NO!!

“Así pues, ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios, edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo mismo,” Efesios 2,19-20

La Iglesia somos todos aquellos cristianos que formamos parte del cuerpo de Cristo. Pero esta Iglesia fue fundada con una estructura jerárquica y un orden específico. Cristo como piedra angular, los apóstoles y profetas como cimiento, y el resto de nosotros como piedras vivas que conforman el resto del edificio espiritual. En ese sentido vemos que Cristo eligió de entre todos sus discípulos doce de ellos a los cuales llamó “apóstoles”

"Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor." Lucas 6,13-16

A estos dio autoridad:

"Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.» Juan 20,21

“«Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.»” Lucas 10,16

También les dio poder de personar pecados:

"A quienes perdonéis les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»" Juan 20,23

Es importante resaltar (y ellos mismos lo manifestaron así, que su autoridad venía de haber sido “instituidos” por Cristo como apóstoles.

"Aunque pudimos imponer nuestra autoridad por ser apóstoles de Cristo, nos mostramos amables con vosotros, como una madre cuida con cariño de sus hijos." 1 Tesalonicenses 2,7

Y por eso, eran ellos (quienes habían recibido autoridad de Cristo) quienes podrían a su vez instituir con autoridad a los presbíteros de las iglesias:

"Designaron presbíteros en cada Iglesia y después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído" Hechos 14,23

Eran los apóstoles y los presbíteros a su vez quien con su autoridad establecían las ordenan ordenanzas que debían ser obedecidas por los creyentes:

"Conforme iban pasando por las ciudades, les iban entregando, para que las observasen, las decisiones tomadas por los apóstoles y presbíteros en Jerusalén." Hechos 16,4

"Por lo demás, que cada cual viva conforme le ha asignado el Señor, cada cual como le ha llamado Dios. Es lo que ordeno en todas las Iglesias." 1 Corintios 7,17

Y a pesar de todos ser creyentes de la Iglesia, y todos tener el Espíritu Santo, eran ELLOS los que debían dar la interpretación final a la Escritura, quienes tenían autoridad doctrinal definitiva a la hora de enseñar:

"Por tanto, que nos tengan los hombres por servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios." 1 Corintios 4,1

"De ahí que también por nuestra parte no cesemos de dar gracias a Dios porque, al recibir la Palabra de Dios que os predicamos, la acogisteis, no como palabra de hombre, sino cual es en verdad, como Palabra de Dios, que permanece operante en vosotros, los creyentes." 1 Tesalonicenses 2,13

Así vemos que en la Iglesia siempre hubo la orden clara de someterse a ellos y a su autoridad:

“Obedeced a vuestros dirigentes y someteos a ellos, pues velan sobre vuestras almas como quienes han de dar cuenta de ellas, para que lo hagan con alegría y no lamentándose, cosa que no os traería ventaja alguna.” Hebreos 13,17

Revelarse contra la autoridad era revelarse contra Dios mismo:

“De modo que, quien se opone a la autoridad, se rebela contra el orden divino, y los rebeldes se atraerán sobre sí mismos la condenación.” Romanos 13,2

También era muy claro que los apóstoles y presbíteros designados por ellos tarde o temprano morirían, ellos estaban consientes de eso:

“pues para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia. Pero si el vivir en la carne significa para mí trabajo fecundo, no sé qué escoger... Me siento apremiado por las dos partes: por una parte, deseo partir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor; mas, por otra parte, quedarme en la carne es más necesario para vosotros.” Filipenses 1,20-24

Y tendrían que elegir hombres que los sustituyeran en sus ministerios a quien delegarían su autoridad (a esto llamamos sucesión apostólica). Ejemplo de esto se ve cuando sustituyen a Judas Iscariote:

"Uno de aquellos días Pedro se puso en pie en medio de los hermanos - el número de los reunidos era de unos ciento veinte - y les dijo: «Hermanos, era preciso que se cumpliera la Escritura en la que el Espíritu Santo, por boca de David, había hablado ya acerca de Judas, el que fue guía de los que prendieron a Jesús. Porque él era uno de los nuestros y obtuvo un puesto en este ministerio." Hechos 1,15-17

Aquí se ve como Judas había obtenido "un puesto" del ministerio (instituido por Jesús) y luego deciden dárselo a otra persona:

"«Conviene, pues, que de entre los hombres que anduvieron con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús convivió con nosotros, a partir del bautismo de Juan hasta el día en que nos fue llevado, uno de ellos sea constituido testigo con nosotros de su resurrección.» Presentaron a dos: a José, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo, y a Matías. Entonces oraron así: «Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muéstranos a cuál de estos dos has elegido, para ocupar en el ministerio del apostolado el puesto del que Judas desertó para irse adonde le correspondía.» Echaron suertes y la suerte cayó sobre Matías, que fue agregado al número de los doce apóstoles." Hechos 1,21-26

Así sucesivamente se ve como los apóstoles establecen sucesores que puedan continuar su ministerio, a esto lo hacían como lo hace la Iglesia hoy, por imposición de manos:

"No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunicó por intervención profética mediante la imposición de las manos del colegio de presbíteros." 1 Timoteo 4,14

Y tenían cuidado de no hacer presbítero a cualquiera:

"No te precipites en imponer a nadie las manos, no te hagas partícipe de los pecados ajenos. Consérvate puro." 1 Timoteo 5,22

El pensamiento de los apóstoles en este sentido era muy pero muy claro:

“Tú, pues, hijo mío, mantente fuerte en la gracia de Cristo Jesús; y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos confíalo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, de instruir a otros.” 2 Timoteo 2,1-2

Ahora, el colegio de presbíteros es quien los instituía, pero un colegio de presbíteros que a su vez haya sido ordenado por legítimos presbíteros. Para que alguien pudiera tomar este ministerio debía haberlo recibido a su vez de alguien que lo hubiera recibido, no podía nadie auto-asignarse.

Viene el siglo XVI, la Iglesia pasa por muchas crisis y luego viene el segundo golpe del enemigo, cuando Martín Lutero publica en 1517 sus 95 tesis donde critica la venta de indulgencias y luego comienza la reforma protestante. Aunque la intención de Lutero pudo ser buena, se va al extremo y comienza a predicar una la doctrina centrada en que la salvación es solamente por la fe, e insiste en que las obras no forman parte del proceso de la salvación. La Iglesia nunca negó que la salvación se recibiera por medio de la fe ya que había condenado la doctrina de Pelagio de la salvación por obras, pero afirmaba como lo hacía la Iglesia en sus comienzos que una vez justificado por la fe, las obras colaboraban con la fe para llevarla a su perfección.

“¿De qué sirve, hermanos míos, que alguien diga: «Tengo fe», si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarle la fe? Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros les dice: «Idos en paz, calentaos y hartaos», pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta. Y al contrario, alguno podrá decir: «¿Tú tienes fe?; pues yo tengo obras. Pruébame tu fe sin obras y yo te probaré por las obras mi fe. ¿Tú crees que hay un solo Dios? Haces bien. También los demonios lo creen y tiemblan. ¿Quieres saber tú, insensato, que la fe sin obras es estéril? Abraham nuestro padre ¿no alcanzó la justificación por las obras cuando = ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? = ¿Ves cómo la fe cooperaba con sus obras y, por las obras, la fe alcanzó su perfección? Y alcanzó pleno cumplimiento la Escritura que dice: = Creyó Abraham en Dios y le fue reputado como justicia = y fue llamado amigo de Dios.» Ya veis cómo el hombre es justificado por las obras y no por la fe solamente. Del mismo modo Rajab, la prostituta, ¿no quedó justificada por las obras dando hospedaje a los mensajeros y haciéndoles marchar por otro camino? Porque así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.” Santiago 2,14-26

Lutero apoyaba su doctrina en pasajes como Romanos 3,28 y Gálatas 2,16 donde Pablo hacía énfasis en que la salvación se recibía por medio de la fe y no por el cumplimiento de los preceptos de las leyes Mosaicas (Circuncisión, Prohibiciones alimenticias, leyes ceremoniales, etc.). A estas leyes Mosaicas se refería Pablo como “Obras de la ley”, muy diferentes a las obras que son producto de la fe y que si son necesarias luego de la justificación por la fe para salvarnos.

Así Lutero interpretó fuera de contexto muchos pasajes de la carta a los Romanos donde Pablo al combatir a los judaizantes les trababa de demostrar que para salvarse no había que cumplir las 613 ordenanzas de la ley Mosaica, ni era necesario circuncidarse, (El contexto demuestra que los judaizantes querían obligar a circuncidar a los gentiles convertidos porque la circuncisión era la obra de la ley por excelencia) pero al decir que el hombre se salva por le fe y no por las obras de la ley, se refería a estas obras y no a las obras producto de la fe y que se siguen de la fe.

La doctrina de la salvación por la sola fe degeneró en la doctrina de la salvación instantánea o Salvo siempre salvo, que afirmaba que una vez salvado no se podía perder la salvación. Otra doctrina claramente contradicha en todo el Nuevo Testamento que enseña que para salvarse hay que perseverar hasta el fin obrando el bien:

“Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará.” Mateo 24,13

Entrando por la puerta estrecha:

“«Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y poco son los que lo encuentran” Mateo 7,13-14

Y velando en todo tiempo para no extraviarnos:

“Por tanto, es preciso que prestemos mayor atención a lo que hemos oído, para que no nos extraviemos. Pues si la palabra promulgada por medio de los ángeles obtuvo tal firmeza que toda trasgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo saldremos absueltos nosotros si descuidamos tan gran salvación? La cual comenzó a ser anunciada por el Señor, y nos fue luego confirmada por quienes la oyeron,” Hebreos 2,1-3

Porque al final de nuestra vida Cristo evaluara nuestra fe por medio de nuestras obras:

“Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono; = fueron abiertos unos libros, = y luego se abrió otro libro, que es el de la vida; y los muertos fueron juzgados según lo escrito en los libros, conforme a sus obras. Y el mar devolvió los muertos que guardaba, la Muerte y el Hades devolvieron los muertos que guardaban, y cada uno fue juzgado según sus obras.” Apocalipsis 20,12-13

(Consultar también la parábola del juicio donde se separan ovejas de cabritos en Mateo 25,31-45)

Lutero desconoce entonces completamente la autoridad de la Iglesia y su tradición, toma como única norma de fe a la Sagrada Escritura y permite la libre interpretación de la Biblia. Desconoce 7 libros del antiguo testamento e intenta hacer lo mismo con 4 del nuevo testamento (Entre los cuales están la carta de Santiago, porque dice claramente en Santiago 2:14-24 que la salvación no es solamente por la fe, y por eso la llama, la "epístola adulterada". Por suerte el resto de la comunidad protestante no concuerda con él y mantiene el canon del nuevo testamento, pero desafortunadamente concuerdan en desconocer 7 libros del AT denominados deuterocanónicos y que ellos llaman apócrifos.

Lo curioso es que Lutero no ha terminado su reforma, cuando sus mismos seguidores, siguiendo su mismo lema de libre interpretación de la Biblia , comienzan a discrepar con él. A pesar de que en 1529 se realiza el conocido "Coloquio de Manburgo" donde Lutero y Zuinglio tratan de conciliar diferencias doctrinales esenciales en la fe, fracasan en este intento y comienzan las continuas divisiones entre los protestantes, aquí es donde nacen las "denominaciones" de las que hoy se cuentan más de 28.000.

Lo que más llama la atención es como Lutero termina exclamando:

Martín Lutero (Carta a Zuinglio) "Si el mundo dura mucho tiempo, será necesario de nuevo, tomando en cuenta las diferentes interpretaciones de la Escritura que ahora existen, preservar le unidad de la fe que recibimos de los Concilios y decretos y volar hacia ellos como refugio".

Pero ya era tarde de parar lo que comenzó, ya para este punto, ninguna del resto de las denominaciones le haría caso, eran independientes de él, el proclamó no ser obediente a ningún hombre, por tanto, ningún hombre sería ya obediente a él (él también era hombre), y ya estaba establecido el segundo paso de la división bajo el lema: "Iglesia Visible NO", SOLO Biblia

Paso 3: Cristo NO.



Luego del enemigo haber conseguido que muchos cristianos vieran a la Iglesia como algo invisible, sin autoridad “visible” a la que someterse más que su interpretación personal de la Biblia , ya se hace fácil negar hasta los dogmas de fe más fundamentales de la fe cristiana, entre ellos, la divinidad de Cristo y la doctrina Trinitaria.

La doctrina Trinitaria enseña que hay UN Solo Dios, en tres Personas diferentes que tienen una misma naturaleza divina: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Las sectas comienzan a predicar diferentes visiones de Cristo, unas dicen que es una manifestación del Padre, otras dicen que es la primera criatura que hizo el Padre (reduciéndolo al nivel de criatura), otras dicen que es un dios subordinado al Padre (politeísmo), otras dicen que es una parte de Dios, etc. Hoy día es imposible contabilizar el número de denominaciones que desconocen la doctrina Trinitaria y la divinidad de Cristo como verdadero Dios y verdadero hombre, pero he tomado un listado parcial publicado en el foro evangélico Ekklesia Viva:

Iglesia Pentecostal Unida, Iglesia del Dios Vivo columna y baluarte de la verdad, Iglesia de Dios Unida, la Luz del Mundo, Iglesia de Dios del 7mo. Día, Iglesia de Dios Israelita, Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, Asamblea Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, Casa del Alfarero, Iglesias Cristianas de Dios, Creciendo en Gracia, Iglesia Evangélica Cristiana Espiritual, La mayoría de grupos judeomesiánicos, Algunos cuáqueros, Iglesia de Dios Cristiana y Bíblica.

Luego de ya no tener ni siquiera entre los que se dicen cristianos claro quien es Cristo, se encuentra ya el punto de partida para que la nueva fase: La New Age (Nueva Era) pueda de aquí partir para volver a introducir el paganismo incluso entre cristianos. Cristo en este nuevo modelo no es rechazado de plano, sino que es aceptado pero como un maestro más, uno de tantos maestros ascendidos que fue enviado para enseñarnos como realizar la “ascensión”. Incluso bajo esta filosofía se trata de inducir a la persona de que puede llegar a ser como Dios, apetitosa manzana que fue presentada a Eva por la astuta serpiente.

Y así como cayó Eva, y ella hizo caer a Adán, muchos pueden caer hoy ante la tentativa de querer “ser como dioses” y cometiendo el pecado más aborrecible por Dios: La soberbia.

“La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yahveh Dios había hecho. Y dijo a la mujer: «¿Cómo es que Dios os ha dicho: No comáis de ninguno de los árboles del jardín?» Respondió la mujer a la serpiente: «Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: No comáis de él, ni lo toquéis, so pena de muerte.» Replicó la serpiente a la mujer: «De ninguna manera moriréis. Es que Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.» Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido, que igualmente comió.” Génesis 3,1-6

El mismo pecado que hizo caer al Diablo de la presencia de Dios y que hizo caer al hombre, nuevamente es utilizado para hacernos volver a caer a nosotros.

Paso 4: Dios NO.



El paso 4 del enemigo es más ambicioso. Una vez estando la persona en un estado de tal confusión que no sabe distinguir entre la criatura y el creador, entre el salvador y el salvado, ahora el New Age (Nueva Era) le hace ver en Dios, no al Padre que Cristo nos ha venido a revelar, no a uno Dios como persona, sino un Dios impersonal, un Dios “energía”, una especie de energía cósmica universal. Siendo Cristo para este pensamiento un sabio más que ha encontrado primero que nosotros el camino a la divinidad, hacia una Nueva Era.

Hoy La Nueva Era (conocida también como New Age) es una de las más grandes herramientas que utiliza el enemigo para atacar la fe cristiana, buscando por medio de sincretismos religiosos inducir a los creyentes a cada uno por separado buscar y labrar su propio camino a la divinidad, es un supermercado espiritual donde el creyente cree lo que quiere creer, no hay bien, no hay mal, todo es relativo. Para la New Age los problemas no están allí, todo depende de cómo lo veas. Es lo que llamaríamos un anestésico de la conciencia, tenernos a todos tontos para que no estemos alerta, prevenidos, velando, porque no sabemos el día ni la hora.

Y aunque la victoria de la Iglesia de Cristo está asegurada, por la promesa de Cristo de que las puertas del hades no prevalecerán contra ella: ¿Cuántas bajas tendremos en cada batalla? ¿Cuantas personas serán arrastradas en cada una de estas etapas del plan del enemigo?

“Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” Mateo 16,18

Por Ing. José Miguel Arráiz

http://www.apologeticacatolica.org/Protestantismo/General/Prote03.htm