En horas de la noche de ayer domingo 23 de noviembre, mientras el pueblo Venezolano celebraba su fiesta democrática en el marco de las elecciones regionales 2008, un grupo tipo comando de 6 antisociales irrumpió de manera violenta en la residencia Villa Sol, propiedad del Comendador de Venezuela Fr. + Arturo Burillo, donde vive este en compañía de su familia; los antisociales una vez dentro del inmueble procedieron a reducir a golpes a nuestro comendador mientras amenazaban con armas de fuego directamente a la cabeza de dos de sus hijos menores de edad que fueron presas del pánico y la angustia. Su señora esposa, la hermana Fr.+ Solciré Espinoza logró recluirse en una de las habitaciones contiguas con los otros menores de edad para intentar dar parte a las autoridades (tanto policía regional como Guardia Nacional) que se negaron a prestar ayuda aduciendo que sus fuerzas estaban encuarteladas en caso de cualquier “contingencia importante”, mientras algunos miembros de la banda intentaban derribar la puerta de la pieza con golpes de mandarria; fue entonces cuando en un último acto de desesperación , notando que ya la puerta estaba por ceder a los frenéticos golpes del hampa que decidió llamar a uno de los miembros de nuestra hermandad que consideraba podría estar cerca de la zona; fue así como el hermano Fr.+ luis Bahachille en compañía del Fr.+ Jorge Elías Bahachille llegaron a la residencia, y presentaron resistencia armada a los delincuentes, iniciándose así un fuerte intercambio de disparos en el que los hermanos viéndose superados en número no sintieron temor alguno pues su causa era justa y acudían en defensa del prójimo, intentando con su buen proceder proteger la vida del comendador, su esposa, de dos sargentos, 6 niños y 4 adolecentes. Fuera por su destreza en las armas, porque Dios estaba apoyando a los justos o por ambas causas a la vez, en lo más recio del enfrentamiento los delincuentes emprendieron la cobarde huida, abandonando parte del botín obtenido en la fechoría y llevándose algunas heridas. Gracias a Dios no hubo víctimas inocentes que lamentar y la familia Burillo se encuentra salvo, agradecidos de manera eterna y permanente a quienes cumpliendo con su deber de caballeros, protegieron al débil aun a costa del poner en peligro la propia vida. Estos son sin duda el ejemplo vivo de la caballería moderna, ejemplo que deberían seguir muchos que orgullosamente se invisten del título y los cargos de la santa milicia.
Non Nobis