Isabel Flores de Oliva nació en Lima (Perú) el 30 de abril de 1586, hija de Gaspar Flores y de María de Oliva. Fue bautizada en la Parroquia de San Sebastián en Lima por el sacerdote Antonio Polanco. Recibió la confirmación en el pueblo de Quives de manos del entonces Arzobispo de Lima, Santo Toribio de Mogrovejo. Todos la llamaban Rosa porque según la tradición cuando era apensas una bebé su rostro se transformó en una rosa. Más adelante ella quiso llamarse Rosa de Santa María. Dedicó su vida a la oración, el sacrificio y la ayuda a los mas necesitados.
Murió a los treinta y un años de edad el 24 de agosto de 1617, fiesta de San Bartolomé, como ella misma lo profetizó. El Papa Clemente X la canonizó en 1671. Fue la primera Santa de América luego de producirse la primera Evangelización del continente americano. Hoy sus restos se veneran en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Lima (Santo Domingo) con una gran devoción del pueblo peruano y de América. En Lima se levantó un Santuario en su honor.
CARACAS, lunes 27 agosto 2012 (ZENIT.org).- Los obispos que conforman la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), interpretando el sentir de todo el episcopado nacional, han hecho público un comunicado solidarizándose con las víctimas de trágico accidente de la refinería de Amuay.
Los obispos manifiestan su "profundo dolor ante los trágicos acontecimientos ocurridos, la madrugada de este sábado 25 de Agosto, en la Refinería de Amuay; acontecimientos que enlutan y entristecen a todo el pueblo venezolano y, en particular, a los habitantes del Estado Falcón".
Como se sabe, durante la madrugada del pasado sábado se registró una fuga de gas en el área 23 de almacenaje del Centro Refinador de Paraguaná (CRP), en el estado Falcón, compuesto por las refinerías Amuay y Cardón.
Esa fuga creó una nube de gas que no se disipó por el viento, como normalmente ocurre y provocó una fuerte explosión que afectó seriamente el área y los sectores circundantes, con un saldo de 41 muertos y más de 80 heridos.
"Como pastores de la Iglesia --afirman los obispos- queremos hacer llegar nuestra palabra de consuelo y solidaridad cristianos a los afectados por tan lamentable suceso. La fe en Jesucristo, Señor de la vida, médico de las almas y de los cuerpos, los sostenga en su dolor y les conceda la paz que sólo él puede ofrecer (Cf. Jn 14,27). Tengan la certeza que las oraciones y el cariño de todos los católicos de Venezuela los acompaña en este momento".
Así mismo, elevan sus plegarias "por el eterno descanso de los fallecidos" y piden "que la confianza en Aquel que nos dice:'yo soy la resurrección y la vida' (Jn 11,25), fortalezca en la esperanza de la vida eterna, a los que hoy lloran la muerte de sus seres queridos".
Los pastores venezolanos concluyen expresando una esperanza: "Permita el Señor que momentos dolorosos como el presente nos ayuden a crecer en fraternidad y espíritu de colaboración a todos los venezolanos".
Firman el comunicado los obispos: Diego Padrón, presidente de la CEV; los dos vicepresidentes, José Luis Azuaje y Mario Moronta, y el secretario general Jesús González de Zárate.
ZS12082704 - 27-08-2012
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