domingo, 8 de diciembre de 2013

2do Domingo de Adviento

2do. Domingo de Adviento



2do. domingo de Adviento
Encendemos, Señor, esta luz,
como aquel que enciende su lámpara
para salir en la noche,
al encuentro del amigo que ya viene.
En esta segunda semana del Adviento queremos
 buscarte, encontrarte  
y esperarte  meditando tu palabra.
  Muchas sombras nos envuelven.
Muchos halagos nos adormecen.
Queremos estar despiertos y vigilantes,
porque tú nos traes la luz más clara,
la paz más profunda,
y la alegría más verdadera.

 ¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!
 El Adviento es tiempo de acercamiento sincero al Señor, quien está por venir y que a la vez ya está entre nosotros. Pero no podemos acercarnos a Él sino lo buscamos, sino estamos en constante tensión por ponernos en su presencia.
La oración, personal y comunitaria, constituye un medio eficaz de búsqueda hacia un encuentro real con el Señor Jesús; mediante la escucha atenta, la meditación y la interiorización de su Palabra, lo que debe constituirse en una exigencia y necesidad en este tiempo de espera.                                
Todos tenemos experiencia, en la existencia cotidiana, de tener poco tiempo para el Señor y poco tiempo también para nosotros, explico su Santidad Benedicto XVI.    El Adviento “es una invitación a comprender que cada acontecimiento de la jornada es un gesto  que Dios nos dirige,  signo de la atención que tiene por cada uno  de  nosotros”.                                                           
Palabras del Santo Padre Benedicto XVI, en visperas del 1er domingo de Adviento 2009
Hoy, segundo domingo  de Adviento, tiempo de búsqueda  y oración encenderemos  el segundo cirio virtual, que representará  esta semana:   la luz de nuestra plegaria sencilla y sincera.”  
Incúlcame más y más  el espíritu de oración, alza continuamente mi corazón hacia las estrellas  del cielo, haz que en todo momento  mire el sol de Cristo y que en El confíe en cada circunstancia de la vida.  P. Kentenich
  Ofrezcámosle  nuestra oración al Señor.   Miremos el mundo, nuestra patria,  nuestro barrio, nuestra familia con amor y comprensión.  Llevémosle al Señor esta mirada  y roguémosle con nuestra oración que Él mire  con su bondad a la humanidad.
Pidámosle a María, Madre del Adviento, Virgen de la esperanza  que  nos enseñe a esperar con su misma  actitud orante. (Te invitamos a rezar un Salve)
Recopilacion de textos varios