sábado, 23 de mayo de 2009

OSMTJ, Venezuela, comunicado


La Encomienda Magistral de Venezuela se llena júbilo al contar ya con su primer año de existencia dentro de nuestra noble nación, un año que sin duda ha sido difícil y marcado numerosas vicisitudes que fueron superadas una a una en la medida en que se presentaron. En muchas ocasiones los escudos se rompieron, las lanzas volaron en mil pedazos y las espadas cayeron de nuestras manos, sin embargo, siempre nos recuperamos, siempre nos volvimos a levantar, y sobre todo, nunca nos rendimos a los numerosos ataques de los que fuimos víctimas, tanto desde afuera como desde dentro.

Nuestras filas se cerraron en torno a la iglesia, resistiendo así los numerosos ataques del enemigo, aquel enemigo común a toda la humanidad, y que no con poca frecuencia cambia de forma y de táctica para confundirnos y hacernos desviar del camino recto que nos lleva al Señor.

Durante este año, nos fortalecimos, nos solidificamos y nos cohesionamos.

Bien es cierto que no todos los que comenzaron a transitar el camino perseveraron, pero no hay nada que lamentar a ese respecto, pues lo que importa para nosotros no es el número, sino la calidad; ponemos énfasis así en nuestro empecinada y a veces terca determinación de estar integrados por caballeros, damas y aspirantes de rectas, humiles y transparentes intenciones.

Alejados de toda intención despótica u ocultista que pueda manchar el buen nombre de nuestra hermandad. Se felicita entonces a todos aquellos que han permanecido fieles y dignos durante todo el año trascurrido, recordándoles además que estamos en la época de siembra, en la cual las cosas no siempre son como creíamos; pero que sin lugar a dudas llegará el momento de la cosecha, una en la que podremos ofrecer nuestros frutos al señor; pues no debemos olvidar que nuestra hermandad está realizando la obra de Dios.

Pidámosle a Él entonces que nos llene de gracia y fortaleza espiritual para seguir recorriendo juntos este camino, permitiéndonos de esta manera llevar su mensaje, el mensaje de Cristo, a más lugares dentro de la geografía nacional.

Non Nobis