domingo, 19 de mayo de 2013
Las nuevas tecnologías nos van cambiando la vida
Monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata y miembro de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, realizó su reflexión televisiva semanal, en el programa “Claves para un Mundo Mejor” en la que señaló que “las nuevas tecnologías aplicadas a la comunicación van transformando aceleradamente las costumbres y, en el fondo, nos van cambiando la vida”.
“En algunos ámbitos ya existe hoy una discusión acerca del límite que separa el uso del abuso de estas técnicas”, aseguró el prelado y agregó que “la escuela no puede quedarse atrás, evidentemente tiene que incorporar las nuevas tecnologías. En Europa se discute acerca del beneficio o el daño que esto produce en los educandos, especialmente si son muy niños, por ejemplo para el ejercicio del pensamiento, para la lógica, para la aplicación concreta al estudio, más allá de toda información que el uso de los instrumentos tecnológicos permite recibir”.
“En realidad, en otros ámbitos de la vida la cuestión parece ser mucho más complicada todavía” afirmó y dijo que existen opiniones críticas “acerca de la transformación de las costumbres y de los efectos que se producen en la intimidad de las personas y en sus relaciones”.
El pastor de La Plata citó a Giuseppe Riva, profesor de Nuevos Medios en la Universidad Católica de Milán, quien dijo que “la tecnología ha pasado muy rápidamente de una impostación centrada en la PC, que tenía la computadora personal como medio y estaba delimitada en un espacio físico (el escritorio), en un horario (el del trabajo), a un escenario móvil que no tiene más ningún límite”.
Por otro lado, monseñor Aguer recordó las palabras de Federico Toniolo, responsable del tratamiento ambulatorio para las dependencias de Internet del Policlínico Gemelli de Roma, que advirtió que “ha cambiado nuestro modo de estar presentes y ausentes cada día. Se ha multiplicado nuestra capacidad de interactuar con personas lejanas, pero estamos también amputando las relaciones con quienes tenemos cerca”.
El arzobispo platense reprodujo la opinión de Daniel La Barbera, presidente de la Sociedad Italiana de Psicotecnología y Clínica de los Nuevos Medios en la que afirmó que cuando nos comunicamos chateando “nuestras disposiciones emotivas cambian respecto de lo ordinario. Internet, las redes sociales y los celulares se han convertido en facilitadores emocionales. Nos hacen decir cosas que en un encuentro personal de viva voz jamás diríamos. Pero así las emociones no se consolidan. De allí entonces la dispersión relacional y la incapacidad de vivir relaciones profundas y estables”.
“Sherry Turkle, psicóloga y docente del Instituto de Tecnología de Massachusetts -dijo el prelado-acaba de publicar en el New York Times un ensayo en el que advierte que nos estamos habituando a estar con una persona y contemporáneamente a estar en otra parte.
Ahora esperamos más de la tecnología que de los otros, que de los demás; no sabemos más conversar, ser pacientes, escuchar respetando los tiempos de nuestro interlocutor. Estamos perdiendo la profundidad”.
Monseñor Aguer resaltó que el hecho de que se pueda abusar de un instrumento, de un medio, de una costumbre, de una conducta “no quiere decir que ese instrumento, medio o conducta sea malo en sí. Pero la distinción entre uso y abuso nos pone en alerta”.
Como conclusión, el pastor llamó a “usar estos medios con sabiduría, con prudencia, hacerlos verdaderos instrumentos de nuestro crecimiento personal y no convertirnos nosotros en apéndice de una maquinita, por más útil que ésta sea. Sabiduría, prudencia, parecen términos demasiado solemnes; bastaría hablar de sentido común. Para que la infinidad de recursos que nos ofrecen la tecnología nos haga crecer en humanidad y no frustre nuestras mejores posibilidades de realización”.
Aporte de: Preceptoria de Caracas OSMTH.Ve