jueves, 24 de junio de 2010

Venezuela: Fortalecer el clima de convivencia y entendimiento


CARACAS, miércoles 23 de junio de 2010 (ZENIT.org).- La Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) ha hecho público un comunicado con el fin de fortalecer el clima de convivencia y entendimiento. En el mismo, considera un “pecado” el escándalo de los alimentos descompuestos y pide una investigación sobre este hecho.

Los pastores venezolanos se muestran en su comunicado, hecho público este lunes, “preocupados por el fortalecimiento del clima de convivencia y entendimiento entre los venezolanos, y deseosos, como pastores de la Iglesia, de contribuir, desde nuestro ministerio propio, en el incremento de la paz y a la armonía entre todos, como exigencia humana y cristiana”. Por ello, invitan a los venezolanos a reflexionar sobre una serie de situaciones.

Firman el comunicado: Ubaldo Ramón Santana, arzobispo de Maracaibo, presidente de la CEV; Baltazar E. Porras, arzobispo de Mérida, vicepresidente de la CEV; Roberto Lûckert, arzobispo de Coro, 2° Vicepresidente de la CEV; y Jesús González de Zárate obispo de Caracas, secretario general de la CEV.

En primer lugar, los obispos se refieren a los alimentos y medicamentos descompuestos. El escándalo de los alimentos descompuestos se destapó a finales de mayo pasado, cuando se denunció el hallazgo de 30.000 kilos de los mismos en contenedores almacenados en Puerto Cabello, el mayor del país, en el estado de Carabobo (centro-norte).

Opositores denunciaron en las últimas semanas nuevos hallazgos de contenedores con alimentos dañados, que, afirman, eleva la cifra de la comida desperdiciada hasta las 122.000 toneladas. Los alimentos fueron importados por la estatal Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (PDVAL), adscrita a la gigante Petróleos de Venezuela SA (PDVSA).

Ante estos hechos, los obispos afirman que “es un pecado que clama al cielo, y pone en evidencia el deterioro moral de de los organismos encargados”.

Por ello, solicitan “que se proceda a una averiguación profunda y diligente de lo ocurrido, se actúe con firmeza y transparencia, tanto en las denuncias como en las investigaciones, y se tomen las medidas necesarias para que hechos como éste no vuelvan a ocurrir”.

En segundo lugar, los obispos afirman que “la libertad de expresión e información y el derecho a la denuncia son valores sociales imprescindibles para el equilibrio de los poderes, una mayor equidad comunicacional, el fomento de la pluralidad de ideas así como al respeto a la disidencia”.

Por ello, señalan que “los que ejercen responsabilidades públicas deben evitar el uso del poder y de la promulgación de leyes como instrumentos de amedrentamiento y de castigo. Una democracia sin libertad, sin poderes autónomos y justos, se deteriora y abre paso al abuso y la impunidad”.

Así mismo, los prelados subrayan que “los venezolanos estamos necesitados en estos momentos de un clima social y político que favorezca la serenidad espiritual, nos permita formarnos un juicio completo sobre la realidad y reflexionar sobre la importancia de nuestra participación libre y consciente en las elecciones del próximo 26 de septiembre. Le corresponde a las diversas instancias del Estado ofrecernos las condiciones mínimas de seguridad y convivencia para que podamos asomarnos al futuro con tranquilidad y esperanza”.

Y concluyen deseando “que el Señor y la Virgen den a todos los venezolanos luz, sabiduría y fortaleza para superar los conflictos y construir juntos un solo país”.

Por Nieves San Martín

http://www.zenit.org/article-35849?l=spanish