miércoles, 27 de agosto de 2014
Reflexión
"...hagamos resonar en nuestro corazón estas palabras de Jesús: "Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Pidamos sinceramente perdón por todas las veces en la que hemos sido ocasión de división o de incomprensión dentro de nuestras comunidades...(pidamos) al Señor la gracia de no hablar mal, de no criticar, de no chismorrear, de querer a todos..." Papa Francisco - La Iglesia, una y santa
Texto completo de la catequesis del papa Francisco. La Iglesia, una y santa
Queridos hermanos y hermanas, buenos días
Cada vez que renovamos nuestra profesión de fe recitando el "Credo", afirmamos que la Iglesia es "una" y "santa". Es una, porque tiene su origen en Dios Trinidad, misterio de unidad y de plena comunión. La Iglesia también es santa, en cuanto que está fundada en Jesucristo, animada por su Espíritu Santo, colmada de su amor y de su salvación. Al mismo tiempo, sin embargo, está compuesta de pecadores, todos nosotros, pecadores que cada día experimentan las propias fragilidades y las propias miserias. Entonces, esta fe que profesamos nos empuja a la conversión, a tener la valentía de vivir cotidianamente la unidad y la santidad y si nosotros no estamos unidos, si no somos santos, ¡es porque no somos fieles a Jesús! Pero Él, Jesús, no nos deja solos, no abandona a su Iglesia. Él camina con nosotros, Él nos entiende. Entiende nuestras debilidades, nuestros pecados, nos perdona, siempre que nosotros nos dejemos perdonar. Él está siempre con nosotros, ayudándonos a ser menos pecadores, más santos, más unidos.
El primer consuelo nos viene del hecho que Jesús ha rezado mucho por la unidad de los discípulos. Es la oración de la Última Cena, Jesús ha pedido mucho: 'Padre, que sean una sola cosa'. Ha rezado por la unidad y lo ha hecho en la inminencia de la Pasión, cuando iba a ofrecer toda su vida por nosotros. Es eso a lo que estamos enviados continuamente a releer y meditar, en una de las páginas más intensas y conmovedoras del Evangelio de Juan, el capítulo diecisiete. ¡Que bonito es saber que el Señor, justo antes de morir, no se preocupó de sí mismo, sino que pensó en nosotros! Y en su diálogo sincero con el Padre, ha rezado precisamente para que podamos ser una sola cosa con Él y entre nosotros. Con estas palabras, Jesús se ha hecho nuestro intercesor ante el Padre, para que podamos entrar también nosotros en la plena comunión de amor con Él; al mismo tiempo, nos confía a Él como su testamento espiritual, para que la unidad pueda convertirse cada vez más en la nota distintiva de nuestras comunidades cristianas y la respuesta más bella a quien nos pida razón de la esperanza que hay en nosotros.
"Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste". La Iglesia ha buscado desde el principio realizar este propósito que está tan en el corazón de Jesús. Los Hechos de los Apóstoles nos recuerdan que los primeros cristianos se distinguían por el hecho de tener "un solo corazón y una sola alma"; el apóstol Pablo, después, exhortaba a sus comunidades a no olvidar que son "un solo cuerpo". La experiencia, sin embargo, nos dice que son muchos los pecados contra la unidad. Y no pensamos solo a las grandes herejías, los cismas, pensamos a faltas muy comunes en nuestras comunidades, en pecados "parroquiales", a esos pecados en las parroquias. A veces, de hecho, nuestras parroquias, llamadas a ser lugares de compartir y de comunión, están tristemente marcadas por envidias, celos, antipatías... Y el chismorreo está a mano de todos. ¡Cuánto se chismorrea en las parroquias! Esto no es bueno. Por ejemplo, cuando alguien es elegido presidente de tal asociación, se chismorrea contra él. Y si otra es elegida presidenta de la catequesis, las otras chismorrean contra ella. Pero, esta no es la Iglesia. Esto no se debe hacer, ¡no debemos hacerlo! No os digo que os cortéis la lenga, tanto no. Pero pedid a Dios que dé la gracia de no hacerlo.
¡Esto es humano, sí, pero no es cristiano! Esto sucede cuando apuntamos hacia los primeros puestos; cuando nos ponemos a nosotros mismos en el centro, con nuestras ambiciones personales y nuestras formas de ver las cosas, y juzgamos a los otros; cuando miramos a los defectos de los hermanos, en vez de a sus dones; cuando damos más peso a lo que nos divide, en vez de a lo que nos reúne.
Una vez, en la otra diócesis que tenía antes, escuché un comentario interesante y bonito. Se hablaba de una anciana que toda la vida había trabajado en la parroquia, y una persona que la conocía bien, dijo: 'Esta mujer no ha hablado nunca mal, nunca ha chismorreado, siempre era una sonrisa'. ¡Una mujer así puede ser canonizada mañana! Este es un bonito ejemplo. Y si miramos a la historia de la Iglesia, cuántas divisiones entre nosotros cristianos. También ahora estamos divididos.
También en la historia, los cristianos hemos hecho la guerra entre nosotros por divisiones teológicas. Pensemos en la de los 30 años. Pero, esto no es cristiano. Debemos trabajar también por la unidad de todos los cristianos, ir por el camino de la unidad que es el que Jesús quiere y por el que ha rezado.
Frente a todo esto, debemos hacer seriamente un examen de conciencia. En una comunidad cristiana, la división es uno de los pecados más graves, porque la hace signo no de la obra de Dios, sino de la del diablo, el cual es por definición el que separa, que rompe las relaciones, que insinúa prejuicios... La división en una comunidad cristiana, ya sea una escuela, una parroquia o una asociación, es un pecado gravísimo, porque es obra del demonio. Dios, sin embargo, quiere que crezcamos en nuestra capacidad de acogernos, de perdonarnos, de querernos, para parecernos cada vez más a Él que es comunión y amor. En esto está la santidad de la Iglesia: en el reconocer a imagen de Dios, colmada de su misericordia y de su gracia.
Queridos amigos, hagamos resonar en nuestro corazón estas palabras de Jesús: "Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Pidamos sinceramente perdón por todas las veces en la que hemos sido ocasión de división o de incomprensión dentro de nuestras comunidades, aún sabiendo que no se llega a la comunión sino a través de una continua conversión. ¿Qué es la conversión? Es pedir al Señor la gracia de no hablar mal, de no criticar, de no chismorrear, de querer a todos. Es una gracia que el Señor nos da. Esto es convertir el corazón. Y pidamos que el tejido cotidiano de nuestras relaciones pueda convertirse en un reflejo cada vez más bonito y feliz de la relación entre Jesús y el Padre.
domingo, 20 de abril de 2014
Domingo de Resurreccion
¡Jesucristo vive!
Juan 20, 1-9. Resurrección del Señor. ¡Pidamos a Cristo resucitado poder resucitar junto con Él, ya desde ahora!
Autor: H. Bernardo Siller | Fuente: Catholic.net
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 1-9
El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto». Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro; vio las vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estabacon las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó. Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos.
Oración introductoria
Jesús mío, yo te busco en mi peregrinar por este mundo. Concédeme la gracia de poseerte con plenitud y no permitas que me separe de tu amor. Por favor, Jesús, ayuda a nuestros familiares y a todos aquéllos que se hayan olvidado de ti.
Petición
Señor, que de ahora en adelante te busque en cada acontecimiento de mi vida.
Meditación
También Simón Pedro y el otro discípulo se dirigieron de prisa al sepulcro; y Pedro, entrando dentro, vio las vendas portierra, y el sudario que había sido puesto sobre la cabeza de Jesús, al lado (cf. Jn 20, 7). Entonces entró también el otro discípulo, vio y creyó; "aún no se habían. dado cuenta de la Escritura, según la cual era preciso que El resucitase de entre los muertos" (Jn 20, 9). Vieron y comprendieron que los hombres no habían logrado derrotar a Jesús con la losa sepulcral, sellándola con la señal de la muerte; La iglesia que hoy, como cada año, termina su triduo pascual con el Domingo de Resurrección. Los artífices de la muerte del Hijo del Hombre, para: mayor seguridad, "pusieron guardia al sepulcro después de haber sellado la piedra" (Mt 27, 66). Muchas veces los constructores del Mundo, por el cual Cristo quiso morir han tratado de poner una piedra definitiva sobre su tumba. Pero la piedra permanece siempre removida de su sepulcro; la piedra, testigo de la muerte, seha convertido en testigo de la Resurrección: "la diestra de Yavé ha hecho proezas" (Sal 117 [118], 16). La Iglesia anuncia siempre y de nuevo la Resurrección de Cristo. La Iglesia repite con alegría a los hombres las palabras de los ángeles y de las mujeres pronunciadas en aquella radiante mañana en la que la muerte fue vencida. La Iglesia anuncia que está vivo Aquel que se ha convertido en nuestra Pascua. Aquel que ha muerto en la cruz, revela la plenitud de la Vida (Juan Pablo II, Mensaje, 6 de abril de 1980).
Reflexión apostólica
Los discípulos corrieron al sepulcro vacío y creyeron. En mi vida diaria estoy llamado a correr, también, al encuentro del Señor. En la resurrección de Cristo tenemos la certeza de que nuestra vida no se acaba en el vacío. Nuestra existencia es un continuo peregrinar hacia el encuentro definitivo y eterno conDios. Nos hiciste Señor para ti e inquieto está nuestro corazón hasta que no descanse en ti (cf. San Agustín).
¿Qué fue lo que vio esa mañana? Seguramente la sábana santa en perfectas condiciones, no rota ni rasgada por ninguna parte. Intacta, como la habían dejado en el momento de la sepultura. Sólo que ahora está vacía, como desinflada; como si el cuerpo de Jesús se hubiera desaparecido sin dejar ni rastro. Entendió entonces lo sucedido: ¡había resucitado! Pero Juan vio sólo unos indicios, y con su fe llegó mucho más allá de lo que veían sus sentidos. Con los ojos del cuerpo vio unas vendas, pero con los ojos del alma descubrió al Resucitado; con los ojos corporales vio una materia corruptible, pero con los ojos del espíritu vio al Dios vencedor de la muerte.
Lo que nos enseñan todas lasnarraciones evangélicas de la Pascua es que, para descubrir y reconocer a Cristo resucitado, ya no basta mirarlo con los mismos ojos de antes. Es preciso entrar en una óptica distinta, en una dimensión nueva: la de la fe. Todos los días que van desde la resurrección hasta la ascensión del Señor al cielo será otro período importantísimo para la vida de los apóstoles. Jesús los enseñará ahora a saber reconocerlo por medio de los signos, por los indicios. Ya no será la evidencia natural, como antes, sino su presencia espiritual la que los guiará. Y así será a partir de ahora su acción en la vida de la Iglesia.
Eso les pasó a los discípulos. Y eso nos ocurre también a nosotros. Al igual que a ellos, Cristo se nos “aparece” constantemente en nuestra vida de todos los días, pero muy difícilmente loreconocemos. Porque nos falta la visión de la fe. Y hemos de aprender a descubrirlo y a experimentarlo en el fondo de nuestra alma por la fe y el amor.
Y esta experiencia en la fe ha de llevarnos paulatinamente a una transformación interior de nuestro ser a la luz de Cristo resucitado. “El mensaje redentor de Pascua -como nos dice un autor espiritual contemporáneo- no es otra cosa que la purificación total del hombre, la liberación de sus egoísmos, de su sensualidad, de sus complejos; purificación que, aunque implica una fase de limpieza y saneamiento interior -por medio de los sacramentos- sin embargo, se realiza de manera positiva, con dones de plenitud, como es la iluminación del Espíritu, la vitalización del ser por una vida nueva, que desborda gozo y paz, suma de todos los bienes mesiánicos; en una palabra, la presencia del Señor resucitado”.
En efecto, san Pablolo expresó con incontenible emoción en este texto, que recoge la segunda lectura de este domingo de Pascua: “Si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de allá arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con Él, en gloria” (Col 3, 1-4). ¡Pidamos a Cristo resucitado poder resucitar junto con Él, ya desde ahora!
Propósito
Haré una oración especial por todos mis familiares y compañeros difuntos. Demostraré mi alegría por la Resurrección de Jesús.
Diálogo con Cristo
Señor Jesucristo, te pido que nunca me separe de ti.Dame la gracia de amar y tratar a las demás personas con el amor y la bondad con que Tú lo has hecho. ¡Quédate siempre a mi lado, te necesito porque Tú mi fortaleza y mi esperanza. Señor, confío en Ti!
La muerte del Señor demuestra el inmenso amor con el que nos ha amado hasta sacrificarse por nosotros; pero sólo su resurrección es «prueba segura», es certeza de que lo que afirma es verdad. Benedicto XVI, audiencia, 26 de marzo de 2008)
Tomado de: Catholic.ne
sábado, 19 de abril de 2014
Sabado de Gloria 2014
El Sábado Santo (denominado hasta la reforma litúrgica de 1955 Sábado de Gloria) es el tercer día del Triduo Pascual, que concluye con las segundas Vísperas del Domingo de Resurrección culminando así para los cristianos la Semana Santa. Tras conmemorar el día anterior la muerte de Cristo en la Cruz, se espera el momento de la Resurrección. Es la conmemoración de Jesús en el sepulcro y su Descenso al Abismo. Una vez ha anochecido, tiene lugar la principal celebración cristiana del año: la Vigilia Pascual.
Hasta la reforma litúrgica de la Semana Santa acometida por el Papa Pío XII (encargada en 1955 a Monseñor Aníbal Bugnini como una especie de anticipo a la reforma litúrgica general del Concilio Vaticano II) se llamaba a este día Sábado de Gloria, pues la celebración de la Resurrección (la Vigilia Pascual) tenía lugar ya en la mañana del sábado. En 1951 Pío XII permitió, mediante el inesperado decreto “Dominicae Resurrectionis” de 9 de febrero (Vid. AAS 43 (1951), pp. 128-129), que la vigilia se realizase de noche, lo que tras otro decreto, el “Maxima Redemptionis” de 16 de noviembre de 1955 (Vid. AAS 47 (1955), pp. 838-841), fue obligatorio a partir de 1956. Desde entonces dicha Vigilia se celebra más razonablemente en horas de la noche, el Sábado Santo queda para los católicos más como un día de espera,expectante por la gran celebración que tendrá lugar unas horas más tarde.
Aunque en muchos lugares sigue denominándose así por la costumbre, su uso es incorrecto.
Como no puede celebrarse ningún rito oficial durante el día, se suelen predicar retiros espirituales, y en muchos lugares también los sacerdotes durante el día atienden confesiones. También es costumbre en algunos templos el rezo de la Liturgia de las Horas por parte de los clérigos con participación de fieles seglares.
Liturgia del Sábado Santo
El Sábado Santo es un día de luto. En la Iglesia Católica también se conmemora la Soledad de María después de llevar al sepulcro a Cristo, quedando en compañía del Apóstol Juan. Pueden ser expuestas en la Iglesia, a la veneración de los fieles, la imagen de Cristo crucificado, o en el sepulcro, o descendiendo a los Infiernos, ya que ilustran el misterio del Sábado Santo. Hoy la Iglesia se abstiene absolutamente del sacrificio de la Misa. La Sagrada Comunión puede darse solamente como viático. No se conceda celebrar el Matrimonio, ni administrar otros sacramentos, a excepción de la Penitencia y la Unción de los Enfermos.Hasta la reforma litúrgica de la Semana Santa acometida por el Papa Pío XII (encargada en 1955 a Monseñor Aníbal Bugnini como una especie de anticipo a la reforma litúrgica general del Concilio Vaticano II) se llamaba a este día Sábado de Gloria, pues la celebración de la Resurrección (la Vigilia Pascual) tenía lugar ya en la mañana del sábado. En 1951 Pío XII permitió, mediante el inesperado decreto “Dominicae Resurrectionis” de 9 de febrero (Vid. AAS 43 (1951), pp. 128-129), que la vigilia se realizase de noche, lo que tras otro decreto, el “Maxima Redemptionis” de 16 de noviembre de 1955 (Vid. AAS 47 (1955), pp. 838-841), fue obligatorio a partir de 1956. Desde entonces dicha Vigilia se celebra más razonablemente en horas de la noche, el Sábado Santo queda para los católicos más como un día de espera,expectante por la gran celebración que tendrá lugar unas horas más tarde.
Aunque en muchos lugares sigue denominándose así por la costumbre, su uso es incorrecto.
Como no puede celebrarse ningún rito oficial durante el día, se suelen predicar retiros espirituales, y en muchos lugares también los sacerdotes durante el día atienden confesiones. También es costumbre en algunos templos el rezo de la Liturgia de las Horas por parte de los clérigos con participación de fieles seglares.
viernes, 18 de abril de 2014
Viernes Santo 2014
Día en que crucificaron a Cristo en el Calvario. Cómo rezar el Via Crucis. La Virgen de la Soledad | |||
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jueves, 17 de abril de 2014
Jueves Santo 2014
17 de abril de 2014. Jueves en que Cristo instituyó el sacramento de la Eucaristía, también conocido como la Última Cena. | |||
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domingo, 6 de abril de 2014
Jacques de Molay, el último maestre de los templarios
Contexto histórico de un hecho que los siglos han ribeteado de misterio y que se explica por los cambios en el poder de la Francia medieval
El 18 de marzo de 1314, hace 700 años, murió en la hoguera Jacques de Molay, el último maestre de los templarios, por orden del rey de Francia Felipe IV el Hermoso. Tenía 70 años, un cuerpo magullado por la tortura y probablemente también sufría una cierta enajenación mental como consecuencia de 7 años de prisión.
La caída de Molay fue muy precipitada, a pesar de ser uno de los caballeros más poderosos de su tiempo. Un día antes de su encarcelamiento ocupó un lugar preferente en los funerales de la cuñada del rey, sin percatarse de ningún peligro... y sin embargo, unas horas más tarde fue prendido por la guardia real mientras dormía, acusado de delitos gravísimos, que reconoció, probablemente después de ser sometido a tortura. Poco después ratificó públicamente su confesión ante los doctores de la Universidad de París reunidos en la catedral de Notre Dame. Era lo más conveniente ante una acusación de herejía, reconocer los pecados, aceptar la culpa y solicitar la reconciliación con la Iglesia. Sin embargo De Molay negó las acusaciones más tarde, cuando declaró ante el papa sin la presión del rey. Después su debilidad de carácter le llevó a desdecirse en varias ocasiones, aceptando y rechazando los cargos en su contra, lo que arruinó su prestigio.
El rey había ordenado mantener preso al maestre, junto con otros mandatarios del Temple, en las mazmorras de su palacio en París durante los siete largos años que duró el proceso. El papa ya había ordenado la disolución del Temple, algunos caballeros habían sido quemados, otros renunciaron a sus privilegios y vivían recluidos en conventos, de manera que toda resistencia había sido sofocada. El asunto estaba zanjado y solo faltaba decidir qué hacer con los dirigentes de la Orden. La mañana del 18 de marzo, un tribunal inquisitorial convocó a De Molay y sus compañeros en la plaza de la catedral para comunicarles la sentencia de cadena perpetua, bastante favorable para los reos. Sin embargo el Gran maestre, para asombro del tribunal, tomó la palabra para defender su inocencia. Los inquisidores quisieron ocultar lo ocurrido, pero el rey fue informado rápidamente y ordenó la ejecución por tratarse de herejes relapsos, recalcitrantes en su error, que debían ser ajusticiados por el brazo secular.
Si la condena había sido pública, la ejecución fue casi secreta, sin testigos, a la hora de vísperas, después de la puesta de sol, en un pequeño islote sobre el Sena cercano a la isla de la Cité, para evitar tumultos. Un testigo de los hechos describe la escena:
Al ver la hoguera dispuesta, el maestre se quitó las vestiduras y quedó allí en pie, en camisa… cuando le iban a atar dijo: dejadme unir las manos para rezar... Dios sabe que mi muerte es injusta y dentro de poco muchos males caerán sobre los que nos han condenado. Dios vengará nuestra muerte... Murió con tanta dulzura que todo el mundo quedó asombrado.
Las últimas palabras del maestre fueron premonitorias, el papa y el rey murieron poco después, y ahí nació la leyenda de la maldición del último templario.
¿Por qué cayó el Temple?
Visto desde nuestro tiempo, podríamos decir que el juicio de los templarios fue un caso de corrupción generalizada, en el que no fueron inocentes ni los acusados, De Molay y los suyos, ni los acusadores, el papa Clemente, el ministro Nogaret, y el rey Felipe. Los cargos principales fueron 4: negación de Jesucristo, besos obscenos durante la profesión, sodomía e idolatría. Pero había otras acusaciones, sobre todo la avaricia y la corrupción por los enormes tesoros acumulados por los templarios. Ni que decir tiene que el culto a las reliquias, tan extendido en la época, tenía algo de idolatría, y que la corrupción de las costumbres estaba bastante generalizada en la milicia. El propio San Bernardo había dicho que muchos caballeros eran afeminados, ladrones, violadores y perjuros… Acusar a los templarios de creer que Jesucristo era un falso profeta, era una forma de recordar sus antiguos tratos con Saladino, cuando en la guerra todo el mundo hacía pactos. Y por último, si alguien destacó por su codicia fue el rey que se apropió de todas las cosas de valor de la Orden.
Solo si analizamos las grandes tendencias de la Historia podremos comprender lo ocurrido. En 1291 cayó Acre, la última posición de los cruzados en Tierra Santa. Las Órdenes Militares habían fracasado, por lo que debían desaparecer o transformarse. El rey, como majestad cristianísima, exigía la completa sumisión de la Iglesia a sus proyectos políticos. El nuevo papa Clemente, el francés Bertrand de Got, así lo entendió, se doblegó a sus mandatos e instaló su curia en Aviñón. Jacques de Molay, en cambio, pensaba que vivía en otra época, y que eran los reyes los que tenían que secundar sus irreales proyectos de cruzada. Murió por eso, por no comprender los cambios de su tiempo.
El 700º aniversario de la muerte de Jaques de Molay, marca la decadencia del neotemplarismo masón y la vuelta a su origen cristiano
El último Maestre de la Orden del Temple, Jacques de Molay, murió en la hoguera el 18 de marzo de 1314, hace 700 años, por orden del rey de Francia Felipe IV el Hermoso, a los 70 años de edad y con un cuerpo magullado por la tortura y vejaciones después de 7 años de prisión.
BIOGRAFÍA DE JACQUES DE MOLAY
VoxTempli -17-180314.- Lo más extraño de esta familia es que no se encuentran rastros de sus orígenes. Es posible que algún hecho acaecido con anterioridad, teniendo por protagonista a alguno de sus miembros, hiciese que se tratase de borrar todo. Algunos estudiosos nobiliarios incluyen a Molay en la genealogía de Lonvy, al ser Molay una población del Señorío de Rahon, propiedad del padre de Jacques de Molay, que fue el último Maestre de la Orden del Temple.
De la familia Molay solo se conoce a Juana Bacon, Dama de Molay en 1371. Dicho territorio pasó a la casa Choiseul con motivo de los enlaces con la nobleza de Borgoña.
Jacques Bernard de Molay nació en Borgoña por el año 1240, hijo de Juan, Señor de Lonvy, heredero de Mathe y Señor de Rahon, gran población cerca de Dole de la cual dependían muchas otras, pero principalmente Molay, y esta era una parroquia de la Diócesis de Besanzon, en el Deanato de Nenblans.
Entró en la Orden del Temple en 1265, recibiéndole Fr. Imbert de Perand, visitador de Francia y del Portu, en la capilla del Temple de la residencia de Belna.
Fue padrino de bautismo de uno de los hijos del rey francés, Felipe el Hermoso, que con el tiempo debía ser el delator, perseguidor y verdugo de la Orden y de este Maestre.
Pasó a Ultramar donde dio pruebas de intrepidez y energía, mostrando relevantes cualidades bajo las ordenes del Maestre Fr. Guillermo de Beaujeau, que murió heroicamente defendiendo Acre, con casi la mayor parte de los templarios que combatían a su lado.
Tras la muerte del Maestre Tibald Gaudin, Jacques de Molay fue elegido Maestre, aunque en el momento de su elección se encontraba fuera de Chipre desempeñando una comisión extraordinaria.
No tardó mucho el nuevo Maestre en corresponder a las esperanzas depositadas en él por los templarios que lo habían elegido, mostrándose digno del cargo que le habían confiando. Reorganizó y reforzó la Orden con prudencia y acierto para acometer nuevas empresas en Tierra Santa, capitaneando las expediciones contra los musulmanes de 1293 y 1305, logrando entrar en Jerusalem en el año 1298 y derrotando al Sultán de Egipto, Malej Nacer, en 1299 cerca de la ciudad de Emesa. En 1300 organizó una incursión contra Alejandría y estuvo a punto de recuperar la ciudad de Torsota, en la costa Siria, para la cristiandad.
Al contrario de lo que le tildan de débil, supo defender a ultranza, lo que fue uno de los motivos para acabar con la Orden y sucumbir con ella, la independencia de la Orden del Temple del resto de las órdenes militares y del cada día más poderoso poder de las monarquías absolutas europeas.
PROCESO CONTRA EL TEMPLE
El proceso a los Templarios es una página negra de la historia medieval que admite agudas polémicas. Un enfoque lo sustentan los historiadores consagrados al proclamar la inocencia de los monjes soldados y a ensalzar sus virtudes, ya que el templario vino a representar la sublimación del Caballero medieval. Su ejemplar vida castrense, concretadas en heroicas actuaciones bélicas en los teatros de operaciones donde actuó y el contrapunto de su vida monacal, fueron ensalzados por San Bernardo, en un canto a los Caballeros de Cristo, que acrisolaban una adecuada imagen al espíritu de la Orden y cuya praxis desarrollaron sus miembros, con una fidelidad absoluta a sus Reglas. Diametralmente opuesto al que se quiso vender desde de la corte parisina.
El proceso no puede analizarse como un hecho aislado desgajado de su entorno, sino que requiere ser estudiado en su contexto histórico económico-político y religioso. La animadversión contra la Orden se encontraba aletargada en ciertos círculos cortesanos y eclesiásticos, que los contemplaban como orgullosos. Felipe El Hermoso sin embargo, fue el principal artífice de la red de acusaciones vertidas en el proceso. Durante su reinado colisionaron la teocracia y la idea de Estado, las pretensiones independentistas del monarca francés, frente a la concepción universalista de la Iglesia. Al trasladar Clemente V la corte pontificia a Avignon, triunfó la idea estatal del monarca, dejando al Papado inerme frente a la realeza, lo mismo que a las Ordenes Militares.
El proceso no es un proceso criminal ordinario, sino político, siguiendo el procedimiento de excepción de la Inquisición. No pretende descubrir la verdad, sino convertir en culpable a un sospechoso. El ataque contra el Temple, debe situarse en el contexto de un problema de poder y de medios: ajustar cuentas al papado y apoderarse de los bienes del Temple. El Temple estaba en el centro de ambos problemas.
La Orden no representa en Francia un peligro militar, a diferencia de lo que sucede en España. El problema parece más de carácter político. El rey francés, Felipe el Hermoso, Jaime II, Eduardo I y Eduardo II, adoptaron frente al Temple y Hospital, la misma política: reducir sus privilegios.
FELIPE EL HERMOSO
Como consecuencia de los fracasos en Tierra Santa, las Ordenes se mantienen a la defensiva. Los reyes tienen litigios con el Papado, por diversos motivos. Las Ordenes son poderosas e independientes del poder real, supeditadas sólo a la autoridad del Papa. El rey francés, lo mismo que los monarcas inglés y español, comprenden la necesidad de debilitar en sus reinos la influencia de las Ordenes Militares. En lugar de reforzar a una, eliminando a la otra, prefieren crear una nueva Orden sobre las ruinas del Temple.
Jaime II, intenta crearla basándose en las Ordenes Nacionales Ibéricas, mientras que Felipe, desea una orden que él pueda controlar.
Las Ordenes Militares Internacionales, eran un obstáculo para el desarrollo de las monarquías centralizadas y por ello, consideraba que debían desaparecer. La eliminación del Temple venía a ser la primera etapa, ya que en el ánimo del rey francés, gravitaba el deseo de eliminar posteriormente al Hospital.
La tortura formaba parte del arsenal de la justicia, en los procedimientos judiciales del Medievo. En Francia, Navarra, Provenza y Nápoles y en los Estados Pontificios, se aplica y los templarios confiesan, mientras que en la Península Ibérica, Italia septentrional, Alemania e Inglaterra, al no aplicarse no confiesan. La tortura del S. XIII, procede de la Inquisición (1235) y se aplicaba para combatir la herejía a cargo de las Ordenes Mendicantes, Franciscanos y Dominicos. Inocencio IV, prevé la tortura como medio de obtener la verdad, determina su uso y matiza su empleo. Clemente V en 1265, confirma la Bula de 1252 Ad Extirpendam y ordena su aplicación. La tortura establece un lazo, entre el inquisidor y el torturado. Entre los templarios torturados que confesaron enormidades, muchos se habrían comportado heroicamente en los muros de Acre, Safed, Ruad y Trípoli. Eran guerreros formados para combatir al infiel y preparados para un tipo de sacrificio. Los musulmanes no perdían el tiempo torturando, les cortaban ritualmente el cuello.
En el proceso la Orden estaba predestinada por envidias del rey, clero, nobleza y del parlamento. Habían mantenido relaciones con el rey, de poder a poder, de acreedor a deudor, le habían protegido en diversas ocasiones, lo que hacía que el monarca se sitiera humillado; habían profesado un internacionalismo (federalismo o sinarquía). Destruyendo la Orden del Temple, Felipe el Hermoso afirmaba la tendencia al absolutismo, al poder totalitario que frente a él, había manifestado Federico II de Hohenstanfen. Fue el primer paso en un camino que, seguirán todos los que transformarán el poder real, en poder monárquico: asegurarse el poder espiritual.
CLEMENTE V
Es el mismo gesto que el de Francisco I, al atribuirse por el concordato de 1516, la nominación de los obispos y de los abates en el reino, o el de Luis XIV, cuando revoca el edicto de Nantes, o cuando ordenaba tomar Avignon, a fin de intimidar al Papa Inocencio XI. La suspensión de la Orden del Temple, no deja de anunciar, aunque empleando diferentes métodos, la de los jesuitas, a fines del S. XVIII.
Dado su poderío económico-militar, la única forma de eliminación posible, era por medio de la calumnia. El plan urdido consistió en separar la Orden del poder espiritual, alienándola de todos los cristianos; buscar la participación del Papa para asegurar la adhesión de los Reyes y conseguir la disolución de la Orden, proponer la fusión con la Hospitalaria, para eliminar la independencia templaria, al nombrar Maestre al hermano del rey de Francia, Felipe el Hermoso, debilitar su poderío económico-militar al controlarlo el propio monarca, evitar una confrontación guerrera que no prosperaría, dado el potencial bélico de la Orden Templaria. El medio que emplearon fue la imputación de herejía, sodomía y crímenes contra la Iglesia.
En un alarde de eficacia policial, se llevó a cabo la detención, realizada el mismo día y a la misma hora en todas las encomiendas francesas, operación minuciosamente preparada un mes antes, alertando en sobres cerrados y totalmente reservados a las autoridades que debían ejecutarla. El Papa, en lugar de averiguar si realmente eran herejes y en este caso excomulgarles y ponerlos a disposición de la autoridad temporal para ejecutar la sentencia, pone a merced del rey a los templarios. Para doblegar voluntades y arrancar confesiones, se aplica el tormento. Los presidentes de los Concilios Provinciales eran adictos e incondicionales al Rey; los interrogatorios escritos se realizaron en la prisión. La Orden es condenada sin escuchar la defensa, con el veto de Aragón y Cataluña. La Sentencia es disolutoria de la Orden (Concilio Ecuménico de Vienne en 1312), condenatoria de las altas dignidades de la Orden (a morir en la hoguera a éstos y a los caballeros relapsos) y confiscatoria de bienes con destino a la Orden Hospitalaria.
El Rey obró impulsado por la envidia, codicia y despecho, al sentirse humillado; el Papa actuó por servilismo, debilidad y temor a un nuevo cisma; Nogaret procedió por ambición desmesurada y deseo de conseguir prebendas reales, los juristas se mostraron deshonestos y malos consejeros, la opinión pública no reaccionó y aceptó pacíficamente el veredicto.
CRONOLOGÍA
1294
(¿1292/1296?) Jacques de Molay es nombrado Maestre.
1299
Expedición templaria a Egipto.
1303
Se pierde la isla de Rouad, frente a la fortaleza de Tortosa.
1304
Conclave de Perusa (Agen). Surgen las primeras acusaciones contra el Temple.
1305
(14-11) Clemente V (Beltrán de Got) es coronado Papa en Lyón. Propuestas del Papa para unificar las ordenes militares.
1306
Clemente V ordena venir desde Chipre a Jacques de Molay.
1307
A primeros de año llega Jacques de Molay a Paris.
(14/09) . El Rey de Francia envía a los jueces cartas selladas con la orden de arresto de los templarios por “presunciones y violentas sospechas” originadas por la “denuncia” de Esquieu de Floryan.
(14/10). Se difunde en Paris el manifiesto real y se ejecuta la orden de arresto. La acusación es de apostasía, ultraje a Cristo, ritos obscenos, sodomía e idolatría.
(19/10 al 24/11).Se procede a los interrogatorios. De los 138 interrogados, 36 mueren por torturas.
(27/10). Clemente V protesta ante Felipe de Francia por el arresto.
(22-11). La bula Pastoralis Praeminentiae, de Clemente V ordena a los príncipes cristianos que arresten a los templarios. El cambio de actitud se debe, acusaciones.
1308
(25/3) El rey de Francia convoca los Estados Generales y exige que los templarios sean condenados.
(26/5) Felipe El Hermoso se desplaza a Poitiers para entrevistarse con el Papa.
(27/6 al 1/7). 72 templarios comparecen ante Clemente V. El Rey mantiene la custodia de los bienes, pero la de las personas pasa a la Iglesia.
(12/8) Se nombran comisiones eclesiásticas bajo la autoridad del obispo de cada diócesis.
1309
(8/8) Abre las sesiones la comisión eclesiástica de Paris, un año después de su constitución.
(26/11) Comparece ante la comisión Jacques de Molay.
1310
(11 de mayo) Concilio provincial en Sens, 45 templarios revocan sus confesiones, son acusados de “relapsos”. Son quemados al día siguiente.
1311
(5 de junio) la comisión episcopal da por terminados sus trabajos, coincidiendo en que no se puede condenar a la Orden sin haber oído públicamente su defensa.
(16-10) Apertura del Concilio de Vienne.
1312
(20-03)Felipe se persona en el Concilio de Vienne.
(22/3) supresión sin condena. Vox in excelso. En escocia no se promulga dado que el Rey Robert de Bruce estaba excomulgado.
(2-5) La bula Ad Providam distribuye los bienes del Temple.
1313
Bulas papales para que los reconciliados fueran recibidos en monasterios.
1314
(18/03) Sentencia contra Jacques de Molay y dignatarios (19/03) Muere en la hoguera el Maestre, Jacques de Molay y Charnay.
UNA INEXISTENTE “TRANSMISIÓN” BASADA EN LA FALSA CARTA DE L’ARMENIUS QUE ESGRIMEN LOS NEOTEMPLARIOS
La Orden del Temple fue suspendida por bula papal en 1312. A pesar de ello, sobre todo desde el siglo XVIII, han sido muchas las organizaciones que han buscado cierta legitimidad para poder otorgarse el derecho de ser herederas del Temple.
Para urdir la farsa de la herencia templaria, primero hubo de tramarse la trasmisión del maestrazgo de Jacques de Molay, y muchas son las versiones que se dan sobre los últimos días de Jacques de Molay, en cuanto a preparar una posible sucesión. Una habla de la transmisión de conocimiento a través del caballero Francisco de Beaujeu, sucediéndole el caballero d’Aumond, el cual continuó su obra en Escocia. La más arraigada entre las asociaciones neotremplarias actuales es la que aboga por la sucesión a través de Juan Marco L’Armenius.
Según los defensores de la teoría sucesoria de L´Armenius, en 1810 el abate Gregoire, menciona en un estudio que Jacques de Molay no podía seguir viviendo con la conciencia de haber deshonrado a la Orden con sus declaraciones y que no deseaba vivir preso toda su vida, sino morir habiendo rectificado. No podía hacerlo sin transmitir a un sucesor el maestrazgo, escogiendo a L´Armenius, primado de la Orden y comendador de Jerusalem. Luego, rectifica públicamente y muere.
Esta teoría cae por su propio peso nada más iniciarse, pues no hay datos fiables de quien pudiera ser “L´Armenius”, lo que da pie a nuevas elucubraciones para que algunos consideren que se trataba de un nombre iniciático: L’Armenius sería “el Armenio” y también alguien de familia noble y por tanto revestido de armiño.
A pesar de ello la mayoría de las asociaciones neotemplarias, todas las que buscan ser las auténticas herederas de la Orden del Temple, basan su legitimidad en este documento, la “Carta Larmenius o Carta Transmissionis” (“Carta de Transmisión”). Un manuscrito supuestamente creado por Johannes Marcus Larmenius (Fr.: Jean-Marc Larmenius) en febrero de 1324, dando una lista de 22 sucesivos Grandes Maestros de la Orden del Temple después Jacques de Molay , que termina en 1804, el nombre de Bernard-Raymond Fabré-Palaprat aparece último en la lista (que reveló la existencia de la Carta en 1804).
Lo cierto es que la gran mayoría de los historiadores rechazan la autenticidad de la carta, primeramente porque tras ser esgrimida por el francmasón Bernard-Raymond Fabré-Palaprat para legitimar su liderazgo en esta incipiente organización, nunca nadie volvió a verla para poder ser estudiada y contrastada por métodos científicos de la paleografía y otros (análisis de tintas, tramado del papel o pergamino, etc.) su autenticidad, y los que afirman que la vieron, basan sus objeciones en la traducción del latín original, que demuestra su falsedad. Todos coinciden en que tan sólo se trata de un documento francmasón falso, escrito en latín codificado, dispuesto en dos columnas, en un pergamino de gran tamaño adornado con ricos motivos arquitectónicos, con caracteres cifrados muy similares al código secreto de la Masonería, urdido por uno de sus más importantes representantes, para garantizarse el control de esta organización que, a pesar de buscar sus raíces en la Orden del Temple, no tiene nada que ver con ella, por tener objetivos y fines diferentes, por no decir contrarios.
Es en base a esta falsa carta, de L’Armenius, desde la que se urde la inexistente trama de la transmisión regular del maestrazgo templario. Llegándose a afirmar que entre los sucesores de Larmenius se encontraban Teobaldo de Alejandría y a Betrtrand Du Gesclin, que fue defensor de Enrique de Trastámara contra su hermano el rey de Castilla. Lo curioso de esta carta es que aparece cuando la exhibe el francmasón Fabré-Palaprat, reclamando su sucesión, y desaparece.
LA SUPERVIVENCIA DEL TEMPLE
La realidad histórica, despojada de cualquier otra connotación mística, prueba que la Orden del Temple fue suspendida por decisión papal, que sus miembros fueron tratados con la máxima dureza en Francia, pero que en otros reinos cristianos como en Alemania, Inglaterra e Italia se les permitió ganarse la vida como guerreros, escuderos, arquitectos, contramaestres, artesanos y obreros.
En Portugal, que solamente cambiaron de nombre, el templarismo persistió con gran facilidad por la ayuda de la dinastía Aviz, allí emigraron muchos templarios procedentes de España y del Mediodía francés, salvo los de Aragón y Baleares, que se integraron con los franciscanos. En Portugal, se constituyeron como Orden de Cristo, adoptando la regla de la Orden de Calatrava. Los Caballeros de Cristo, son herederos directos de los Templarios. En la actualidad son laicos.
Otros, tras la disolución, se reintegraron a la vida civil, casándose y transmitiendo a sus descendientes la historia y los valores de la Orden, lo que de alguna forma alimentó el interés por el Temple hasta nuestros días.
En cuanto a sus bienes, Clemente V ganó el pulso a Felipe el Hermoso logrando que los bienes de la Orden pasaran a la Orden más próxima en lo geográfico y material, aunque lo cierto es que en cada reino se dieron circunstancias distintas, coincidiendo todas ellas en el expolio general del patrimonio de la Orden del Temple, ya fuese por los reyes, nobles u otras ordenes militares. En España la Orden de Calatrava fue la más beneficiada.
Todo ello prueba que la Orden del Temple como tal dejó de existir al carecer de estructura, organización y actividad; pero nadie puede afirmar que su sentido inicial, sus valores y su atractivo ha perdurado hasta nuestros días.
BIOGRAFÍA DE JACQUES DE MOLAY

Placa conmemorativa de la muerte de Jacques de Molay en la Isla de los Judíos (París), lugar donde fue quemado.
De la familia Molay solo se conoce a Juana Bacon, Dama de Molay en 1371. Dicho territorio pasó a la casa Choiseul con motivo de los enlaces con la nobleza de Borgoña.
Jacques Bernard de Molay nació en Borgoña por el año 1240, hijo de Juan, Señor de Lonvy, heredero de Mathe y Señor de Rahon, gran población cerca de Dole de la cual dependían muchas otras, pero principalmente Molay, y esta era una parroquia de la Diócesis de Besanzon, en el Deanato de Nenblans.
Entró en la Orden del Temple en 1265, recibiéndole Fr. Imbert de Perand, visitador de Francia y del Portu, en la capilla del Temple de la residencia de Belna.
Fue padrino de bautismo de uno de los hijos del rey francés, Felipe el Hermoso, que con el tiempo debía ser el delator, perseguidor y verdugo de la Orden y de este Maestre.
Pasó a Ultramar donde dio pruebas de intrepidez y energía, mostrando relevantes cualidades bajo las ordenes del Maestre Fr. Guillermo de Beaujeau, que murió heroicamente defendiendo Acre, con casi la mayor parte de los templarios que combatían a su lado.
Tras la muerte del Maestre Tibald Gaudin, Jacques de Molay fue elegido Maestre, aunque en el momento de su elección se encontraba fuera de Chipre desempeñando una comisión extraordinaria.
No tardó mucho el nuevo Maestre en corresponder a las esperanzas depositadas en él por los templarios que lo habían elegido, mostrándose digno del cargo que le habían confiando. Reorganizó y reforzó la Orden con prudencia y acierto para acometer nuevas empresas en Tierra Santa, capitaneando las expediciones contra los musulmanes de 1293 y 1305, logrando entrar en Jerusalem en el año 1298 y derrotando al Sultán de Egipto, Malej Nacer, en 1299 cerca de la ciudad de Emesa. En 1300 organizó una incursión contra Alejandría y estuvo a punto de recuperar la ciudad de Torsota, en la costa Siria, para la cristiandad.
Al contrario de lo que le tildan de débil, supo defender a ultranza, lo que fue uno de los motivos para acabar con la Orden y sucumbir con ella, la independencia de la Orden del Temple del resto de las órdenes militares y del cada día más poderoso poder de las monarquías absolutas europeas.
PROCESO CONTRA EL TEMPLE

El proceso no puede analizarse como un hecho aislado desgajado de su entorno, sino que requiere ser estudiado en su contexto histórico económico-político y religioso. La animadversión contra la Orden se encontraba aletargada en ciertos círculos cortesanos y eclesiásticos, que los contemplaban como orgullosos. Felipe El Hermoso sin embargo, fue el principal artífice de la red de acusaciones vertidas en el proceso. Durante su reinado colisionaron la teocracia y la idea de Estado, las pretensiones independentistas del monarca francés, frente a la concepción universalista de la Iglesia. Al trasladar Clemente V la corte pontificia a Avignon, triunfó la idea estatal del monarca, dejando al Papado inerme frente a la realeza, lo mismo que a las Ordenes Militares.
El proceso no es un proceso criminal ordinario, sino político, siguiendo el procedimiento de excepción de la Inquisición. No pretende descubrir la verdad, sino convertir en culpable a un sospechoso. El ataque contra el Temple, debe situarse en el contexto de un problema de poder y de medios: ajustar cuentas al papado y apoderarse de los bienes del Temple. El Temple estaba en el centro de ambos problemas.
La Orden no representa en Francia un peligro militar, a diferencia de lo que sucede en España. El problema parece más de carácter político. El rey francés, Felipe el Hermoso, Jaime II, Eduardo I y Eduardo II, adoptaron frente al Temple y Hospital, la misma política: reducir sus privilegios.
FELIPE EL HERMOSO
Como consecuencia de los fracasos en Tierra Santa, las Ordenes se mantienen a la defensiva. Los reyes tienen litigios con el Papado, por diversos motivos. Las Ordenes son poderosas e independientes del poder real, supeditadas sólo a la autoridad del Papa. El rey francés, lo mismo que los monarcas inglés y español, comprenden la necesidad de debilitar en sus reinos la influencia de las Ordenes Militares. En lugar de reforzar a una, eliminando a la otra, prefieren crear una nueva Orden sobre las ruinas del Temple.
Jaime II, intenta crearla basándose en las Ordenes Nacionales Ibéricas, mientras que Felipe, desea una orden que él pueda controlar.
Las Ordenes Militares Internacionales, eran un obstáculo para el desarrollo de las monarquías centralizadas y por ello, consideraba que debían desaparecer. La eliminación del Temple venía a ser la primera etapa, ya que en el ánimo del rey francés, gravitaba el deseo de eliminar posteriormente al Hospital.
La tortura formaba parte del arsenal de la justicia, en los procedimientos judiciales del Medievo. En Francia, Navarra, Provenza y Nápoles y en los Estados Pontificios, se aplica y los templarios confiesan, mientras que en la Península Ibérica, Italia septentrional, Alemania e Inglaterra, al no aplicarse no confiesan. La tortura del S. XIII, procede de la Inquisición (1235) y se aplicaba para combatir la herejía a cargo de las Ordenes Mendicantes, Franciscanos y Dominicos. Inocencio IV, prevé la tortura como medio de obtener la verdad, determina su uso y matiza su empleo. Clemente V en 1265, confirma la Bula de 1252 Ad Extirpendam y ordena su aplicación. La tortura establece un lazo, entre el inquisidor y el torturado. Entre los templarios torturados que confesaron enormidades, muchos se habrían comportado heroicamente en los muros de Acre, Safed, Ruad y Trípoli. Eran guerreros formados para combatir al infiel y preparados para un tipo de sacrificio. Los musulmanes no perdían el tiempo torturando, les cortaban ritualmente el cuello.
En el proceso la Orden estaba predestinada por envidias del rey, clero, nobleza y del parlamento. Habían mantenido relaciones con el rey, de poder a poder, de acreedor a deudor, le habían protegido en diversas ocasiones, lo que hacía que el monarca se sitiera humillado; habían profesado un internacionalismo (federalismo o sinarquía). Destruyendo la Orden del Temple, Felipe el Hermoso afirmaba la tendencia al absolutismo, al poder totalitario que frente a él, había manifestado Federico II de Hohenstanfen. Fue el primer paso en un camino que, seguirán todos los que transformarán el poder real, en poder monárquico: asegurarse el poder espiritual.
CLEMENTE V
Es el mismo gesto que el de Francisco I, al atribuirse por el concordato de 1516, la nominación de los obispos y de los abates en el reino, o el de Luis XIV, cuando revoca el edicto de Nantes, o cuando ordenaba tomar Avignon, a fin de intimidar al Papa Inocencio XI. La suspensión de la Orden del Temple, no deja de anunciar, aunque empleando diferentes métodos, la de los jesuitas, a fines del S. XVIII.
Dado su poderío económico-militar, la única forma de eliminación posible, era por medio de la calumnia. El plan urdido consistió en separar la Orden del poder espiritual, alienándola de todos los cristianos; buscar la participación del Papa para asegurar la adhesión de los Reyes y conseguir la disolución de la Orden, proponer la fusión con la Hospitalaria, para eliminar la independencia templaria, al nombrar Maestre al hermano del rey de Francia, Felipe el Hermoso, debilitar su poderío económico-militar al controlarlo el propio monarca, evitar una confrontación guerrera que no prosperaría, dado el potencial bélico de la Orden Templaria. El medio que emplearon fue la imputación de herejía, sodomía y crímenes contra la Iglesia.
En un alarde de eficacia policial, se llevó a cabo la detención, realizada el mismo día y a la misma hora en todas las encomiendas francesas, operación minuciosamente preparada un mes antes, alertando en sobres cerrados y totalmente reservados a las autoridades que debían ejecutarla. El Papa, en lugar de averiguar si realmente eran herejes y en este caso excomulgarles y ponerlos a disposición de la autoridad temporal para ejecutar la sentencia, pone a merced del rey a los templarios. Para doblegar voluntades y arrancar confesiones, se aplica el tormento. Los presidentes de los Concilios Provinciales eran adictos e incondicionales al Rey; los interrogatorios escritos se realizaron en la prisión. La Orden es condenada sin escuchar la defensa, con el veto de Aragón y Cataluña. La Sentencia es disolutoria de la Orden (Concilio Ecuménico de Vienne en 1312), condenatoria de las altas dignidades de la Orden (a morir en la hoguera a éstos y a los caballeros relapsos) y confiscatoria de bienes con destino a la Orden Hospitalaria.
El Rey obró impulsado por la envidia, codicia y despecho, al sentirse humillado; el Papa actuó por servilismo, debilidad y temor a un nuevo cisma; Nogaret procedió por ambición desmesurada y deseo de conseguir prebendas reales, los juristas se mostraron deshonestos y malos consejeros, la opinión pública no reaccionó y aceptó pacíficamente el veredicto.
CRONOLOGÍA
1294
(¿1292/1296?) Jacques de Molay es nombrado Maestre.
1299
Expedición templaria a Egipto.
1303
Se pierde la isla de Rouad, frente a la fortaleza de Tortosa.
1304
Conclave de Perusa (Agen). Surgen las primeras acusaciones contra el Temple.
1305
(14-11) Clemente V (Beltrán de Got) es coronado Papa en Lyón. Propuestas del Papa para unificar las ordenes militares.
1306
Clemente V ordena venir desde Chipre a Jacques de Molay.
1307
A primeros de año llega Jacques de Molay a Paris.
(14/09) . El Rey de Francia envía a los jueces cartas selladas con la orden de arresto de los templarios por “presunciones y violentas sospechas” originadas por la “denuncia” de Esquieu de Floryan.
(14/10). Se difunde en Paris el manifiesto real y se ejecuta la orden de arresto. La acusación es de apostasía, ultraje a Cristo, ritos obscenos, sodomía e idolatría.
(19/10 al 24/11).Se procede a los interrogatorios. De los 138 interrogados, 36 mueren por torturas.
(27/10). Clemente V protesta ante Felipe de Francia por el arresto.
(22-11). La bula Pastoralis Praeminentiae, de Clemente V ordena a los príncipes cristianos que arresten a los templarios. El cambio de actitud se debe, acusaciones.
1308
(25/3) El rey de Francia convoca los Estados Generales y exige que los templarios sean condenados.
(26/5) Felipe El Hermoso se desplaza a Poitiers para entrevistarse con el Papa.
(27/6 al 1/7). 72 templarios comparecen ante Clemente V. El Rey mantiene la custodia de los bienes, pero la de las personas pasa a la Iglesia.
(12/8) Se nombran comisiones eclesiásticas bajo la autoridad del obispo de cada diócesis.
1309
(8/8) Abre las sesiones la comisión eclesiástica de Paris, un año después de su constitución.
(26/11) Comparece ante la comisión Jacques de Molay.
1310
(11 de mayo) Concilio provincial en Sens, 45 templarios revocan sus confesiones, son acusados de “relapsos”. Son quemados al día siguiente.
1311
(5 de junio) la comisión episcopal da por terminados sus trabajos, coincidiendo en que no se puede condenar a la Orden sin haber oído públicamente su defensa.
(16-10) Apertura del Concilio de Vienne.
1312
(20-03)Felipe se persona en el Concilio de Vienne.
(22/3) supresión sin condena. Vox in excelso. En escocia no se promulga dado que el Rey Robert de Bruce estaba excomulgado.
(2-5) La bula Ad Providam distribuye los bienes del Temple.
1313
Bulas papales para que los reconciliados fueran recibidos en monasterios.
1314
(18/03) Sentencia contra Jacques de Molay y dignatarios (19/03) Muere en la hoguera el Maestre, Jacques de Molay y Charnay.
UNA INEXISTENTE “TRANSMISIÓN” BASADA EN LA FALSA CARTA DE L’ARMENIUS QUE ESGRIMEN LOS NEOTEMPLARIOS

Para urdir la farsa de la herencia templaria, primero hubo de tramarse la trasmisión del maestrazgo de Jacques de Molay, y muchas son las versiones que se dan sobre los últimos días de Jacques de Molay, en cuanto a preparar una posible sucesión. Una habla de la transmisión de conocimiento a través del caballero Francisco de Beaujeu, sucediéndole el caballero d’Aumond, el cual continuó su obra en Escocia. La más arraigada entre las asociaciones neotremplarias actuales es la que aboga por la sucesión a través de Juan Marco L’Armenius.
Según los defensores de la teoría sucesoria de L´Armenius, en 1810 el abate Gregoire, menciona en un estudio que Jacques de Molay no podía seguir viviendo con la conciencia de haber deshonrado a la Orden con sus declaraciones y que no deseaba vivir preso toda su vida, sino morir habiendo rectificado. No podía hacerlo sin transmitir a un sucesor el maestrazgo, escogiendo a L´Armenius, primado de la Orden y comendador de Jerusalem. Luego, rectifica públicamente y muere.
Esta teoría cae por su propio peso nada más iniciarse, pues no hay datos fiables de quien pudiera ser “L´Armenius”, lo que da pie a nuevas elucubraciones para que algunos consideren que se trataba de un nombre iniciático: L’Armenius sería “el Armenio” y también alguien de familia noble y por tanto revestido de armiño.
A pesar de ello la mayoría de las asociaciones neotemplarias, todas las que buscan ser las auténticas herederas de la Orden del Temple, basan su legitimidad en este documento, la “Carta Larmenius o Carta Transmissionis” (“Carta de Transmisión”). Un manuscrito supuestamente creado por Johannes Marcus Larmenius (Fr.: Jean-Marc Larmenius) en febrero de 1324, dando una lista de 22 sucesivos Grandes Maestros de la Orden del Temple después Jacques de Molay , que termina en 1804, el nombre de Bernard-Raymond Fabré-Palaprat aparece último en la lista (que reveló la existencia de la Carta en 1804).
Lo cierto es que la gran mayoría de los historiadores rechazan la autenticidad de la carta, primeramente porque tras ser esgrimida por el francmasón Bernard-Raymond Fabré-Palaprat para legitimar su liderazgo en esta incipiente organización, nunca nadie volvió a verla para poder ser estudiada y contrastada por métodos científicos de la paleografía y otros (análisis de tintas, tramado del papel o pergamino, etc.) su autenticidad, y los que afirman que la vieron, basan sus objeciones en la traducción del latín original, que demuestra su falsedad. Todos coinciden en que tan sólo se trata de un documento francmasón falso, escrito en latín codificado, dispuesto en dos columnas, en un pergamino de gran tamaño adornado con ricos motivos arquitectónicos, con caracteres cifrados muy similares al código secreto de la Masonería, urdido por uno de sus más importantes representantes, para garantizarse el control de esta organización que, a pesar de buscar sus raíces en la Orden del Temple, no tiene nada que ver con ella, por tener objetivos y fines diferentes, por no decir contrarios.
Es en base a esta falsa carta, de L’Armenius, desde la que se urde la inexistente trama de la transmisión regular del maestrazgo templario. Llegándose a afirmar que entre los sucesores de Larmenius se encontraban Teobaldo de Alejandría y a Betrtrand Du Gesclin, que fue defensor de Enrique de Trastámara contra su hermano el rey de Castilla. Lo curioso de esta carta es que aparece cuando la exhibe el francmasón Fabré-Palaprat, reclamando su sucesión, y desaparece.
LA SUPERVIVENCIA DEL TEMPLE
La realidad histórica, despojada de cualquier otra connotación mística, prueba que la Orden del Temple fue suspendida por decisión papal, que sus miembros fueron tratados con la máxima dureza en Francia, pero que en otros reinos cristianos como en Alemania, Inglaterra e Italia se les permitió ganarse la vida como guerreros, escuderos, arquitectos, contramaestres, artesanos y obreros.
En Portugal, que solamente cambiaron de nombre, el templarismo persistió con gran facilidad por la ayuda de la dinastía Aviz, allí emigraron muchos templarios procedentes de España y del Mediodía francés, salvo los de Aragón y Baleares, que se integraron con los franciscanos. En Portugal, se constituyeron como Orden de Cristo, adoptando la regla de la Orden de Calatrava. Los Caballeros de Cristo, son herederos directos de los Templarios. En la actualidad son laicos.
Otros, tras la disolución, se reintegraron a la vida civil, casándose y transmitiendo a sus descendientes la historia y los valores de la Orden, lo que de alguna forma alimentó el interés por el Temple hasta nuestros días.
En cuanto a sus bienes, Clemente V ganó el pulso a Felipe el Hermoso logrando que los bienes de la Orden pasaran a la Orden más próxima en lo geográfico y material, aunque lo cierto es que en cada reino se dieron circunstancias distintas, coincidiendo todas ellas en el expolio general del patrimonio de la Orden del Temple, ya fuese por los reyes, nobles u otras ordenes militares. En España la Orden de Calatrava fue la más beneficiada.
Todo ello prueba que la Orden del Temple como tal dejó de existir al carecer de estructura, organización y actividad; pero nadie puede afirmar que su sentido inicial, sus valores y su atractivo ha perdurado hasta nuestros días.
miércoles, 19 de febrero de 2014
“Tenemos que ser Testigo de la Verdad”
COMUNICADO
“Tenemos que ser Testigo de la Verdad”
El Estado de Derecho y la Democracia son el marco institucional propicio para el respeto, garantía y protección de los derechos humanos. El respeto a la Constitución, la independencia de los poderes públicos, la actuación de los funcionarios públicos con sujeción al ordenamiento jurídico y la responsabilidad por la violación de los derechos humanos, son elementos sustanciales para la existencia de una sociedad democrática
La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana, en su misión de participar en la construcción de una convivencia justa y pacífica fundada en la fe y en el respeto a la dignidad humana, lamenta los violentos incidentes ocurridos durante el presente mes. Nos duele hondamente el costo humano que dejan como saldo las manifestaciones ocurridas en diferentes zonas del País los días 12 y 13 de febrero, que, hasta el momento, han arrojado 3 ciudadanos muertos y aproximadamente 66 heridos y 80 detenidos.
Ante esta situación:
Rechazamos
· La criminalización generalizada, por parte del Estado, del derecho a manifestar y protestar.
· La participación de grupos civiles armados al margen de la ley (paramilitares) con la venia muchas veces de instituciones y fuerzas pública que tienen el deber de garantizar la paz social y los derechos fundamentales.
· El uso desproporcionado e indiscriminado de la fuerza para mantener el orden público, vejando la dignidad humana.
· La restricción de la información y la autocensura que generan rumores infundados, incertidumbre y desasosiego en la población.
· Las detenciones arbitrarias, la irregularidad de la designación de un centro de reclusión que queda distante del Juez Natural y del sitio donde sucedieron los hechos.
· Los tratos crueles para con los detenidos que atenten con la Dignidad Humana.
· Cualquier iniciativa que tienda a la violencia y tergiverse la voluntad pacifica de los ciudadanos a expresar sus opiniones, ideas y descontentos.
Exigimos
· A los partidos políticos, a la sociedad civil, a las instituciones del Estado venezolano a tolerar y reconocer las diversas ideas, opiniones, planteamientos, para dialogar, negociar y construir de manera democrática alternativas inclusivas, justas y pacíficas. La violencia y el conflicto fratricida es un camino ciego.
· Respuestas institucionales apegadas al debido proceso que orienten de manera eficaz, independiente e imparcial una investigación para garantizar la verdad y la consecución de la Justicia.
· Un listado de los detenidos con su ubicación exacta y cargos que se le imputan, para garantizar el derecho a la legítima defensa y que la familia tenga la información de su familiar.
· El respeto al derecho a manifestar y protestar de manera pacífica en el marco constitucional.
· Al Estado Venezolano a respetar el derecho a la integridad personal y a las garantías judiciales de los detenidos.
· Al Estado adoptar mecanismos para evitar el uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes públicos en marchas y manifestaciones de protesta.
Nos solidarizamos con todos los familiares de las víctimas, expresándoles nuestras palabras de condolencia y nuestra oración en estos momentos de tristeza y dolor.
Pedimos a todos los cristianos: orar intensamente y trabajar en la construcción de la paz, dando testimonio de un auténtico seguimiento a Jesucristo, nuestro Señor, para hacer posible en nuestro país la fraternidad de los hijos e hijas de Dios. Elevamos nuestras oraciones por todas las víctimas de la violencia y sus familiares.
Nos comprometemos desde la Vicaría de Caracas, La Vicaria de Los Teques y la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal a trabajar conjuntamente con el Foro por la Vida en el acompañamiento y la asesoría las víctimas y hacer un seguimiento a los hechos ocurrido, exigiendo una investigación independiente, la garantía y el respeto de los Derechos Humanos.
“…La paz se construye día a día, en
la instauración de un orden querido por Dios, que comporta una justicia
Más perfecta entre los hombres…” Papa Francisco (EG 219)
En Caracas, a los 14 días del mes de Febrero del 2014
+ Mons. Roberto Luckert León + Mons. Baltazar Porras
Presidente Presidente
Oficina de Justicia y Paz Comisión de Pastoral Social
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